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ANATOMÍA DE TWITTER
Columna
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Vox y Podemos también pactan

El partido ultraderechista y la coalición de izquierdas cierran un acuerdo en un municipio de Cáceres en plena investidura de Feijóo

Vox se queda el campo de Extremadura... y la caza, los bosques. El PP cede una consejería a Vox para que María Guardiola gobierne
Una imagen de la rueda de prensa posterior a la firma del acuerdo entre el PP y Vox para gobernar en coalición Extremadura, el 30 de junio, en Mérida (Badajoz).Jorge Armestar (Europa Press)
Manuel Viejo

Ay, España. El otro día, en el Ayuntamiento de Montehermoso, un pueblo hermoso de casi 6.000 vecinos al norte de Cáceres, sucedió algo extraordinario. Resulta que Unidas por Montehermoso —la coalición local de Izquierda Unida y Podemos, que ganó las elecciones el pasado 28-M, con cinco concejales y 1.127 votos— firmó un acuerdo de gobierno con otro partido para dar, al fin, un poco de estabilidad al municipio y cuatro años de tranquilidad a su alcaldesa, Rosa Isabel Garrido. No es nada fácil gobernar en España. El pacto se selló con Vox —con quién iba a ser—, que logró dos ediles y 506 papeletas. Qué mejor manera de cerrar una coalición de gobierno de estas características que cuando comenzaba una investidura, pensarían, y si era la del popular Alberto Núñez Feijóo, que fue para ser investido líder de la oposición, más aún. Así, de soslayo y como si no hubiera pasado nada, Izquierda Unida, Podemos y Vox estamparon esta gran alianza para esa España querida, nuestra y vacía. Sumar —otra cosa, no—, suman mayoría absoluta. Tanta, que sus partidos tardaron solo unas horas en tomar medidas contra los siete concejales. Un plan sin fisuras.

El PSOE obtuvo en las urnas cuatro ediles y 994 votos, mientras que el PP sacó 625 papeletas y dos concejales. El runrún de una moción de censura pactada por populares y socialistas —lo de Montehermoso es digno de estudio— propició ese acuerdo silencioso entre Vox y Unidas Podemos. Ojalá Junts presente aquí su candidato en 2027. Y también EH Bildu, qué narices. A Montehermoso se viene a jugar. El coordinador general de IU en Extremadura, Joaquín Macías, dio así su versión de los hechos, según la agencia Efe: “Lo normal sería un pacto entre PSOE y Unidas Podemos, pero hay problemas entre ambos grupos locales desde hace tiempo y no hay entendimiento”. Con Vox siempre es más fácil; que se lo digan a la presidenta regional, María Guardiola.

Por si acaso, Unidas Podemos reclamó una rectificación “inmediata” a los suyos y les suspendió de militancia. Los socialistas cacereños, al enterarse, lanzaron también un comunicado en Twitter: “Hay partidos que buscan el poder por el poder mismo. Otros buscamos transformar la realidad y mejorar la vida de las personas con proyectos sólidos”. Es decir, nada de amnistía para estos ediles tan polémicos, pero sin descartar un referéndum popular sobre el acuerdo. Un tuitero se mostró más preciso ante semejante pacto: “Pero, pero, ¿qué fantasía es esta?”. España, qué va a ser. Y otro resumía el acuerdo con un conciso “¡viva el vino!”.

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Ante tanto revuelo, Vox Extremadura optó por el bisturí interno: expulsar de inmediato a los dos concejales que habían osado pactar con la izquierda. “Sí, eso es cierto. A mí me han cesado por llegar a este acuerdo”, dijo la edil Blanca Luz Retortillo a la agencia Europa Press. “A mí no me han preguntado, siquiera, si me duele la barriga”, añadió. Es curioso que Vox tenga que preguntar por el estómago a la hora de tomar decisiones internas, pero eso es otra historia. “A mí me han cesado”, continuó Luz, “de una manera contundente, por correo electrónico, y, hombre, me he quedado un poquito pasmada, pero bueno, en fin, así lo han decidido. Si me tengo que ir al grupo mixto, me voy, como ya estoy, porque me han echado. Pero mi pueblo y mis vecinos están antes que cualquier sigla política”. Lo primero, Montehermoso. Siempre.

Montehermoso está tan por encima de las siglas políticas que el acuerdo ha supuesto la liberación de los dos ediles ultras al 50%; por tanto, cobrarán un salario de 900 euros al mes en 14 pagas, además de gestionar la concejalía de Seguridad Ciudadana y Festejos y la de Gestión Forestal y Caminos. Ya lo cantaba María Ostiz: “Un pueblo es abrir una ventana en la mañana y respirar (...) Y trabajar y trabajar”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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