_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Transparente

Consciente de que la derecha madrileña ya no puede estar más movilizada, Ayuso intenta que los demás no vayan a votar

Almudena Grandes
Elecciones en Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.Rodrigo Jiménez (EFE)

Antes del 4 de mayo, los madrileños deberían ser conscientes de algunas cosas que siempre han estado claras, y ahora son ya transparentes. Isabel Díaz Ayuso no quiere que la gente vaya a votar. Por eso las elecciones van a ser un martes, día laborable, aunque no lectivo, para complicar doblemente la participación. Los ciudadanos con hijos no sólo deberán abandonar su puesto de trabajo para depositar su voto. También deberán ocuparse de que alguien cuide de los niños mientras tanto. Ya sabemos que la situación sanitaria no será buena, pero la CAM ha anunciado que no incrementará las medidas de seguridad en colegios ni en mesas. Todas estas medidas disuasorias buscan una participación discreta, apenas superior al 60%, que es la que garantiza las victorias populares en Madrid. Pero, además, y ese es un dato clave a considerar por quienes jamás votarían a Ayuso, el aumento de la participación elevaría la barrera del 5% de los votos, imprescindibles para obtener representación parlamentaria en la Asamblea. Si la izquierda logra movilizar parte de la tradicional abstención que la penaliza desde hace décadas, ningún voto se perderá y cada uno valdrá el doble, o el triple, que otras veces. Beneficiará tanto a su candidato como al bloque progresista, elevará la barrera que podría dejar a Vox fuera de la Asamblea e inutilizará la victoria de Ayuso. Ella lo sabe. Su partido ya ha destrozado a Ciudadanos, que está fuera en todas las encuestas, y sólo puede contar con Vox, mientras le va robando el oxígeno poco a poco. Por eso, consciente de que la derecha madrileña ya no puede estar más movilizada, intenta que los demás no vayan a votar. Quienes no la quieran a ella, ya saben lo que tienen que hacer.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_