¿Otro 8-M de postureo?
Los lectores opinan sobre el 8-M y sobre la guerra entre Rusia y Ucrania
Mañana es 8 de marzo y, con él, veremos la foto de políticos apoyando, de postín, el movimiento. Los mismos que no han pensado en nosotras, las mujeres trabajadoras y madres, que hemos tenido que, durante la pandemia, vivir situaciones de mucha angustia. Pongo, por ejemplo, el día que mi hijo de siete años dio positivo en covid-19. Me llama mi marido y me lo cuenta. Así que lo comunico en el trabajo y me dicen que no me pueden ayudar porque no hay nada: ni normativa ni ley del Gobierno para ayudar a las familias y proteger a los menores en esta situación. Aquello me supuso un estrés tremendo. Me sentí completamente desprotegida. Y respiré, sí, sí, respiré, cuando, dos días más tarde, di positivo. Por fin iba a poder estar donde mi cabeza y corazón me pedían: cuidando de mi hijo. Quienes se hagan la foto este 8 de marzo dirán muchas cosas, pero que no os engañen, el movimiento se demuestra andando. Y han demostrado que, tanto nuestros hijos como nosotras, les importamos un pito.
Natalia Prieto. Cuarte de Huerva (Zaragoza)
Solo despertar
Hace unos días escuché en la radio la entrevista a una chica ucrania por teléfono. El periodista le preguntó cómo habían pasado la noche. “Hemos despertado, estamos vivos”, contestó. Qué tristeza. Ojalá los ucranios puedan pronto, simplemente, despertar y que la pesadilla haya finalizado. Que solo deban preocuparse de preparar el almuerzo para sus hijos o de si el jefe estará ese día de buen humor. Hasta entonces, seguiremos esperando con el corazón encogido y masticando ortigas sus testimonios de vida y muerte. Deseando que la pantalla no se quede en negro, ni el teléfono enmudezca.
Eva María Cánovas Mollá. Elche (Alicante)
Impasibles ante la guerra
Una guerra comienza mucho antes de la primera bomba, se va incubando como el huevo de la serpiente, alimentándose con proclamas y victimismos de pacotilla, conjugando el ellos y el nosotros, mientras la sociedad sigue con su proverbial modorra, entregada a arrogantes líderes de ocasión, incapaces de construir decentemente un párrafo, con su balbuceo patriotero y su ademán castizo. Y solo cuando vemos los muertos, arrellanados en nuestro sofá o tomando cerveza en una terraza callejera, nos rasgamos las vestiduras, practicamos una solidaridad tuitera, nos convencemos de nuestra bondad intrínseca, mientras pedimos otra ronda de lo mismo al camarero.
Juan Fernández Sánchez. Madrid
Un papel esencial
Creo que se hace necesario que los medios de comunicación ayuden a los ciudadanos del mundo a entender que los rusos, tanto los que viven en Rusia como en cualquier otro lugar, son las primeras víctimas de quien ha iniciado esta guerra. Se están dando casos, y me temo que se van a dar muchos más, en los que se culpa y hasta se agrede a personas por el hecho de tener nacionalidad rusa. Quienes hemos vivido en una dictadura sabemos perfectamente que de los actos del dictador solamente él mismo y su entorno son responsables. Y que culpar a quienes sufren la opresión es una absoluta injusticia. Todos debemos evitar que eso ocurra, y el papel de los medios de comunicación para esto es esencial. Gracias.
Francisco Cobo Valero. Madrid
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