Las cartas con balas dirigidas a Iglesias y Grande-Marlaska llegaron a su destino por el error de un vigilante de Correos
La investigación revela que las misivas fueron depositados simultáneamente en un mismo buzón de Madrid
La investigación abierta por el envío de cartas amenazantes con munición al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, y al ex vicepresidente segundo del Gobierno y candidato de Unidas Podemos a las elecciones madrileñas, Pablo Iglesias, ha revelado que un error humano en el centro de distribución de Correos permitió que las misivas llegaran a su destino en el Ministerio del Interior y la Dirección de la Guardia Civil. Las pesquisas abiertas por la propia compañía indican que las tres cartas fueron enviadas el mismo día, el pasado 19 de abril, y que ese mismo día, a las 17.48 horas, pasaron por el Centro de Tratamiento Automatizado que Correos tiene en el madrileño barrio de Vallecas.
La investigación interna de Correos, adelantada ayer por la Cadena SER y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, señala el error del vigilante de seguridad que, en aquel momento, estaba encargado del control del escáner. Fuentes cercanas a la investigación también apuntan en el mismo sentido al concluir que las misivas no fueron interceptadas por un fallo del personal de seguridad que supervisaba el sistema, que no identificó los proyectiles de fusil como tales.
El organismo público ha solicitado al adjudicatario del servicio que retire de manera “inmediata” a este trabajador por no ser capaz de identificar en las imágenes que mostraba el equipo radiológico la munición. También ha abierto un expediente a la empresa.
Las cartas fueron sometidas en el centro de distribución de Correos, como se hace con toda la correspondencia que supera los 100 gramos de peso, a un escáner de rayos X y fotografiadas para detectar la posible presencia de un artefacto explosivo o de otro material, como es la munición, cuya circulación por el correo no está permitida. El sistema captó imágenes de tres envíos consecutivos que contenían cuatro cartuchos (correspondiente a la carta dirigida a Iglesias), dos (la enviada a Grande-Marlaska) y uno (la que correspondía a Gámez). Pese a ello, las tres misivas fueron procesadas y enviadas a sus destinos. Las cartas fueron finalmente detectadas por los equipos de seguridad del Ministerio del Interior y de la Dirección General de la Guardia Civil, por lo que nunca llegaron a los tres destinatarios.
En paralelo a la investigación de Correos, la Policía y la Guardia Civil continúan sus pesquisas en dos direcciones, según apuntan fuentes policiales. En primer lugar, los especialistas de policía científica y criminalística de ambos cuerpos han analizado al detalle tanto el sobre, como la hoja con las amenazas contra los tres políticos y los proyectiles en busca de huellas y rastros biológicos que permitan llegar hasta el autor de las cartas. La investigación también intenta determinar el origen de las balas, todas del calibre 7,62 y que no usan ni las Fuerzas Armadas ni los Cuerpos de Seguridad desde hace años.
Sin embargo, la principal línea de investigación es, precisamente, el recorrido seguido por las cartas, según coinciden en señalar varias fuentes consultadas. De las pesquisas se han hecho cargo las unidades antiterroristas de Policía y Guardia Civil, responsables de investigar las amenazas de cualquier tipo que reciben los miembros de instituciones del Estado. Según apuntan las fuentes consultas, el hecho de que las imágenes del escáner de Correos revelasen que los tres envíos fueron depositados simultáneamente en el mismo buzón confirman las sospechas de los agentes de que fueron remitidos por la misma persona. Los investigadores rastrean las cámaras de seguridad de las oficinas de Correos de Madrid, desde donde se habrían enviado los sobres, para llegar al autor de las amenazas.
La existencia de un único autor de los envíos ya era la principal hipótesis de los investigadores por la coincidencia del contenido de las tres misivas. Además de las balas, las cartas coinciden en el sistema utilizado para escribir la nota amenazante de su interior y el destinatario en el sobre —un molde para letras— así como el lenguaje utilizado —en especial, el término “taponazo” en referencia a un disparo—, como se puede ver en la carta recibida por Grande-Marlaska, a cuyas imágenes ha tenido acceso EL PAÍS: “Tienes diez días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos”.
Por todo ello, los responsables policiales de la investigación consideran la amenaza que contienen las cartas “seria y creíble”, contradiciendo las declaraciones que en los últimos días han hecho los dirigentes de Vox, que han llegado a apuntar a que son falsas y se tratan de un montaje. Las manifestaciones en este sentido de la candidata del partido ultraderechista a las elecciones madrileñas, Rocío Monasterio, en un debate en la Cadena SER el pasado viernes han terminado por reventar la campaña electoral y se han suspendido el resto de debates previstos.
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