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Columna
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Vivir de éxito

Los límites al alquiler hacen que los propietarios retiren sus viviendas del mercado y quien acaba pagando esta medida supuestamente progresista son los arrendatarios realmente pobres

Dos personas miran viviendas en venta y alquiler en el escaparate de una inmobiliaria en Madrid.
Dos personas miran viviendas en venta y alquiler en el escaparate de una inmobiliaria en Madrid.INMA FLORES
Víctor Lapuente

En política de vivienda no hay milagros, pero abundan los hechiceros. Políticos que venden fórmulas mágicas, como el control de los precios del alquiler, que no solo no resuelven, sino que agravan el problema de fondo: la escasez de oferta. Los límites hacen que los propietarios retiren sus viviendas del mercado y quien acaba pagando esta medida supuestamente progresista son los arrendatarios realmente pobres.

Según la Cátedra APCE-UPF “Vivienda y Futuro”, que ha analizado una de las experiencias insignia en nuestro país, la ley catalana de 2020 de contención de rentas de alquiler, se ha reducido la oferta de alquiler en torno al 15%. Añade a eso el desinterés a largo plazo de los inversores por construir nuevas viviendas de alquiler o renovar las existentes bajo un control de precios. Muchos se preguntan ¿para qué invertir en un bien en el que no puedo sacar un beneficio?

Otra prueba: el año en el que el Gobierno ha aprobado la limitación del 2% en las actualizaciones de los alquileres (marzo de 2022) es el periodo en el que se ha registrado la mayor subida de los alquileres de la historia en muchas ciudades españolas, con incrementos por encima del 20% en Málaga, Alicante, Valencia o Santa Cruz de Tenerife. Por la vía legal, o por medio de subterfugios, los propietarios consiguen el precio que desean de unos desesperados inquilinos. Y, si no, retiran el inmueble del mercado.

Necesitamos nuevas políticas de vivienda. Y hay un gran arsenal disponible. Por ejemplo, el modelo de cheques para el alquiler de Seattle, por el cual familias vulnerables recibían una ayuda para arrendar una vivienda junto con apoyo personalizado para la elección de la zona residencial y el proceso de contratación. El éxito del programa fue tal que el economista Raj Chetty lo calificó como “el mayor efecto que he visto en una intervención social”.

Debemos aumentar la oferta de vivienda porque la demanda crecerá. Europa está a las puertas de la transición geográfica que ha experimentado durante décadas Estados Unidos, donde la variable que mejor explica por qué la gente se va a vivir a un sitio no es la economía, la política o la cultura, sino el clima. Cuanto más alta la temperatura media en enero de un Estado, más crece su población. Y España es la California, Arizona o Florida de Europa.

No sé si moriremos, pero no tendremos dónde vivir de este éxito. @VictorLapuente

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