Las lágrimas de la guerra

¿Existe la humanidad? Humanos sí que hay en la tierra, pero encontrar la humanidad en las personas es más complicado ya que, desgraciadamente, la empatía, el altruismo, la solidaridad, el respeto y la humildad son palabras vacías de significado o una utopía para nuestra realidad. Es triste que en pleno siglo XXI veamos tales atrocidades como las de Afganistán y Rusia. ¿Y es necesario? ¿Es necesario que estalle una guerra por falta de diálogo? Es una insensatez, porque quién acaba pagando las consecuencias es la gente inocente. Y, por lo que puedo contemplar, a estos les gusta tropezar con la misma piedra una y otra vez. Se ve claramente que no aprendieron del dolor y la injusticia de las guerras mundiales. Se habla de paz sin saber establecerla, se aconseja dialogar, pero se actúa, se conoce el concepto empatía pero no ejecuta. Cada día vamos de mal en peor, y a saber hasta dónde va a llegar está situación. Hasta que no reine la idea de bien, la bondad y la paz en el corazón de aquellos que están en el poder, la guerra no tendrá solución.

Màrius Folch López. Gavà (Barcelona)

Nido de serpientes

El nido de serpientes de la política no es nuevo por más que en los últimos días se muestre más claro. Se remonta a Maquiavelo, a los Borgia, a los romanos y sus intrigas poco ortodoxas para hacerse con el poder. Los aplausos en público y las puñaladas en privado solo constatan el hecho consumado del sacrificio de uno para el liderazgo de otro. Es un espectáculo desde el punto de vista sociológico y un papelón para el partido que le toque mostrar sus miserias en público, pero que sucede con cierta asiduidad.

María Carmen García Jaén. Pechina (Almería)

Que aprendan menos

Estas han sido las palabras de un profesor al preguntarle qué hace él cuando no puede dar su clase por problemas técnicos. Cuando intentaba arreglar un problema en clase con el proyector que me resta tiempo de clase preguntaba a los alumnos ¿qué pasaría si sus padres les apuntaran a clases particulares y no funcionara el proyector? Los quitarían. Sin embargo, en la educación pública estos problemas están normalizados, y la mayoría de veces no es por falta de dinero, sino de actitud. Otra frase que te puedes encontrar es: “Enséñales otra cosa”. Hacemos de la ley del mínimo esfuerzo de los alumnos nuestra excusa para no hacer nada. Con profesores así, no es extraño que luego las empresas no confíen de los alumnos titulados, y pidan experiencia.

Pedro Herrador Román. Granada

Que tomen ejemplo...

Hay que ver lo rápido que han reaccionado los bancos ante la campaña de Carlos San Juan y su lema “Soy mayor, no idiota”. Le felicito. Debería tomar nota la Administración y demás entidades para satisfacer los derechos de los ciudadanos. ¿O es que habría que recordarles, parafraseando a San Juan, que somos personas, pero no gilipollas? A lo mejor necesitan ese impulso para que las cosas funcionen.

Pedro Catalán García. Madrid