La tecnología como respuesta conjunta para una salida europea de la crisis

La Unión Europea está afrontando el mayor reto desde su fundación como consecuencia de la crisis desencadenada por el coronavirus. La pandemia se ha cobrado miles de víctimas y está afectando a todas las áreas de nuestra vida. Aún no podemos cuantificar su impacto, pero ya vemos sus consecuencias económicas. El virus no conoce fronteras. Dos de los grandes logros de la Unión Europea están en riesgo: la libre movilidad de bienes y la de personas. Ningún Estado miembro puede luchar contra esta crisis solo y esto es particularmente cierto en la economía digital.

La vuelta a la normalidad en Europa, el resurgir de la economía y la recuperación de la movilidad trasfronteriza requieren de un esfuerzo conjunto. Las infraestructuras de telecomunicaciones y las aplicaciones digitales nos han permitido mantenernos constantemente conectados a pesar de la distancia física. En el momento actual, estas tecnologías también pueden ser un apoyo para la salida de la crisis. Las aplicaciones de alerta de contactos (contact tracing) son un elemento importante en la detección de los que han estado en contacto con una persona contagiada. Estas aplicaciones pueden ayudar a limitar la propagación de la enfermedad y a romper las cadenas de contagio al acelerar el proceso de notificación de alerta de contacto. Naturalmente, las estas son solo uno de los elementos que componen las numerosas soluciones digitales y analógicas para combatir la pandemia. Entendidas como medidas complementarias, forman parte de una estrategia sanitaria general para combatir el virus. No obstante, es nuestra responsabilidad poner esta herramienta al alcance de todos los países.

El desafío actual es aportar soluciones técnicas que sean efectivas de forma transfronteriza a lo largo de todo el territorio europeo, al mismo tiempo que se mantienen las particularidades nacionales.

Podemos garantizar que estas aplicaciones se están desarrollando respetando la legislación europea de protección de datos y privacidad. Estamos comprometidos a desarrollar aplicaciones voluntarias, temporales, que preserven la privacidad y en código abierto.

Actualmente, se están evaluando distintos enfoques técnicos. Mantenemos que los países tienen el poder de elegir la arquitectura tecnológica que más se adapte a su contexto específico y a sus sistemas nacionales de salud. Estamos realizando un esfuerzo conjunto para conseguir el nivel requerido de interoperabilidad y trabajando codo con codo. Los mejores centros de investigación europeos están trabajando en un esfuerzo conjunto sin precedentes para desarrollar las aplicaciones nacionales lo más rápidamente posible. Ya se han lanzado iniciativas para garantizar la interoperabilidad entre países europeos en el medio plazo.

Sin embargo, somos conscientes de que las discusiones éticas y técnicas alrededor de las aplicaciones de rastreo están planteando retos en las relaciones con los actores digitales globales. Especialmente ahora, cuando el uso de la tecnología es crucial para combatir esta crisis mundial. En tiempos como estos, como Gobiernos esperamos que las compañías tecnológicas establezcan los estándares digitales teniendo en cuenta el bienestar general y las necesidades de los países. El uso de la tecnología debe ser diseñado de manera que, los Gobiernos elegidos democráticamente, podamos evaluar y juzgar su aceptación, asegurando la privacidad de nuestra ciudadanía y en línea con los valores europeos. Cualquier intento de poner en entredicho estos derechos para imponer unos estándares tecnológicos ante otros resultaría en una oportunidad perdida para la necesaria colaboración entre Gobiernos y sector privado. Los Estados y las empresas deben trabajar conjuntamente para la recuperación y conseguir ser así más fuertes y más digitales que nunca.

La soberanía digital es la base para conseguir una competitividad sostenible en el ámbito europeo. El establecimiento de estándares digitales en el mundo globalizado debe ser nuestra ambición para poder determinar así el uso y producción de estas aplicaciones digitales, independientemente de las empresas particulares. Juntos trabajaremos, tanto a nivel nacional como internacional, para asegurar que, como europeos, construimos y reforzamos nuestra soberanía digital. Es nuestro deber común impulsar un sector digital europeo fuerte como principal catalizador del crecimiento económico.

En este período, Europa está ante una dura prueba. Esta crisis de proporciones excepcionales requiere una acción decisiva por parte de todos. Con soluciones tecnológicas coordinadas e interoperables, que garanticen la protección de la ciudadanía y su movilidad, encontraremos un camino de salida, al tiempo que mantenemos una Europa unida, fuerte y de progreso.

Dorothee Bär es secretaria de Estado para la Digitalización de Alemania, Cédric O es secretario de Estado para la Digitalización de Francia, Paola Pisano es ministra de Innovación Tecnológica y Digitalización de Italia, Carme Artigas es secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial de España y André de Aragao Azevedo es secretario de Estado de la Transición Digital de Portugal.

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