Nadie conoce a nadie

Todo el mundo cree conocer a todo el mundo. Y este que escribe nunca ha entendido esa estúpida ambición de querer conocer al otro o de empeñarse en decir que conoce al otro. Y no me refiero a ese conocer visual. Ese conocer de identificar. No, hablo de ese conocer más íntimo en el que cualquiera dice saber lo que sientes, lo que está ocurriendo dentro de tu cabeza cuando la realidad es que ni uno mismo sabe lo que le ocurre. Pero, aun así, sigue palpitando esa estúpida ambición por parte del otro, de cualquiera, de creer que lo sabe. Esa manera de comportarse es algo que acaba cansando. E incluso hartando. Por eso, a veces a uno le sale decir que está harto. Harto de ti, de ti, de ti y de ti. Puesto que la única certeza es que nadie conoce a nadie. A nadie. Absolutamente a nadie.

Manuel I. Nanín. O Carballiño (Ourense)

Valores europeos

Da la impresión de que Biden quiere tratar a Europa como socio y no como lacayo. Me parece una muy buena noticia, y además inteligente de su parte. El reto de Occidente es que la economía china no nos deje el papel de meras comparsas. Una Europa desunida no es un socio fiable ni sólido para Estados Unidos. Hay quien se ha dedicado a enfrentar a los ciudadanos y a las regiones siguiendo la máxima “divide y vencerás”. Me gustaría que no nos desmantelasen nuestra Seguridad Social ni nuestro estilo de vida.

Félix Alonso Escos. Bruselas (Bélgica)

Catorce kilómetros

Catorce kilómetros de vallas que separan privilegios. No me refiero a vallas de metal con pinchos que hieren, sino a mares con agua que ahoga. Catorce kilómetros que distinguen a iguales, donde es la suerte la que decide si algún día te tendrás que plantear cruzarlos o no. Esta brecha también se usa como arma política, porque al final del día la Declaración Universal de los Derechos Humanos también acaba en el mar convirtiéndose en papel mojado. Estrechos físicos, anchos en desigualdades.

Judit Garcelan Pecharromán. Madrid

Compañerismo, profesionalidad

Corría el minuto 42 del partido de la Eurocopa que disputaban las selecciones de Dinamarca y Finlandia cuando un jugador del equipo danés, de repente y sin que precediese contacto físico alguno se desplomó sobre el césped. La imagen fue sobrecogedora, el estadio enmudeció. El capitán de la selección danesa acudió rápidamente, realizó los primeros movimientos de reanimación, colocó en la debida posición al jugador y dio instrucciones a sus compañeros. Y el médico de la selección salvó la vida del jugador al conseguir con un desfibrilador y masajes que el corazón volviese a latir. Todo un ejemplo de liderazgo y de profesionalidad.

José María Torras Coll. Sabadell (Barcelona)

La luz, bien necesario

En lugar de invertir en políticas sociales y en subvenciones, resulta que en España somos tan fantásticos que nos dedicamos a subir el precio de un bien tan necesario como es la luz. La luz no es un bien de lujo, poder lavar la ropa no es un lujo. Por favor, dejen de ahogar aún más a la ciudadanía. Hace tiempo que ya aguantamos demasiado.

Martí Mancilla Muntada. Barcelona

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