¿De qué pierna cojeamos?
Si nos tocara elegir entre la adherencia a las normas democráticas y nuestras políticas preferidas, ¿pondríamos todos la democracia por delante?
¿De qué pierna cojea nuestra democracia, de la izquierda o la derecha? Casi todo el mundo tiene una opinión al respecto y casualmente coincide con su ideología: los de derechas insisten en que el Gobierno de Sánchez está asaltando las instituciones y los de izquierdas en que los tics autoritarios se incuban en Vox y PP.
Por eso es interesante leer cómo lo ven desde fuera. Y es que es un problema en todo Occidente. La inmensa mayoría de ciudadanos nos declaramos profundamente demócratas, pero, si nos tocara elegir entre la adherencia a las normas democráticas y nuestras políticas preferidas, ¿pondríamos todos la democracia por delante?
En un artículo publicado en la revista Journal of Democracy, cuatro reconocidos expertos intentan responder a esta pregunta con un estudio experimental sobre el potencial autoritario de los simpatizantes de los principales partidos en siete democracias europeas (Estonia, Alemania, Polonia, Serbia, Suecia, Ucrania y España). Los encuestados tenían que elegir entre hipotéticos candidatos electorales que defendían las mismas posturas políticas, pero que, en algunos casos, también respaldaban medidas antidemocráticas, como castigar a jueces o medios críticos con el Gobierno.
La buena noticia es que las posturas autoritarias son castigadas por los votantes de todos los partidos. De media, un candidato con ínfulas antidemocráticas pierde un 7,8% de apoyo. La mala es que España, junto con Ucrania, son los dos países donde las transgresiones contra la democracia son menos reprendidas por los votantes.
La voluntad de rechazar a políticos autoritarios depende del partido al que votas. Para muchos no será extraordinario saber que los europeos relativamente más tolerantes con las violaciones de los principios democráticos son los votantes de las formaciones de extrema derecha, como Alternativa por Alemania, Ley y Justicia en Polonia o Vox en España.
Y, para muchos, sí será sorprendente conocer que los votantes españoles que anteponen más los principios democráticos a sus propias políticas son los de Ciudadanos y Unidas Podemos. Es decir, el partido que casi desaparece por no priorizar la regeneración democrática y el que es sistemáticamente acusado de desear una dictadura bolivariana. Nos puede desagradar el uno, el otro o ambos, pero sus electorados son dos pilares esenciales de nuestra democracia. @VictorLapuente
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