Instrumentalizar a los valores de izquierdas
Los lectores escriben sobre la estrategia discursiva del PP, la necesidad de actualizar el Mapa de la Ciudad Prohibida, el paro juvenil y sobre la persistencia de expresiones arcaicas en el lenguaje corriente
El PP ha retrocedido a la Revolución Francesa quizá para tomar impulso. Empezaron hace un tiempo, de la mano de la ínclita Isabel Díaz Ayuso, enarbolando la bandera de la libertad —quizá lo de guiando al pueblo al estilo Delacroix les quede algo a desmano—. Ahora le toca a Alberto Núñez Feijóo con el argumento de la igualdad —entre comunidades, al parecer, que la igualdad entre géneros, colectivos o, sobre todo, individuos ya depende del origen, la extracción o entorno social y, ante todo, nivel económico—. La fraternidad ya está a la vista y a mano —Pablo Casado y otros compañeros dan fe—. Ahora en serio: bien lícita es la búsqueda, reclamación o institución de los principios y valores humanos y ciudadanos, pero no es tan ejemplar utilizar conceptos tan valiosos por conveniencia y con ventajismo. La revolución (en manifestaciones variadas) es una cosa seria en la Historia; no sé si este PP actual es adalid de virtudes y compromisos sociales tan serios y fundamentales.
Alberto Pérez Rojo. Cuenca
Ciudades seguras
Muchos municipios elaboraron hace unos años el Mapa de la Ciudad Prohibida como herramienta para la participación de las mujeres en el análisis crítico del urbanismo y detección de los “puntos negros” de la seguridad ciudadana: transporte público insuficiente e inseguro; poca visibilidad en calles y plazas; pasos subterráneos; entornos solitarios que generan miedo en desplazamientos nocturnos por agresión sexual o robos; insuficiente presencia policial, etc. Interesaría actualizarlos para aumentar la calidad de vida, libertad y seguridad de muchas ciudadanas.
Fernando Serrano Echeverria. Éibar (Guipúzcoa)
Edadismo
En las noticias de Antena 3 mezclaron dos noticias el otro día. La primera, la alta tasa de paro juvenil en España. La segunda, la negativa de muchos trabajadores de más de 50 años a jubilarse porque no quieren perder poder adquisitivo. Me parece inconcebible que se plantee una relación entre ambas cuestiones. Muchas profesiones permiten que la gente trabaje sin problema hasta los 67 años, e incluso más allá de esta edad si el trabajador quiere. ¿Por qué no puede trabajar alguien hasta que lo considere oportuno y pueda? Por otra parte, ¿de verdad alguien cree que si una persona de más de 50 años se jubila va a ocupar ese puesto un joven con las mismas condiciones? No es incompatible que las personas se jubilen a la edad reglamentaria y que se solucione el problema del paro juvenil. Los mayores de 50 no son culpables de la situación del mercado laboral, sino más bien víctimas por la negativa de las empresas a contratarles en esta franja de edad.
Nieves Bueno Jiménez. Alcalá de Henares (Madrid)
Arcaísmos
Cuando me casé, en el siglo pasado, intenté en vano que en la ceremonia no se utilizara la fórmula de “os declaro marido y mujer” por considerar discriminatorio y ofensivo el ser declarada mujer en ese momento, como si siendo soltera no lo fuese. Entonces pensé que sería muy fácil cambiarla por esposo y esposa, o casados, por ejemplo. No lo conseguí en aquel momento. Pero que a estas alturas del siglo XXI se siga utilizando esta fórmula en las bodas es difícil de entender.
Gloria Tielas Vidal. Vigo
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