Mascarillas, especie invasora
Los lectores opinan sobre la falta de empatía en la sociedad, el problema de la salud mental, las restricciones en los colegios, y sobre la negativa del PP a renovar el Consejo General del Poder Judicial
De todos los colores que alberga la naturaleza, el que menos esperas encontrarte es el azul. Pero un azul que chirría entre el silencio más frondoso del monte, el de las mascarillas. Al menos eso esperamos los que vamos a disfrutar de una caminata. Son las 11.00 en un pueblo del norte de Burgos, habrán transcurrido dos horas y cuatro kilómetros desde que lo hemos abandonado entre senderos. La mirada se pierde entre calzadas romanas, nogales y fuentes. Hasta que agachas la cabeza y piensas: “¿No puede ser, una mascarilla aquí?”. Resulta que nos hemos topado con una cantidad asombrosa de mascarillas tiradas. Unas cinco. Sin contar otros residuos. ¿De qué nos sirve entonces ir al monte a desconectar? Si no somos capaces de mantenerlo limpio para que el siguiente que suba disfrute de esa esencia. O vamos más allá, ¿es tan difícil depositarlo en un contenedor? Nunca entenderé qué significado tiene el término “empatía” para ciertas personas.
Jon Argüeso Gómez. Villasana de Mena (Burgos)
Palabras vacías y la salud mental
En el Congreso se le preguntó recientemente a la ministra de Sanidad, haciendo referencia al incremento de los suicidios y otros problemas relacionados con la salud mental, sobre las medidas que iba a adoptar el Gobierno en este sentido. “Lo que va a hacer el Gobierno es situar la salud mental en el epicentro de las políticas públicas de salud”. Medidas concretas no mencionó ninguna. La pregunta es si se quiere o no se quiere hacer una reforma integral del sistema de salud, y que este asuma de una vez los costes del tratamiento psicológico de todos sus asegurados.
José Luis Pérez Martienssen. Vilamarxant (Valencia)
Los niños y la pandemia
La situación mejora claramente, y lo veo cada mañana. Voy en el metro con mucha gente. Llego al trabajo y estamos casi todos. Puedes ir al cine y al teatro, al fútbol, de cañas, a cenar, a un concierto, de copas. Casi todo lo puedo hacer ya, esto mejora, y nadie me impide que lo haga cada día con alguien distinto. En cambio, los niños siguen teniendo que cumplir con las reglas de hace un año y solo pueden mezclarse con su clase, en el comedor, el desayuno. Ellos son siempre los olvidados, no votan, no protestan, solo lloran alguna vez y luego se conforman.
Carlos Luengo Gómez-C. Madrid
Derecha libertaria
A juzgar por su proceder, más que liberal, nuestra derecha política es libertaria, con ese punto de arrogancia de los colegios de pago. Baste recordar el desdén que destilaba el expresidente José María Aznar a propósito de los límites etílicos en la conducción, el desacato a las medidas gubernamentales, avaladas por la ciencia, para reducir el impacto de la pandemia o el obstruccionismo tanto del expresidente Mariano Rajoy como de Pablo Casado para impedir el cumplimiento de la legalidad en la renovación de varios organismos, entre ellos el Consejo General del Poder Judicial. Que dicho obstruccionismo coincida con diversos procesos judiciales en los que aparece como encausado el propio Partido Popular deja al descubierto la verdad de fondo que se oculta tras tanto discurso banal y mostrenco.
Juan Fernández Sánchez. Madrid
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