_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Alucinación o realidad?

A un niño que no comía bien se le apareció la amnistía y le dio un susto de muerte. De súbito, empezaron a gustarle las acelgas y las espinacas rehogadas

Una niña asustada no puede dormir.
Una niña asustada no puede dormir.Getty
Juan José Millás

A un niño que no comía bien se le apareció la amnistía y le dio un susto de muerte, pobre. De súbito, empezaron a gustarle las acelgas y las espinacas rehogadas. A preguntas de los psicólogos, el crío confesó que la amnistía tiene la cara redonda y blanca, como la Luna, y dos bolas de algodón en el lugar de los ojos. Parpadea bastante. El pequeño no fue capaz de proporcionar más detalles, pero cientos de criaturas que comían mal o que sacaban malas notas empezaron a recibir, después de que saltara la noticia, la visita de la amnistía y no había forma de calmar su ansiedad. Solo querían comer judías verdes y aprenderse la tabla del siete para espantarla. Hay coincidencia en el asunto de las bolas de algodón, que produce una dentera considerable.

La historia, ya fuera real o producto de la imaginación infantil, satisfizo en principio a padres y educadores que vieron en estas manifestaciones del monstruo informativo un modo eficaz de corregir la conducta de niños a los que no hacía ya efecto alguno la amenaza del coco, del hombre del saco o del sacamantecas, seres quiméricos de eficacia probada en épocas pretéritas. Pero pasado el tiempo y como las alucinaciones (o realidades, no podemos saberlo) adquirieran un carácter verdaderamente epidémico, las autoridades sanitarias, preocupadas por la salud mental de la ciudadanía, decidieron intervenir.

Se aconsejó en principio, no encender la radio del coche mientras se llevaba a los hijos desde el domicilio particular al colegio o desde el colegio al domicilio particular, así como sustituir los telediarios por fragmentos de películas basadas en historias de Stephen King, que para los días que corren es un flojo, un flojo. Justo en el momento de redactar estas líneas, nos dicen que la amnistía ha empezado a aparecérseles también a los adultos, que por lo visto se hacen fuertes, junto a su aterrorizada prole, debajo de las camas de sus domicilios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_