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Columna
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Chicas Oscar

La ceremonia de los premios de Hollywood fue conducida por tres mujeres. Hubiera dado lo mismo que la condujeran varones haciendo bromas sobre los pechos de chicas semidesnudas

Desde la izquierda. Amy Schumer, Wanda Sykes y Regina Hall, en la gala de entrega de los Oscar.
Desde la izquierda. Amy Schumer, Wanda Sykes y Regina Hall, en la gala de entrega de los Oscar.BRIAN SNYDER (REUTERS)
Leila Guerriero

Un matón le pega un cachetazo a un tipo y hablamos de eso durante semanas. ¿El chiste de Chris Rock sobre la alopecia de Jada Pinkett, esposa de Will Smith, era agresivo? Sí. Pero hay monarcas del humor bestial: George Carlin. Este chiste era mediocre y generó algo que opacó cosas bastante horribles. La ceremonia de los Oscar fue conducida por tres mujeres. Hubiera dado lo mismo que la condujeran varones haciendo bromas acerca de los pechos de chicas semidesnudas. Una de las conductoras, Regina Hall, pidió a varios actores que subieran al escenario y anunció que les metería la lengua hasta la garganta para hacerles un test de covid. Luego, con la misma “excusa”, se acercó a dos de ellos y los manoseó enteros. Otra conductora, Amy Schumer, bromeó acerca de las personas que trabajan en la gala como rellenaasientos (cubren los sitios de los actores que dejan temporalmente sus butacas). Al llegar a la mesa del matrimonio Jesse Plemons-Kirsten Dunst dijo, dirigiéndose a Dunst: “Aquí tenemos a una rellenaasientos. ¿Te puedes levantar e irte al baño, cariño?”. “¿Sabías que es mi esposa?”, preguntó Plemons. “¿Estás casado con una rellenaasientos?”, dijo Schumer, fingiendo escándalo. La broma fue criticada en las redes, pero Schumer aclaró que había sido ensayada. O sea que la misma Academia que, después del cachetazo, emitió un comunicado asegurando no avalar la violencia guionó un chiste violento contra los trabajadores. El golpe de Smith y su “condena” a 10 años de ausencia en la ceremonia mandó los manoseos y el clasismo al olvido (junto con el hecho de que, estando nominadas El poder del perro y Licorice Pizza, se premiara una película olvidable: CODA). Amy Schumer dijo estar traumatizada por el cachetazo. Pero les vino bien: gracias a eso, nadie habla de violencias, guionadas o no, que se aceptaron sin chistar.

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Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

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