El 15-M hoy y mañana
Los lectores escriben del aniversario del 15-M, el conflicto árabe-israelí, la crisis migratoria en Ceuta, las cocinas fantasma y la cultura segura
He asistido estos días al réquiem mediático por el movimiento 15-M, al que insisten en identificar no ya con Podemos, sino con el propio Pablo Iglesias. Y no. Ni ha existido un partido capaz de representar a esta espontánea y pacífica indignación colectiva ni esta revolución ciudadana ha dicho su última palabra. Quienes creemos y defendemos otro mundo posible mantenemos nuestra indignación intacta. Yo llevo 40 años sublevado contra este mundo de ricos y pobres, de contaminación y guerras... de resignación. Tengo guardado bajo siete llaves el idealismo adolescente que me hizo gritar por Somalia, por Etiopía, por Haití y por cada víctima de este malvado capitalismo. Y no soy el único. En todos los rincones del mundo se denuncia, cada vez más claramente, la connivencia entre el poder político y el económico en contra del planeta y sus habitantes. Vosotros sois el problema.
Pablo González Caballero. Boadilla del Monte (Madrid)
Asimetría de una masacre
Da miedo y convoca al desamparo la facilidad con la que medios, políticos y opinadores trazan una línea media en el bombardeo a Palestina, atribuyendo a ambos bandos igualdad de condiciones. Esto ocurre en este Occidente satisfecho de sí mismo y que mira indiferente el inmenso sufrimiento que arrastra este pueblo, del que apenas conoce nada. Un amigo con un hijo en Copenhague me cuenta que acudió a una manifestación propalestina. Terminó siendo arrasado por la manguera de la Policía por ilegal. La sensibilidad de algunas personas no basta para frenar a Israel. Todo es iniquidad. Una asimetría sin paliativos que no tiene recorrido porque el interés es otro. Un rompecabezas que nos hace peores por abulia, por la perversidad de volver la espalda a la justicia.
José Rivas Sánchez. Almería
El valor de la empatía
A veces, en situaciones muy difíciles, una palabra cordial, una mirada compasiva, un toque afable o un abrazo sincero transforman el encuentro con el otro. Es confort en el dolor, es compañía en la soledad. Hablar con alguien, interesarse por él y escucharle son expresiones básicas de reconocimiento. Algo tan sencillo que se torna difícil cuando no se logra ver quién está delante. Hay una persona de color, un transgénero, un sin hogar. Algunos solo ven una categoría; otros, una persona. Gracias, Luna, por tu gesto. Has recordado a muchos cómo debemos tratar a las personas.
Emanuela Cardoso. Rivas Vaciamadrid (Madrid)
Cocinas fantasmas en la ciudad
Yo tenía un pequeño y tranquilo piso en el centro de Madrid. Pese a que es interior se podía vivir bien en él. Las ventanas dan a un patio y en verano siempre estaban abiertas, algunos tendíamos fuera. Pero todo eso se acabó: en el piso bajo se ha instalado una dark kitchen. Ahora las ventanas tienen que estar siempre cerradas a causa de los ruidos de cacerolas, la megafonía para comunicar pedidos, un potente extractor, olores, etcétera. Yo tenía un pequeño piso en el centro de Madrid que era el ahorro de muchos años de trabajo. La “libertad” de negocio, amparada por la ley, ha acabado con el derecho a vivir apaciblemente en mi hogar.
Carlos Rubio Martínez. Madrid
El teatro es seguro
La cultura es segura. He disfrutado de varias obras de teatro en las últimas semanas y huelga decir que se cuidan muy en serio los protocolos de distancia, mascarilla y temperatura antes de acceder a los espacios habilitados para ello. Después de meses cerrados, los cines, teatros y conciertos ya están en disposición de acometer propuestas imaginativas para consumo del público. El teatro es vida, es entretenimiento, diversión, medicina para los sentidos y, sobre todo, certidumbre en tiempos convulsos. Es, en definitiva, vivir una experiencia inédita e irrepetible en cada función que, si te engancha, es capaz de trasladarte a un sueño del que no querrías despertar en mucho tiempo. Les animo a ir, además la oferta es potente y ojalá acierten.
Luis Solanas Cebolla. Zaragoza
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