Sánchez: “La derecha y la ultraderecha intentan atropellar la democracia, pero la Constitución prevalecerá”
El presidente del Gobierno lanza un mensaje al Constitucional desde Bruselas: “Espero que impere el sentido común”. El jefe del Ejecutivo habla de “atropello” por parte de “magistrados conservadores”
La rueda de prensa de Pedro Sánchez en Bruselas, a última hora de la noche del jueves, tras una jornada maratoniana de cumbre europea, ha dejado muy claro que el presidente llevaba todo el día siguiendo los acontecimientos en España. Y que tenía muy preparada una respuesta rotunda; no solo contra la oposición, sino también contra la mayoría conservadora del Tribunal Constitucional, que durante toda la mañana estuvo a punto de impedir una votación en el Congreso. Algo así nunca había sucedido desde la recuperación de la democracia en 1978. Y aún puede ocurrir el lunes, si se bloquea la votación en el Senado, prevista para el jueves, del paquete de reformas del Ejecutivo que cambia el delito de sedición, rebaja el de malversación si no hay lucro y retoca las leyes del Poder Judicial y del Constitucional para desbloquear la renovación de este último.
Sánchez no redujo ni un ápice las palabras gruesas que se habían escuchado todo el día en el Congreso, y aunque no habló directamente de golpe, sí utilizó términos parecidos. “Han intentado amordazar al Parlamento. Estamos ante un intento de atropellar nuestra democracia por parte de la derecha y la ultraderecha jaleada por la derecha democrática. Quiero trasladar un mensaje de tranquilidad. La Constitución se va a cumplir. Y nuestra democracia va a prevalecer frente a cualquier intento de atropello, ya sea de los magistrados conservadores o de la derecha política y mediática que ha intentado esta operación incalificable”.
Sánchez fue durísimo con la oposición, pero también con el Constitucional. “Que presente un recurso el PP y de manera urgente por primera vez en 40 años el Constitucional convoque un pleno en 24 horas… está todo dicho con eso”. Y también lanzó un mensaje como aviso para el pleno del lunes: “Lo que se espera del Constitucional es que impere el sentido común y la Constitución”. El presidente sostiene que toda la rapidísima tramitación de estas cuatro reformas —en menos de una semana— se ha hecho conforme al reglamento del Congreso, por tanto, rechaza que pueda paralizarse.
Sánchez concluyó así con un duro ataque a la oposición, en el que no admitió ningún tipo de autocrítica por esa tramitación acelerada, una jornada especialmente tensa, marcada por el recurso del PP (luego se ha añadido otro de Vox) al Tribunal Constitucional para que interrumpiera el trámite parlamentario de la reforma del Código Penal. La enmienda, impulsada por el PSOE y Unidas Podemos, se saldó el jueves con la aprobación por mayoría absoluta en el Congreso. Sánchez no quiso avalar las palabras del portavoz socialista en este delicado pleno en el Congreso, Felipe Sicilia, que habló de “golpe con togas”, pero sus respuestas iban en una línea similar. La oposición también habla de golpe, pero en sentido contrario, y apela a las instituciones europeas para que intervengan. Pero de momento ninguna de ellas ha criticado al Ejecutivo, y Sánchez asegura que nadie, en las dos largas jornadas que ha pasado reunido con presidentes y primeros ministros en Bruselas, le ha trasladado ninguna inquietud sobre la situación en España.
