EE UU alerta del incremento del arsenal nuclear chino por un informe sobre la construcción de nuevos silos
Washington y Moscú celebrarán una nueva ronda de diálogo sobre control atómico en septiembre en Ginebra
La preocupación de Washington por las aspiraciones de China en la carrera nuclear ha cobrado fuerza. Un informe de la Federación de Científicos Americanos (FAS, en sus siglas en inglés) alerta de que el régimen de Xi Jinping está construyendo una nueva red de silos para el lanzamiento de cabezas nucleares. El análisis, publicado el pasado lunes, recoge fotografías tomadas por satélite y sitúa el proyecto en el noroeste del país, en la región de Xinjiang. Los investigadores calculan que el campo puede albergar hasta 110 silos. Solo unas semanas antes, el 30 de junio, The Washington Post se hizo eco de otro trabajo a cargo del Centro James Martin para los Estudios de No Proliferación que hablaba de otros 119 silos cerca de la ciudad de Yumen, una zona desértica.
Ambos informes apuntan a un cambio de estrategia de China, cuya capacidad nuclear se sitúa hoy en unas 350 cabezas nucleares, según los investigadores de FAS, una cantidad modesta si se compara con Rusia o Estados Unidos, que operan cada uno de ellos almacenes activos de hasta 4.000 cabezas, el 90% de las armas nucleares del planeta. El régimen chino, aún lejos de esas cifras, aprieta el acelerador. El Pentágono calculaba hace un año que sus existencias se situaban por debajo de las 200 cabezas.
El martes, al día siguiente de publicarse el último informe, tanto el Pentágono como miembros del Congreso llamaron la atención sobre este asunto. “Esta es la segunda vez en dos meses que el público ha descubierto lo que hemos estado diciendo todo este tiempo sobre creciente peligro que el mundo afronta y el secretismo que lo rodea”, señaló en su cuenta de Twitter el Comando Estratégico de Estados Unidos, el brazo del Ejército con la misión de proteger al país y sus aliados ante la amenaza nuclear. Por otra parte, el congresista republicano Mike Turner, representante por Ohio y miembro del subcomité de Servicios Armados en Fuerzas Estratégicas de la Cámara de Representantes, calificó el desarrollo nuclear del régimen chino de “amenaza”.
Estos dos informes se han conocido en vísperas de la primera ronda de negociaciones, llamadas Diálogo sobre Estabilidad Estratégica, que han mantenido este miércoles Estados Unidos y Rusia en Ginebra para evitar una nueva carrera nuclear. Se trata de la primera cita de este tipo entre ambas potencias desde hace un año tras la cumbre del pasado 16 de junio entre los presidentes Joe Biden y Vladímir Putin en la ciudad suiza y se produce después de numerosos desencuentros entre los antiguos protagonistas de la Guerra Fría. Pero el ambiente de la reunión, que encabezan la vicesecretaria del Departamento de Estado norteamericano, Wendy Sherman, y el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Rybakov, se había caldeado en las últimas horas.
Sherman, que aterrizó en la ciudad suiza procedente de Pekín, ha tenido que escuchar las quejas de las autoridades chinas que acusan a Washington de crear “un enemigo imaginario” para distraer la atención de sus problemas internos y reprimir a China, informa Reuters. El Gobierno de Pekín asegura que está dispuesto a mantener conversaciones bilaterales sobre seguridad estratégica “desde las bases de la igualdad y el respeto mutuo” y subraya que su arsenal atómico es muy reducido en comparación con el de las otras dos superpotencias.
El Kremlin, por su parte, ha respondido a Biden tras afirmar el presidente de EE UU el martes que Moscú solo tiene armas nucleares y petróleo y que cada vez es más probable que Washington termine en “una verdadera guerra a tiros con una potencia importante” como consecuencia de un ciberataque a gran escala. Su portavoz, Dmitri Peskov, ha asegurado este miércoles que las declaraciones del mandatario estadounidense son exageradas y denotan la falta de conocimiento del país.
Pese a este clima, el Departamento de Estado ha calificado las negociaciones de Ginebra, de las que no se esperaban resultados inmediatos, como “profesionales y sustanciales” en un comunicado en el que también se informa de que ambas partes han acordado volver a reunirse en septiembre. “Estamos comprometidos, incluso en tiempos de tensión, a ser predecibles y a reducir el riesgo de un conflicto armado y de una guerra nuclear”, ha asegurado un portavoz estadounidense. Rybakov, citado por la agencia oficial TASS, se ha declarado satisfecho con la reunión y con la disposición de la Casa Blanca a mantener un diálogo constructivo.
Aunque no se conoce la agenda oficial, los expertos apuntan que China, que siempre se ha negado a participar en un encuentro de este tipo, la proliferación atómica, la militarización del espacio o los ciberataques deben formar parte del diálogo. “ Las conversaciones deben llevar a una desnuclearización real y sustancial. Todo lo que no sea eso será una irresponsabilidad”, aseguró a Reuters Daniel Hogsta, de la Campaña para Abolir las Armas Nucleares. Los presidentes Biden y Putin acordaron este año prorrogar hasta 2026 el tratado New START de 2010, que limita el número de cabezas nucleares desplegadas por Rusia y EE UU a un máximo de 1.550 y 700 sistemas balísticos en tierra, mar y aire.
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