“Yolanda es el Power Ranger rojo”
La clave del poder ‘ranger’ no reside en ser hombre o mujer, sino en la fragilidad misma y su posible metamorfosis
La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz; la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; Mónica García, portavoz de Más Madrid en Madrid, y Fátima Hamed, del Movimiento por la Dignidad de Ceuta coincidieron este sábado en un acto político por el que han corrido ríos de tuits, haters, lovers y análisis políticos de toda índole. El nombre era muy bueno #OtrasPolíticas, el casting provocador y el propósito tan noble como la inocente idea de “caminar juntas”.
El resultado ha sido un estallido de aplausos y abucheos desde todas las gradas de Twitter con miles de tuits y retuits tan intensos como predecibles. Que si Yolanda está configurando una alternativa a la izquierda del PSOE, que si hay que ver mil personas apretujadas (con mascarilla) en un teatro, que si míralas tan feministas pero al lado de una mujer que se cubre la cabeza por sus creencias religiosas, que si el comunismo es malo, que si el nacionalismo es peor, que si Pedro Sánchez está tranquilo con la idea de que Yolanda cohesione el espacio a la izquierda del PSOE, que si la derecha esto, que si Podemos aquello… Nada nuevo bajo el sol. Pero entre el río de comentarios predecibles aparece un tuit que brilla como el oro en medio de la fiebre. “Yolanda es el Power Ranger rojo” escribe @JuanmaSamusenko. Su análisis ha pasado desapercibido (8 likes de nada) y, sin embargo, a mí me parece el mejor análisis de cuantos he leído sobre Yolanda Díaz.
Power Rangers es una serie de televisión que empezó a emitirse en el año 1993 y que dura hasta hoy, siendo el ranger un icono intergeneracional con el que pueden empatizar abuelos, padres o nietos. La serie en cuestión es una franquicia estadounidense de una idea japonesa, la del género tokusatsu o, lo que es lo mismo, la de robots al estilo de Mazinger Z conducidos por niños que se mueven en una especie de útero omnipotente. Los rangers representan así el triunfo de la fragilidad frente a las fuerzas del mal y viajan en el inconsciente de distintas generaciones. Estos héroes no tienen superpoderes, son gente corriente capaz de transformarse mediante la magia o la tecnología en una nueva forma de poder. Y son el resultado de un tipo de narrativa que se puso de moda en Japón tras los dramas infantiles producidos por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, siendo su espíritu el mismo que recorre algunos animes clásicos como La tumba de las luciérnagas, de Isao Tahakata o Mi vecino Totoro, de Hayao Miyazaki.
Por eso, afirmar que Yolanda Díaz es un ranger es decir mucho. Hay quien asegura que #OtrasPolíticas está del lado de las mujeres y que su techo es el feminista, pero la cultura ranger está por encima del género (por eso llevan máscaras) y la clave de su poder no reside en ser hombre o mujer, sino en la fragilidad misma y su posible metamorfosis.
Yolanda es el Power Ranger rojo ❤ https://t.co/nay9Nct9LN
— Juanma Samusenko (@JuanmaSamusenko) November 13, 2021
Por si esto fuera poco, el tuit asegura que Yolanda no es un ranger cualquiera sino el de color rojo. Un matiz importante dado que el rojo es de entre todos los rangers el más poderoso y quien encabeza los ataques al enemigo. Por lo demás, es evidente que Yolanda habla con la ingenuidad de una niña ranger cuando asegura que “Esto es el principio de algo maravilloso”. Me ha hecho recordar otra de las frases de aquellos héroes de mi infancia. “¿No es la más pequeña oportunidad de victoria suficiente razón para que sigamos luchando?” Pues eso.
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