Putin y la bandera del antifascismo
El presidente ruso se sirve de los mitos más diversos para consolidar su proyecto autócrata
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Vladímir Putin se ha sacado de la manga una ley para convertir a los opositores a su régimen en agentes extranjeros y quitárselos de en medio. Ha puesto también en marcha otras iniciativas para endurecer las leyes electorales y para limitar el derecho de la ciudadanía a manifestarse. Y ha ido construyendo poco a poco un discurso de una enorme potencia nacionalista que ha calado en buena parte de esa ciudadanía que se sintió perdida cuando la Unión Soviética se vino abajo. Resulta sorprendente que aquellos que un día comulgaron con el proyecto comunista traguen de buena gana hoy con la celebrac...
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