Casarte y seguir viviendo con tus padres
Los lectores escriben sobre la precariedad que sufren los jóvenes, los pitos al himno de España en el fútbol, los beneficios millonarios de los bancos, y sobre las políticas que promovió el PP cuando estaba en el poder
Me casé hace cinco años, con 27, pero sigo viviendo con mis padres. Mi pareja y yo tenemos trabajo fijo y cobramos por encima del salario mínimo, pero aun así no podemos acceder a una vivienda. Hemos logrado muchas cosas, pero somos incapaces de encontrar una vivienda asequible. La inestabilidad económica, las sucesivas crisis y la insuficiente acción política para paliar las consecuencias nos obliga a nosotros y a muchos otros jóvenes a elegir entre apoyar la economía familiar o independizarnos. ¿Qué clase de prosperidad se supone que le espera a España si las nuevas generaciones crecemos asfixiadas? Lamentablemente, la precariedad en la que viven los jóvenes parece ser una preocupación de todos y de nadie a la vez. Quizá el problema es que aplicar políticas con resultados a medio o largo plazo nunca ha resultado interesante para los gobernantes, pero para afrontar los desafíos de esta magnitud el país necesita voluntad y acción.
Cristina Benítez Coll. Llucmajor (Islas Baleares)
Pitos al himno
Como aficionado del Athletic de Bilbao sin ser vasco, siempre me ha molestado en extremo pitar el himno de mi país y nunca he entendido por qué mis colegas de afición se prestan a ello. Sé que muchos lo hacen por su nacionalismo vasco, pero no entiendo el sentido de pitar a lo que te permite vivir, competir y ganar en su caso. Hace unos días, la afición del Osasuna de Pamplona repitió el mismo error de manera mayoritaria. Acabo de estar en Irlanda del Norte, donde el Sinn Fein nieto del IRA, con más voluntad de concordia que los hijos del unionismo violento, acudió a la coronación de Carlos III, dando una lección de institucionalidad y afán de convivencia que deberían seguir los nostálgicos abertzales. No contaminemos más lo poco que de noble le queda al fútbol.
Pablo De Vera Moreno. Madrid
Beneficios millonarios a costa de mi nevera
185 millones de euros. Esa suma representa el beneficio que ha obtenido mi banco en 2022. Un organismo para el que no soy una persona vulnerable a pesar de haberme impuesto una subida de más de 250 euros al mes en mi hipoteca y el hecho de que dedique ahora el 60% de mis ingresos a pagarla. Cuando solicité la hipoteca tuve que pedir el aval de mi hija funcionaria para que se me concediera el crédito por más tiempo. Ahora soy jubilada, mi hija doblemente hipotecada. Nosotras no somos vulnerables a sus ojos y ellos son un poco más ricos. A costa de mi nevera.
Pilar Álvarez Martinez. Madrid
Yo no olvido que el PP...
Llevó a cabo la subida de impuestos más agresiva de nuestra democracia. Promulgó, sin ningún tipo de consenso, la reforma laboral que laminó derechos que había costado décadas conseguir. Saboteó nuestra democracia al dificultar a gran parte de la ciudadanía, implantando las tasas judiciales, recurrir a la justicia. Hizo que los pensionistas tuvieran que pagar una parte de los medicamentos que precisan. Se ufanaba de que las pensiones se “revalorizaran” el 0,25% anual. Rescató a la banca asegurándonos que ese rescate no costaría ni un euro.
Juan Carlos Solórzano Caíña. Muriedas (Cantabria)
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