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ANATOMÍA DE TWITTER
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Como el Watergate, pero dibujado por Ibáñez

Nos faltan palomitas para disfrutar el espionaje del PP a Isabel Díaz Ayuso

Jaime Rubio Hancock
Caso espionaje Diaz Ayuso
'La gran aventura de Mortadelo y Filemón', de Javier Fesser (2003)

En España no tenemos a James Bond; tenemos a Mortadelo y Filemón. Y tampoco tenemos el Watergate; como mucho, el Puerta del Sol o Solgate. Recordemos: en el Watergate, Nixon espió a sus adversarios, es decir, el Partido Demócrata. El Solgate es una trama en la que se acusa a Pablo Casado de espiar a sus adversarios, es decir, a su propio partido. O, como resumía en Twitter el guionista Javier Durán, “la sede del PP, el nuevo Puerto Hurraco”.

Esta historia nos tiene a todos actualizando Twitter cada minuto y comiendo palomitas a puñados porque carece de desperdicio. La intento resumir: los fontaneros del PP contactaron con detectives para investigar si el Gobierno de Ayuso había adjudicado irregularmente un contrato de mascarillas a un amigo de Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta, y si este cobró una comisión.

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Pero, como apunta @tecnologiadelbotijo, los fontaneros del PP son clavaditos a Pepe Gotera y Otilio. Y lo que ha terminado pasando es que no estamos hablando de los 280.000 euros que se llevó el hermano de Ayuso, según el propio partido. Ahora la cuestión es si Casado le quería hacer un Cifuentes a la presidenta y si además lo quería financiar con dinero del Ayuntamiento de Madrid, cosa que ha desmentido el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Digo “hacer un Cifuentes” porque el apellido de la expresidenta de la Comunidad de Madrid se coló entre las tendencias de Twitter ya en la noche del miércoles. Muchos veían una maniobra similar a cuando apareció, por arte de magia, un vídeo en el que se veía a la política del PP después de haberse metido en el bolso unas cremas de un supermercado. Por si a alguien no le quedaba clara la analogía, @MortaSiciliana publicó un montaje con estas imágenes, pero con la cara de Ayuso.

El Partido Popular lo desmintió todo en un tuit. Aunque, tal y como estaba escrito, resultaba complicado descifrar a qué se refería: el mensaje hablaba de “una supuesta investigación” sobre “contratos sanitarios”. Qué les costaba poner ahí algo como “lo del hermano de Ayuso” para que nos entendiéramos todos. Lo desmintió, pero poco: al cabo de unas horas confirmó esa investigación y aseguró que irá “hasta el final”. En su comparecencia del jueves por la tarde, García Egea amenazaba con un expediente informativo a Ayuso, que había calificado de “cruel” la actuación del PP. En Twitter no había tiempo ni de actualizar los memes.

Los más críticos con Pablo Casado y Egea —es decir, los votantes del PP—, pedían su dimisión, confiando en poder ver a Díaz Ayuso de presidenta, primero del PP y luego de España. Los tuiteros de izquierdas se limitaban a sacar más palomitas del microondas y a disfrutar del espectáculo, temiendo ver a Díaz Ayuso de presidenta, primero del PP y luego de España. También hubo choteo, claro: más de uno proponía que el partido ponga al frente a Alberto Casero, el diputado que se equivocó al votar la reforma laboral. Y no faltaron los que se acordaron de Soraya Sáenz de Santamaría, a quien Casado ganó la presidencia del PP en 2018 y a la que muchos imaginaban sonriendo y acariciando a un gato. Por cierto, esta es la imagen que debería salir cuando uno busca Schadenfreude en el diccionario.

Total, que con todo este lío no es de extrañar que El ala oeste de la Casa Blanca nos parezca ciencia ficción, que la serie más realista sobre la política española sea Venga Juan y que demos por supuesto que los detectives que iban a investigar a Ayuso fueran un señor con dos pelos y un mago del disfraz. “Enganchadísima a esta temporada del Partido Popular”, tuiteaba @olaladefua. Tiene pinta de que va a terminar con más cadáveres que Juego de tronos.

Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

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