Entorpecer un cambio profundo y necesario

Son las mejores, han demostrado forma física, inteligencia y corazón para ser las campeonas del mundo y las admiramos por ello. Pero además, ellas y las que las precedieron también han demostrado valores que van más allá del deporte. Es inexplicable, si no, que habiendo tenido delante el aliento putrefacto de la prepotencia, la violencia, el abuso y la desfachatez, no hayan abandonado. La decisión del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) de abrir un expediente a Rubiales por “falta grave” —y no “muy grave”—, no hace más que corroborar la voluntad de las estructuras de poder del deporte de entorpecer un cambio profundo que está reclamando una parte importante de la ciudadanía. No sabemos qué va a ocurrir a partir de ahora, qué nuevas argucias estarán dispuestos a perpetrar para seguir mandando, pero lo que sí sabemos es que el hedor insoportable que desprenden no lo van a poder enmascarar. Apestan.

María Luisa Viedma Moro. Torrelavega (Cantabria)

Asumida discriminación

Gracias por informarnos que mientras que en los barrios ricos de Madrid se instalan contenedores soterrados de lujo, en los más humildes rebosa la basura. No es nueva esa política discriminatoria del Ayuntamiento de Madrid, es propia de quienes huyen del desarrollo de derechos en igualdad, de derechos ciudadanos sin discriminaciones. No sé si servirá de algo esta carta, habida cuenta de lo visto, da la sensación que en Madrid los ricos ni defecan ni generan basura, destilan colonia. Qué pena.

Enrique Guijarro Parra. Leganés (Madrid)

No es cirugía estética

Una operación de miopía es considerada por la Seguridad Social como una intervención de cirugía estética. En España, no solo no están cubiertas las gafas, ni por supuesto la cirugía, sino que además la operación y el posoperatorio no se consideran motivo de baja laboral. Para los que no vemos, literalmente, más allá de nuestras narices, esta consideración raya lo absurdo. Se trata de una cirugía voluntaria, sí, porque podemos hacer vida normal con gafas o lentillas. Pero se trata de utilizar uno de nuestros cinco sentidos. Es calidad de vida, no tiene que ver con el aspecto de uno. ¿Acaso después de esta intervención tenemos los ojos más bonitos?, deberíamos preguntarnos.

Ane Miren Maestre Gómez. Barcelona

Necesitamos más tiempo

En unos días me incorporo al trabajo tras mi baja de maternidad. No porque quiera, sino porque, después de las 16 semanas y de dos meses de excedencia, tengo que volver para pagar las facturas. Ya no puedo seguir criando a mi hija todo el tiempo que me gustaría. ¿Se supone que con 16 semanas un bebé ya no necesita a su madre? ¿Cómo es posible que las bajas duren tan poco, ni siquiera los seis meses que recomienda la OMS de lactancia materna exclusiva? Es inhumano que se obligue a las madres y a los padres a estar separados de sus criaturas cuando son tan pequeños. Luego escucho que España sigue siendo uno de los países con la tasa de natalidad más baja del mundo y entiendo todo.

Laura Ciz. Huesca