El presidente ha apelado también al PP: “De la ultraderecha no esperamos nada, pero el Partido Popular lo que tiene que hacer es reconocer el resultado de las elecciones. No deja de ser sintomático el uso de palabras tan gruesas; hablar de golpe de Estado o de golpismo. ¿Quién da más? ¿Cuál es la siguiente? Quedan pocos epítetos”, dijo en referencia a la oposición, aunque obviando que su portavoz también había usado términos similares. “Lo más importante es reclamar el respeto frente al insulto. No se puede decir que este Gobierno es ilegítimo o de okupas. Este Gobierno ha sido respaldado por los españoles en las urnas”, remató el líder del PSOE. “Intentan amordazar al Parlamento para mantener el bloqueo del Tribunal Constitucional. Ya lo han hecho con el Poder Judicial y, ahora, con el Constitucional. Han sido capaces de secuestrar la Constitución. Pero los españoles deben tener la seguridad de que la democracia prevalecerá. España es una de las principales democracias de Europa. Hoy, a pesar de este complot de la derecha y ultraderecha, el Parlamento ha actuado con normalidad. Hay que respetar al parlamento, las urnas y la separación de poderes. En una democracia, los poderes emanan del pueblo”, insistió Sánchez, en todo momento con gesto muy serio.
El presidente no había hecho ninguna comparecencia con preguntas desde que en un corrillo con periodistas la semana pasada apuntó con claridad que se reformaría el delito de malversación, un asunto muy polémico incluso en su propio partido. En Bruselas no ha querido evitar el asunto. Al contrario, se ha explayado en las respuestas para dar sobre todo una explicación política al asunto, aunque ha evitado aclarar si asumirá la responsabilidad en el caso de que esta reforma beneficie a corruptos, como parece apuntar ahora la fiscalía en el caso Kitchen.
“Lo que estamos haciendo es dar una respuesta política a un conflicto político, sacarlo de los tribunales. Con la malversación, hemos recuperado la tradición antes de una reforma del Código Penal del PP en 2015 que no fue apoyada por ningún grupo salvo el suyo. No se despenaliza ningún tipo de malversación. Endurecemos la persecución de cargos públicos corruptos [con el delito de enriquecimiento ilícito]. Nos estamos homologando a Portugal, Francia o Luxemburgo”, ha explicado.
García-Page
Pero también ha querido responder a Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, que fue durísimo y dijo que “no es tolerable pactar con los delincuentes su propia condena”. Sánchez justifica su apuesta, que reconoce “arriesgada”, para resolver el problema político en Cataluña. “Respeto su opinión [la de Page], pero no la comparto. La última década ha sido una pérdida de tiempo en Cataluña y en toda España en todo lo que tiene que ver con el modelo territorial. Se rompieron los puentes y se acabó con el diálogo. Queremos superar una etapa negra y no volver a sufrir lo que se vivió en Cataluña. La unidad del independentismo hoy está rota. La vía unilateral hoy no se plantea. La Constitución se cumple en Cataluña. Hoy, Cataluña está mucho mejor que hace cuatro años”.
El presidente tenía ganas de desarrollar su apuesta política, y en esa línea ha contestado también a ERC, que ahora recupera la idea del referéndum de autodeterminación. Sánchez ha apelado a Salvador Illa, líder del PSC, con el que habla con frecuencia para diseñar la estrategia sobre Cataluña. “El procés acabó y hoy en Cataluña prima la convivencia. No podemos volver a debates del pasado. Escuchaba a Illa decirle a ERC que digan la verdad. Si lo saben, el procés ha acabado, estamos en un momento de cierre de una etapa e inicio de una nueva. En Cataluña no va a haber ninguna consulta de autodeterminación. No solo porque no quepa en la Constitución, sino porque tenemos que contribuir con soluciones que no nos lleven a la ruptura. Yo cuando hice las medidas de gracia a los independentistas dije que no lo hacía por ellos, sino por los catalanes y su convivencia. Esto que hacemos de reformar el delito de sedición no lo hacemos por los partidos independentistas, sino porque apuesto por la concordia y convivencia entre catalanes. ¿Cómo voy a apostar por un referéndum de autodeterminación? Lo sé, son decisiones arriesgadas, pero la lección que debemos extraer de 2017 es que no hacer nada no es una solución. No hacer nada nos llevó a un 1 de octubre que dañó la reputación de la democracia española. A Rajoy le hicieron varios referéndums. A mí, ninguno. España no se va a romper, y cuando estuvo cerca de romperse fue cuando estaba el PP en el Gobierno”.
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