_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Prado no se dispersa, pero los bulos sí

En España hay un grupo de ciudadanos que ha decidido creer con furor cualquier chorrada que confirme su creencia política

Varias personas contemplan 'Las Meninas' en una visita al Museo del Prado.
Varias personas contemplan 'Las Meninas' en una visita al Museo del Prado.JUAN BARBOSA (Europa Press)
Sergio del Molino

Uno de estos días venideros de reuniones familiares puede que algún primo, hermano, tío o cuñado (pobres cuñados, convertidos en sinónimo de patanes) salte con la murga de que desguazan el Prado. Como en el 36, cuando se lo llevaron a Suiza. Dirán que el nuevo ministro de Cultura planea repartir sus tesoros entre sus secuaces separatistas, y aportarán como pruebas las declaraciones del consejero de Cultura de Madrid en las que llamó a rebato de los patriotas, como en el 2 de mayo, para evitar el expolio, o alguna de las muchas columnas y opiniones que claman contra esta nueva afrenta a la nación.

Si tal cosa sucediera, tiene a su disposición material sobrado para refutarlo. Puede responderle que el ministro Urtasun se refería a los fondos que ya están prestados a museos e instituciones de toda España. También puede demostrarle que el Prado tiene piezas diseminadas desde sus orígenes mismos, que esa dispersión está en la naturaleza misma de la colección y que no afecta a los cuadros expuestos en el museo de Madrid. Incluso puede regalarle el estupendo libro de Mercedes Orihuela El Prado disperso, donde se estudian esos fondos (la mayoría de ellos, por cierto, en la Comunidad de Madrid: no se han dispersado muy lejos).

Puede hacer todo eso, dependiendo de su paciencia y ganas de discutir, pero yo le recomendaría dejarlo estar, pues no va a apear a su pariente del burro. En España hay un grupo de ciudadanos —no todos ellos iletrados o hooligans— que ha decidido creer con furor cualquier chorrada que confirme su creencia política. Bien saben los expertos en propaganda y en religión que los argumentos y los datos no pueden nada contra la fe, y los propagandistas cuentan con esa ventaja. Cuando braman que el nuevo ministro quiere desguazar el Prado, están apelando a los mismos instintos populares que llevaron a los majos y a las majas a echar mano del trabuco contra los franceses. Saben también que hay mucha gente que nunca perdería una tarde viendo Las meninas, pero mataría por ellas si las intuyera en peligro. Papa Boule, el maquinista de la resistencia francesa de la película El tren, se sacrificó para salvar una colección de arte que se llevaban los nazis, pese a que no sabía nada de Picasso o de Renoir.

A diferencia de los cuadros, los bulos se dispersan como relámpagos y llegan hasta la última aldea. Por eso, quien los echa a volar no tiene perdón, pues sabe de sobra lo mucho que emponzoñan sus mentiras.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_