_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El socialismo ha muerto (en Francia) y estamos en su funeral

A los supervivientes les toca bajar al fondo del pozo seco y preguntarse por dónde y por qué se ha escurrido el agua

Elecciones Francia
La candidata del Partido Socialista francés (PS), Anne Hidalgo, se dirige a los simpatizantes del partido en el Poincon de París, el pasado 10 de abril.THOMAS COEX (AFP)
Berna González Harbour

Todo escritor siempre teme ese momento en que, al echar el cubo al pozo, este solo le devuelva el sonido del golpe en un fondo ya vacío, me decía hace unos días Don Winslow. Vacío de agua, de historias, de inspiración, de público. La catástrofe. Y eso es exactamente lo que le ha pasado a Anne Hidalgo y al socialismo francés que, tras arrojar el cubo al agujero en busca de votos, ha escuchado un veredicto seco: solo el 1,7% de los franceses la han votado; en París, donde es alcaldesa, el 2,17%. No hay ya agua para el viejo partido de François Mitterrand y François Hollande cinco años después de abandonar el Elíseo.

Y esto no es algo que pueda atribuirse solamente a la candidata, una política entera, de principios, de valores, feminista, ecologista y en las antípodas de la estridencia. Pero los votantes parecen agotados de políticos previsibles, educados, racionales y tan comedidos en sus propuestas como demasiado comprensivos con las dificultades en el camino.

Hablar de socialismo francés es hablar de socialismo europeo. En esta ocasión se puede disociar, ya que Portugal, España y Alemania mantienen encendida la antorcha que se va apagando en otros sitios, pero la humillación sufrida en Francia es tan grande que todos deben aprender lecciones.

Los barrios más populares han votado a Jean-Luc Mélenchon o a Marine Le Pen. Los trabajadores ya no sienten que el socialismo les represente en Francia, un viejo problema que se extiende a medida que esta opción queda más y más atrapada entre los sueños de cambio y un respeto excesivo a la inamovilidad de las élites.

Los ciudadanos comprenden rápidamente la desigualdad. La inflación. La diferencia entre quienes solo pueden acceder a una sanidad pública agotada y quienes tienen seguro privado. La distancia entre un discurso ecologista precioso y unos impuestos que caen en el trabajador. Por eso están huyendo de los viejos partidos que ya no les dan respuestas.

Le Pen ha acertado en algo más que en la exhibición de sus gatitos, tan rentable hoy en el mundo infantilizado de las redes, ha aparcado la obsesión de la identidad para centrarse en el gran asunto: el poder adquisitivo de los ciudadanos. Emmanuel Macron es el sistema y está apuntalado por el desafío que supone la guerra de Ucrania. Y Mélenchon avanza, pero sin ninguna capacidad de aunar. Es el socialismo, por tanto, la mayor víctima de unas elecciones y un entorno económico en el que no se sabe mover. En Francia ha muerto y estamos en su funeral. A los supervivientes les toca bajar al fondo del pozo seco, preguntarse por dónde y por qué se ha escurrido el agua. Y ponerse a trabajar en ello.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_