_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De balas y cañas

La campaña electoral en Madrid se ha convertido en una de las operaciones políticas más indecorosas, además de estéril

Mariola Urrea Corres
Isabel Diaz Ayuso
Cartel de apoyo a Isabel Díaz Ayuso en un bar del centro de Madrid.David Expósito
Más información
La campaña de la crispación sin fin

Vivimos en un país con un sistema político descentralizado en el que las comunidades autónomas acumulan una amplia capacidad para tomar decisiones. Elegir a quien va a dirigir un Gobierno regional no es una cuestión sin importancia, ni puede dar lugar a un espectáculo indigno. Más bien debería ser uno de esos momentos en los que la política y quienes la protagonizan adquieren pleno sentido. Pero ¿es esto lo que realmente ha ocurrido desde que Díaz Ayuso disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipadamente? No lo parece.

La campaña en Madrid se ha convertido en una de las operaciones políticas más indecorosas, además de estéril. La hostilidad y las amenazas en forma de balas no han permitido ordenar una conversación sobre lo común que permita a los ciudadanos configurarse una idea bien fundada acerca de la solvencia de los candidatos y de las propuestas que los partidos han diseñado para los madrileños. Todo ha sido opacado por un estrambótico debate en torno al comunismo, la libertad, el fascismo y, ya en la recta final, sobre la propia salud de la democracia o cómo hacer frente con éxito a la ultraderecha. Capítulo aparte merece el espacio cedido a la frivolidad que representa hacer recaer la identidad de Madrid en la desacomplejada idea de tomar cañas. Se trata, sin duda, de una simpleza populista, pero también de un ejercicio peligroso de distracción sobre lo mollar. De hecho, la iniciativa conducente a hacer de Madrid un experimento de competencia fiscal muy atractivo para una minoría es una propuesta de consecuencias muy negativas para la cohesión social que merecía una discusión en profundidad. No olvidemos que detraer recursos para el diseño de políticas públicas robustas acrecienta una desigualdad que en Madrid resulta insoportable. La desigualdad, y la falta de compromiso con las herramientas para hacerle frente, son los peligros que silenciosamente erosionan nuestras democracias liberales hasta hacerlas inviables.

Efectivamente, la campaña debería haber servido para discutir sobre estos aspectos que tanto condicionan la vida de las personas y que, a la postre, resignifican el modelo de país. Que no haya sido posible es una calamidad que, en cierta medida, todos hemos consentido. Lo peor es que nada invita a pensar que los términos de hacer política vayan a cambiar en el futuro próximo. Lamentablemente, las evidencias acumuladas no dejan demasiado margen para la esperanza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mariola Urrea Corres
Doctora en Derecho, PDD en Economía y Finanzas Sostenibles. Profesora de Derecho Internacional y de la Unión Europea en la Universidad de La Rioja, con experiencia en gestión universitaria. Ha recibido el Premio García Goyena y el Premio Landaburu por trabajos de investigación. Es analista en Hoy por hoy (Cadena SER) y columnista en EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_