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Columna
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De nuevo en picada

La pregunta para el Gobierno de Iván Duque es qué va a hacer para detener la caída en su popularidad a poco menos de dos años de las elecciones presidenciales en Colombia

Ariel Ávila
El presidente Iván Duque, a la izquierda, acompañado de miembros de su gabinete el pasado 2 de julio.
El presidente Iván Duque, a la izquierda, acompañado de miembros de su gabinete el pasado 2 de julio.EFE

Salió la última encuesta de Invamer sobre la percepción de los colombianos frente al Gobierno nacional, los Gobiernos locales y regionales, así como frente a diferentes instituciones del Estado. Los resultados podrían dejar tres grandes conclusiones. Por un lado, el Gobierno del presidente Iván Duque va, nuevamente, en caída libre. Como se recuerda, en febrero llegó a su punto más bajo con 23% de aprobación de su gestión y 71% de desaprobación. Luego, en abril, creció de forma importante llegando al 52% de aprobación y 39% de desaprobación. Los datos de junio muestran los números, nuevamente, en rojo: con 52% de desaprobación y 41% de aprobación.

Todo parece indicar que el aumento de abril fue un fenómeno que se explica por la emergencia de la covid-19, es decir, era de tal magnitud la incertidumbre y la necesidad de buscar algún nivel de certeza que todos miraron al presidente Duque. En los primeros días de la crisis fue dubitativo y lento, pero luego tomó ritmo y sus apariciones en televisión todos los días lo potenciaron en la imagen. Sin embargo, lo lento lo llevó a que muchas decisiones se tomaran cuando ya la crisis económica estaba avanzada y la mitigación comenzó por lo menos cuatro ó cinco semanas después de lo aconsejado. Ello le estaría pasando factura.

Lo segundo que llama la atención en la encuesta es que en los ítems centrales de su propuesta de Gobierno están en crisis. Prometió luchar contra la corrupción, su lema durante meses fue: “el que la hace la paga”, sin embargo, según la encuesta en materia de corrupción el 85% de la población cree que se va empeorando y solo el 8% que se mejora. En materia de inseguridad, la bandera central del uribismo, la situación es complicada, el 80% considera que se está empeorando y el 12% que se mejora e igual pasa con la política exterior, la cual no sale bien evaluada por parte de los colombianos. No debe olvidarse que el cerco diplomático y la desestabilización de Maduro fue el enfoque principal de esta política. Esto significa que los baluartes de sus propuestas están fallando y, por ende, el andamiaje también.

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Lo tercero que llama la atención de la encuesta de Invamer es la imagen de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien tiene una opinión desfavorable del 49% y la favorable apenas es del 29%. Como se sabe, ella ha estado envuelta, recientemente, en dos escándalos que la han puesto contra las cuerdas en la opinión pública y en el propio Gobierno. Esto significa que, de seguir así, el ejecutivo está en una crisis profunda con una imagen tanto del presidente, como de su vicepresidente, totalmente desgastada.

La caída en las encuestas se rumoraba desde hace por lo menos tres semanas. Era notorio el desgaste del presidente. La pregunta en este punto es qué van a hacer para detener la caída más aún a poco menos de dos años de las elecciones presidenciales y con un uribismo desesperado por no perder el poder. La respuesta también se conoció hace un par de semanas. El Gobierno y el partido de Gobierno optarán por una salida populista con la intención de llegar bien posicionados al 2022.

Esta salida populista tiene dos pilares fundamentales. Primero, dejar permanentes una serie de gastos extraordinarios para armar una base política. El presidente Iván Duque expresó hace poco que extendería hasta diciembre el programa Ingreso Solidario. El problema en este punto, son las finanzas, pues la deuda pública podría llegar en cuestión de meses al 60% del PIB. La segunda estrategia es el miedo y la promesa de seguridad. De hecho, ante algunos fenómenos de inseguridad, miembros del partido Centro Democrático han pedido más policías y han dicho que los alcaldes no pueden con el fenómeno, entonces, piden la intervención del presidente. Veremos si les funciona la estrategia populista.

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