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Tribuna
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Centroamérica: una región a explorar por las empresas españolas

Existe un gran potencial para las exportaciones españolas a Centroamérica. Las compañías se encuentran en una posición privilegiada dados los estrechos vínculos existentes con la región

Una grúa sube un contenedor en un barco el 19 de agosto en Andalucía (España).
Una grúa sube un contenedor en un barco el 19 de agosto en Andalucía (España).JUNTA DE ANDALUCÍA (Europa Press)

Los intercambios comerciales entre España y Centroamérica –de cuya declaración de independencia se cumplirán 200 años el 15 de septiembre– se han intensificado desde la entrada en vigor provisional del Pilar Comercial del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (AACUE) en 2013. Aunque este acuerdo debería haber favorecido especialmente a las exportaciones españolas a la región, cuyo acceso al mercado centroamericano se regía hasta su entrada en vigor por la Cláusula de la Nación Más Favorecida de la OMC, el crecimiento del comercio bilateral se ha producido sobre todo del lado de las importaciones españolas, a pesar de que los seis países del istmo centroamericano que forman parte del Acuerdo (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) ya disfrutaban antes de su entrada en vigor de acceso preferencial al mercado europeo a través del Sistema de Preferencias Generalizadas de la Unión Europea, que facilita el acceso al mercado comunitario de los productos procedentes de países en desarrollo.

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Sea como fuere, las importaciones españolas de mercancías procedentes de Centroamérica se han duplicado entre 2012 y 2020, creciendo un 11,3% sólo en 2020. Las exportaciones españolas de mercancías a la región, en cambio, cayeron en 2020 más del 30%, situándose un 6% por debajo de su nivel de 2012. Si dejamos de lado 2020, encontramos que las exportaciones españolas a la región habían crecido un 34% entre 2012 y 2019, un crecimiento superior al experimentado por las exportaciones españolas de bienes totales –que crecieron en ese mismo periodo algo menos del 30%–, pero muy inferior al crecimiento de las importaciones de mercancías procedentes de Centroamérica.

Como resultado de lo anterior, en 2020 el saldo comercial se tornó por primera vez deficitario para España, cuando en 2013 sus exportaciones a la región triplicaban en volumen a sus importaciones. Así, mientras que en 2012 España mantenía superávit comercial frente a los seis países que forman parte del AACUE, en 2020 solo mantenía superávit comercial frente a El Salvador.

Esta tendencia, similar a la que se observa a nivel Unión Europea, es contraria a la experimentada por el conjunto del sector exterior español, cuyo déficit comercial se ha venido reduciendo en los últimos años gracias a la profunda transformación de su modelo productivo ocurrida desde la crisis financiera. Sigue existiendo, por tanto, un gran potencial para las exportaciones españolas a Centroamérica, que nuestras empresas se encuentran en una posición privilegiada de aprovechar dados los estrechos vínculos existentes con la región. No podemos olvidar que nuestras relaciones comerciales se remontan a la llegada de los españoles a Centroamérica en el siglo XVI, y que siguen siendo a día de hoy las más importantes de cualquier país europeo con la región, con un 16% y un 14% de las exportaciones y de las importaciones europeas totales respectivamente. No es casualidad que las negociaciones del AACUE concluyeran en una cumbre celebrada en Madrid, bajo la presidencia española de la Unión Europea.

El peso de Centroamérica en las exportaciones españolas de mercancías es, además, inferior al de otras economías hispanoamericanas con un PIB similar, como puede ser el caso de Chile. Mientras Chile es el destino de alrededor del 0,5% de las exportaciones españolas de mercancías, Centroamérica es el destino de menos del 0,3%. Esta diferencia no se observa en el caso de las importaciones, donde la distancia se ha ido reduciendo en los últimos años, al haber pasado Centroamérica se ser el origen de apenas el 0,1% de las importaciones de mercancías españolas en 2007 hasta el 0,3% en 2020, un porcentaje similar al de Chile, cuyo peso estos últimos años se ha mantenido por debajo del 0,4%.

El menor peso de Centroamérica en las exportaciones españolas se debe, en buena medida, a la fragmentación del mercado centroamericano. Esta fragmentación se produce pese a la existencia de un proceso de integración regional iniciado hace casi 70 años, pero al que le queda todavía mucho camino por recorrer. En los últimos años se han producido algunos avances importantes, como la creación de una Unión Aduanera entre Guatemala y Honduras, a la que está en proceso de incorporarse El Salvador. Cualquier avance adicional en esa dirección incidirá, con seguridad, de forma positiva en el crecimiento de las exportaciones españolas a la región, y la Unión Europea podría jugar un papel relevante en el apoyo de ese proceso. Para esto último sería muy beneficiosa la entrada en vigor definitiva del AACUE, que se encuentra pendiente únicamente de su ratificación por parte de Bélgica –hasta ahora, solo ha entrado en vigor de forma provisional el Pilar Comercial del Acuerdo, que afecta a competencias exclusivas de la Unión Europea y no requiere, en consecuencia, de la ratificación de todos los Estados miembros–.

Hasta entonces, para el crecimiento de las exportaciones españolas será clave que continúe el flujo inversor español hacia la región. Se trata de países con abundante población en edad de trabajar, con grandes recursos naturales sin explotar, una posición geográfica privilegiada y acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, México y la Unión Europea, entre otros. Además, los seis países de Centroamérica tienen suscritos con España acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones (APPRI), lo que aumenta la seguridad jurídica de las inversiones españolas. Operaciones como las anunciadas en lo que va de año por Faes Farma o Nextil en Guatemala muestran un cambio de tendencia respecto a la salida de empresas de la región que se venía produciendo en los últimos tiempos.

Lo que parece claro es que las importaciones españolas de bienes procedentes de Centroamérica seguirán creciendo de manera significativa, pues todavía muestran una gran concentración en torno a los productos alimentarios, que en 2012 representaban el 91% de nuestras importaciones totales y que en 2020 seguían representando casi el 70%. Esa concentración no cuadra con la composición de las exportaciones totales de los países centroamericanos, lo que ofrece un gran margen de crecimiento para sus exportaciones.

Desde las Oficinas Económicas y Comerciales de España en los países centroamericanos estamos a disposición de las empresas españolas interesadas en explorar las oportunidades que ofrece esta región. Ello permitirá seguir diversificando geográficamente las exportaciones españolas y contribuirá a continuar mejorando el saldo de nuestra balanza comercial, algo fundamental para que España mantenga el superávit por cuenta corriente del que disfruta desde hace casi una década, que permitió poner fin al que hace apenas 15 años era uno de los principales desequilibrios estructurales de nuestra economía.

Bernardo de Lizaur es consejero de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Guatemala.

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