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CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ
Columna
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Justicia internacional y genocidio en Gaza

La cuestión de fondo es si el ataque de Hamas el 7 de octubre, ¿lo explica y justifica todo? ¿Es el gran “foco de tensión” de lo que ocurre ahora?

Una mujer afuera de una morgue en Rafah (Gaza), el 10 de enero.
Una mujer afuera de una morgue en Rafah (Gaza), el 10 de enero.Fatima Shbair (AP)
Diego García-Sayan

¿Genocidio israelí en Gaza? Ya que hay tratados sobre el tema y competencia de la justicia internacional, tendrá que resolver la Corte Internacional de Justicia (CIJ), respondiendo a esa pregunta con una decisión que será, por definición, vinculante. Es decir, de obligatorio cumplimiento. Por Israel y por la comunidad internacional.

Como se sabe, Sudáfrica, Estado parte de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, presentó el 29 de diciembre ante la CIJ una bien documentada comunicación de 84 páginas para que el tribunal se pronuncie. Alega Sudáfrica que Israel está cometiendo genocidio en Gaza y lo fundamenta con ocho alegaciones sólidamente sustentadas; y presentó pruebas devastadoras de que Israel ha incumplido las obligaciones de la Convención.

La decisión sobre el fondo no será inmediata. Pero Sudáfrica ha solicitado al tribunal se dicten medidas provisionales “con carácter de extrema urgencia” ordenando a Israel detener sus ataques para proteger a los palestinos y preservar las pruebas.

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Las audiencias al respecto ya se realizaron en La Haya el 11 y 12 de enero y la CIJ tendrá que pronunciarse pronto. Con una decisión que podría apuntar a una orden de “cese de fuego” la que, por obvias razones, pararía la máquina de guerra y de devastación puesta en marcha por Israel a lo largo de ya más de tres meses con los resultados dantescos que son de conocimiento del mundo.

Un hombre carga el cuerpo de su hija, Masa, en su funeral en Rafah, el 17 de enero.
Un hombre carga el cuerpo de su hija, Masa, en su funeral en Rafah, el 17 de enero.Fatima Shbair (AP)

La decisión sobre la medida provisional sería de obligatorio cumplimiento, como lo son todas las decisiones de tribunales internacionales. Su cumplimiento puede ser supervisado tanto por la propia CIJ como por el Consejo de Seguridad. Podrían tener, por ello, un efecto inmediato ante la incontenible devastación en marcha.

Además de la relevancia de las medidas provisionales solicitadas, este proceso destaca en su relevancia y posibles repercusiones al menos en otros dos aspectos fundamentales.

En primer lugar, porque en cuanto al fondo del asunto, Sudáfrica solicita al tribunal “que garantice el cumplimiento por parte de Israel de sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el Genocidio de no cometer genocidio y de prevenir y castigar el genocidio”. El tribunal tendrá que pronunciarse sobre este asunto medular.

En segundo lugar, porque analizará los hechos que sean puestos en conocimiento de la Corte y el marco fáctico conocido: 23.000 personas muertas en Gaza, entre los cuales hay miles de niños. Entender estos hechos de devastación y muerte como un acto de “autodefensa” nacional por Israel, tendría que suponer algo insostenible como que la única seguridad para Israel es que Gaza sea aplastada y vaciada.

En tercer lugar, por las variadas declaraciones públicas de altos funcionarios israelíes que llevan a concluir que los actos de devastación no son una casualidad ni un “error” sino un objetivo decidido. Sería algo así como lo de “el pez por la boca muere” y objetivos declarados que cuadran 100% con la tipificación de genocidio y con lo ocurrido en Gaza.

Sólo cuatro ejemplos:

1) Netanyahu, instando a los israelíes a “recordar” el relato del Antiguo Testamento sobre la matanza de Amalec (“Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”);

2) El ministro de Defensa Yoav Gallant, anunciando que “Gaza no volverá a ser lo que era antes: lo eliminaremos todo”;

3) El ministro de Energía e Infraestructuras, sobre los gazatíes: “No recibirán ni una gota de agua ni una sola batería hasta que dejen este mundo”;

4) El coronel Yogev Bar-Sheshet hablando en la televisión israelí desde Gaza: “Quien vuelva aquí, si vuelve después, encontrará tierra quemada”, dijo. “Sin casas, sin agricultura, sin nada. No tienen futuro”.

En cuanto al fondo de la cuestión, la alegada “legítima defensa” para justificar la violencia en Gaza difícilmente será acogida por la Corte. Ante todo, porque la “legítima defensa” para ser “legítima” no puede excusar ni justificar actos de genocidio.

Los hechos hablan por sí solos. Y como lo declaró Sudáfrica en el tribunal, nada de lo actuado por Israel desde el 7 de octubre apuntó a una represalia selectiva contra Hamas ni al rescate de rehenes. Israel sólo ha rescatado un rehén, y los soldados israelíes mataron a tres rehenes israelíes que agitaban una bandera blanca. Casi todos los 110 rehenes israelíes que han vuelto a casa fueron liberados mediante tregua, negociación e intercambio de prisioneros.

Palestinos miran a soldados egipcios a través de una reja fronteriza, el 14 de enero.
Palestinos miran a soldados egipcios a través de una reja fronteriza, el 14 de enero.Fatima Shbair (AP)

La cuestión de fondo es si el ataque de Hamas el 7 de octubre, ¿lo explica y justifica todo? ¿Es el gran “foco de tensión” de lo que ocurre ahora? De ninguna manera. Esa idea es un error y no tiene sustento en la historia. Hay hechos históricos incontrovertibles que no pueden seguir siendo soslayados. Claros.

La cronología del contexto de horror es larga y tiene varias décadas. No empezó el 7 de octubre con el ataque de Hamas. En su intervención ante la CIJ el abogado sudafricano Max du Plessis expresó que la opresión de los derechos palestinos por Israel durante décadas debe considerarse el contexto crucial de la violencia en Gaza.

En apretado resumen dos hechos fundamentales que son un contundente dato de la historia:

Uno, la ocupación israelí de territorios palestinos desde la guerra de agresión de 1967. Cuando Israel ocupó ese año territorios palestinos y los Altos del Golán en 1967 no sólo nunca los devolvió, sino que instauró en ellos un “apartheid” contra los palestinos junto con la creciente proliferación de asentamientos israelíes fuera de las fronteras israelíes. Particularmente en la Cisjordania ocupada.

Dos, actos de ocupación que ha sido reiteradamente condenada por Naciones Unidas, desde el mismo año de la ocupación, sin que las resoluciones sean cumplidas por Israel. Todas las resoluciones adoptadas en la Asamblea General o en el Consejo de Seguridad desde 1967 (por ejemplo la 242/1967) han sido incumplidas/ignoradas por el Estado invasor/ocupante. Es la ocupación territorial de más extensión temporal en los siglos XX y lo que va del XXI: ¡casi 60 años! ¿No es esa la verdadera “olla de presión” y de tensión en la zona?

Si bien a primera vista puede chocar que el Israel cometa actos de genocidio, tanto su condición de Estado ocupante como la devastación producida desde octubre del año pasado, pesarán mucho en el análisis y la decisión de la CIJ. Existe la Convención contra el Genocidio y un mundo razonablemente informado pese a que durante los ataques israelíes decenas de periodistas en Gaza (y sus familias) murieron bajo los incontenibles bombardeos israelíes.

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