_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

China aspira a la ‘champions’ nuclear

Pekín quiere incorporarse al club exclusivo de las superpotencias con suficiente munición como para destruir ellas solas el planeta entero

Lluís Bassets
El presidente chino, Xi Jinping, durante un discurso en el centenario del Partido Comunista de China.
El presidente chino, Xi Jinping, durante un discurso en el centenario del Partido Comunista de China.ALY SONG (Reuters)
Más información
EE UU alerta del incremento del arsenal nuclear chino por un informe sobre la construcción de nuevos silos

Hasta ahora ha sido cosa de dos, Estados Unidos y Rusia, antes Unión Soviética. El equilibrio del terror durante la guerra fría, gracias a la amenaza de la destrucción mutua asegurada, era una ecuación estrictamente bipolar. Y sigue siéndolo, pero ya por poco tiempo. Ahora China también quiere incorporarse al club exclusivo de las dos superpotencias con suficiente munición como para destruir ellas solas el planeta entero.

Son poderosos los estímulos que han impulsado al régimen de Pekín a construir al menos 250 silos para instalar misiles transcontinentales con cabeza nuclear, tal como se ha conocido por fotografías tomadas desde satélites comerciales. China ha alcanzado la primera división mundial en numerosos dominios, especialmente en el económico y tecnológico, y ahora acompaña sus esfuerzos diplomáticos y militares con la exhibición de poder que significa su incorporación a la primera división del club nuclear, a la par con Estados Unidos y Rusia.

Esta decisión es fruto también del estancamiento de las políticas de antiproliferación y desarme, que han permitido la ampliación del club a Pakistán, India, Israel e incluso Corea del Norte, y situado a Irán en camino de conseguir el arma nuclear. China quiere afirmarse como potencia atómica indiscutida en el continente donde mayor es el peligro de proliferación, especialmente frente a India, potencia con la que rivaliza en la hegemonía asiática y con la que tiene contenciosos fronterizos.

La construcción de los silos coincide con la reanudación de las conversaciones de Ginebra entre Washington y Moscú para prorrogar hasta 2026 el tratado Nuevo Start de 2010, que limita el número de cabezas nucleares desplegadas a un máximo de 1.550. Con la ampliación del arsenal, Pekín podrá multiplicar por cinco su actual despliegue de 270 cabezas y se acercará a las cifras de rusos y estadounidenses. Tendría todo el sentido que también se incorporara a las negociaciones de desarme, desbordando así el marco bilateral.

A estas horas son serias las dudas sobre la vigencia de la doctrina de la disuasión mínima mantenida desde tiempos de Mao Zedong, que limitaba el arma nuclear a la autodefensa y excluía un primer uso sin previo ataque nuclear. La ampliación del arsenal es la que conviene a una superpotencia con capacidad para intervenir militarmente en Asia fuera de sus fronteras, por ejemplo en Taiwán o en el mar circundante, e incluso para entrar en disputa con la vecina Rusia, como ya sucedió desde los años sesenta del pasado siglo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_