Modelos
Los sistemas vigentes siempre tienen fallos, pero ¿cómo son los que están más cerca del ideal según quienes van a mejorarnos?
Muchos políticos aseguran que tienen unos objetivos tan encomiables y socialmente necesarios que sería monstruoso enfrentarse a ellos: acabar con la miseria, exterminar la corrupción y el nepotismo, mejorar la educación, la sanidad y demás servicios públicos, erradicar el racismo, el machismo y la inseguridad ciudadana, etcétera... De estos males ofrecen numerosos ejemplos en nuestra propia sociedad. ¿Sus raíces estructurales? Son de sobra conocidas, el capitalismo (a veces se añade “salvaje” incurriendo en pleonasmo), el neoliberalismo, el clasismo, la rapacidad de los poderosos, etcétera... Sin quitarle mérito a las buenas intenciones de los partidos (si sus intenciones son buenas no hace falta añadir que son de izquierdas) ni desmentir las críticas a los regímenes liberales, conviene hacer una última pregunta antes de entregarnos a ellos: sabiendo ya lo que aborrecen, ¿cuáles son los países cuya gestión aprueban, los que aceptan como modelos o compañeros de regeneración? Los sistemas vigentes siempre tienen fallos e insuficiencias, pero... ¿cómo son, a qué saben o huelen los que están más cerca del ideal según quienes van a mejorarnos?
Hace medio siglo, la utopía realizada era la Unión Soviética (sí, sí, no se rían), luego la China de Mao, algunos enterados preferían la Yugoslavia de Tito, otros Rumania (Ceausescu recibía visitas devotas, seamos piadosos y no recordemos sus nombres). Cuba ha sido modelo de la vida libre y envidiable casi hasta ayer por la tarde. Ahora Zapatero y Yolanda Díaz van a ir a Argentina para animar a CFK, esa gobernante ejemplar, traicionada por los jueces (ya Sánchez está haciendo lo posible porque eso no pase aquí). Y Pedro Castillo, que ha hecho de Perú el modelo para nuestros nepotistas, prevaricadores y demás mangantes... Por lo menos la guapa Eva Kaili ensalzaba a Qatar, pero recibía bolsas de razones para ello.
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