Borja Sémper contra los jóvenes
Los lectores opinan sobre las recientes declaraciones del portavoz del PP a propósito de la juventud, la vigorexia, la coronación de Carlos III y sobre el último artículo de Antonio Muñoz Molina
“Bigardos”. Es decir, vagos. Así es como nos ha llamado Borja Sémper a los jóvenes de entre 18 y 30 años a quienes nos va a ser destinado un descuento en trenes nacionales y europeos para poder viajar, consumir y, sobre todo, descansar. Esta política, como todas, puede ser objeto de críticas legítimas por parte de la oposición. Lo que no voy a pasar por alto es el desprecio hacia los jóvenes que, pese a los efectos positivos de la reforma laboral, seguimos luchando contra las condiciones precarias, de salarios bajos y de temporalidad en muchos puestos de trabajo. Vagas son las declaraciones de un portavoz del PP que instrumentaliza a los jóvenes de este país en vez de limitarse a hacer su ya conocido papel de crítica destructiva y sin aporte político. Que no nos metan en medio de sus tácticas inflamadas de precampaña, y mucho menos quienes no tardaron en pedir subvenciones y concesiones a la hostelería y al ocio nocturno en su momento para hacer lo mismo, es decir, incentivar la actividad económica. Esta es la moderación que prometen los populares: declaraciones desafortunadas, socarronas y malintencionadas. La juventud no conoce la vagancia, ni Sémper la vergüenza.
Iulen Tazueco Manrique. Zaragoza
Vigorexia
La vigorexia es un trastorno mental que se caracteriza por una obsesión excesiva por el ejercicio físico. Las personas que padecen esta enfermedad mental sufren de una imagen corporal distorsionada. Antes se consideraba un problema exclusivo de los hombres, pero está afectando cada vez más a los jóvenes de ambos sexos, ya que cada vez más la presión social juega un papel importante en el desarrollo de enfermedades mentales como ansiedad, depresión y en este caso la vigorexia. Este trastorno en los jóvenes es un problema real y serio que debe ser abordado con atención y cuidado. Es necesario tomar medidas para prevenir y tratar esta enfermedad y fomentar una imagen positiva del cuerpo.
Gonzalo Martínez Redondo. Bétera
Dinero público
Este fin de semana, millones de personas han estado pendientes de la coronación de Carlos III. Un ostentoso espectáculo para una ceremonia prácticamente única en el mundo. Un choque cultural respecto a muchos países que ya no tienen monarquías o a otros países que, como España, siguen teniendo esa tradición pero en medidas totalmente distintas. Mientras la ceremonia institucional de la pareja real española costó unos 132.000 euros, la coronación de Carlos III supuso 115 millones de euros y un país totalmente bloqueado. Una suma desproporcionada en un país atravesado por una crisis económica y un debate profundo sobre la gestión del Brexit.
Margaux Delmissier. Barcelona
Incompetencia
El artículo de Antonio Muñoz Molina del día 6 de mayo es devastador, pero no por ello exagera lo más mínimo. Intente pedir una cita presencial en la página de la Seguridad Social en Madrid y verá de lo que habla Muñoz Molina. Pero lo más sorprendente es que el estudio sobre la desidia y la incompetencia de las diferentes administraciones españolas lo hace un reportero inglés —Michael Reid—, y no algún organismo o universidad española. Verdaderamente sorprendente.
Pedro García Espada. Pozuelo de Alcorcón (Madrid)
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