Del repartidor al pupas: 10 tipos de padres que encontrarás en el colegio

Después de varios cursos de mis dos hijos me he fijado en suficientes adultos que traen y recogen criaturas cada día del colegio como para componer un decálogo de fabulosos seres escolares con los que coincidirás cada día (para bien o para mal).

1. El repartidor

Como si trabajara para Amazon o para una empresa de mensajería, esta persona vive al límite permanentemente. Siempre corriendo, siempre aparcando en doble fila, siempre soltando los críos desde la puerta del coche para que alguien los acabe de entrar, siempre abriéndose paso a empujones en cualquier fila porque “es que tiene mucha prisa”. Va todo el rato con una cara de agobio que arrasa todo lo que hay a su paso. Puede darse el caso de que tenga múltiples hijos en múltiples centros y múltiples extraescolares en distintos lugares a la vez, con una logística imposible. O puede que se trate de un simple maleducado que no sabe organizarse y que se cree más importante que los demás.

2. El pupas

Siempre le pasa de todo. Igual algún ancestro suyo abrió una caja sellada en alguna gruta encantada y ahora a él o ella le ha tocado todas las maldiciones a la vez. A esta persona o a su retoño les llegan antes los piojos, los golpes y percances. Además de que suele tener problemas con el recibo del centro, la canguro se le lesiona o se va dejando tirada a la familia. Es el único que no recibe los mails del cole, el código del pack digital no le funciona, se le pierden las prendas en cada clase de gimnasia y hay que buscarlas entre todos los del chat de padres… La cuestión es que nunca irá a mejor, así que aprenderá a convivir con su desdicha y los demás ya dejaremos de sorprendernos.

3. El relajado

No ha llegado a la hora ningún día del curso. Ni cuando hay festival ni excursión y el autocar tiene que esperar. Una urgencia la tiene cualquiera, vale, un día el móvil se queda sin batería y no te suena el despertador, vale. Pero para llegar tarde todos los días hay que ser constante y concienzudo. Para más cachondeo, suele vivir a cinco minutos del cole. Y nunca la verás llegar ni corriendo ni con cara de agobio. La única parte positiva es que de un infarto no se va a morir.

4. El delegado a tiempo completo

Gracias a él o ella sabemos qué pijama o qué calcetín toca por carnaval o cualquier otra celebración. Siempre se entera de todo, conoce a todo el mundo, se acuerda de todo, lleva la normativa y las circulares informativas en su ADN, envía mensajes recordatorios al chat antes de cada día señalado y contesta cualquier duda a cualquier hora; qué deberes hay para la semana que viene o con quién hay que contactar para tal gestión. Además, es la persona que se encarga de proponer, organizar, recaudar y entregar el regalo de Navidad y de fin de curso a los profesores. Es el Batman de los padres. Sin esta persona, la clase se desmoronaría.

5. Los elegantes

Padres de buena genética, combinada con un peinado impecable y buena ropa, incluso planchada. Nunca sudan, nunca se agobian, nunca los verás con un mal día. Lo que nosotros conseguimos después de varias horas para ir a una boda, ellos lo llevan de natural.

6. El despistado

Es capaz de esquivar cualquier circular informativa, cualquier WhatsApp explicativo, cualquier papel de cualquier corcho donde estén apuntadas horas de reunión o informaciones relevantes. Resumiendo, nunca se entera de nada, y tampoco le preocupa, porque sabe que preguntando en el chat alguien le hará un resumen. Su excusa constante es que tiene mucho lío y no puede leer los mensajes, como si los demás estuviéramos prejubilados con la típica libertad financiera que anuncian en Instagram y tuviéramos tiempo para ser sus secretarios.

7. El graciosillo

Se desvive por comentar con humor cualquier temática y asunto, ya sea en el chat, con frases o gifs, o en persona a la entrada o salida del cole. Según lo certera que sea su comedia, te da vidilla y te hace reír en un momento necesario o acaba resultando un pelmazo insoportable…

8. El huraño

Si se necesitan 10.000 horas de vuelo para convertirte en un experto de cualquier materia, necesitarás 10.000 encuentros de entrada o salida escolar para que el huraño te salude. Nunca mira a los ojos ni entabla conversación, ni por supuesto te abre o te aguanta una puerta. Normalmente, se les añade el plus de no estar en ningún grupo de WhatsApp ni de participar en ningún regalo a los profes. Eso sí, cuando necesite algo, descubrirás que sabe hablar.

9. El ausente

Normalmente, suele ser el padre —lo siento, suele ser así—. No se le ve casi nunca, y si algún día aparece tampoco sabrás si es realmente un padre o un tío o un amigo o un abuelo joven. A veces no está por circunstancias personales tristes y adversas, pero, en muchos casos, no aparece porque no le da la santísima gana. Es de los que dicen “esto lo lleva mi mujer” y se quedan tan tranquilos. La gran diferencia con el huraño es que el huraño viene, pero no interactúa amistosamente.

10. Los refuerzos

Hay criaturas a las que nunca ni las traen ni las recogen sus padres, que tienen unos refuerzos esforzados que hacen lo que pueden. Normalmente, aparecen en forma de abuela o de canguro. A principio de curso, se generará la típica apuesta entre madres frecuentes: ¿se trata de la hermana mayor, de una madre joven o de una canguro? ¿Esta es la abuela, la madre monomarental con in vitro a los cuarenta y tantos o ha tomado demasiado el sol sin cremas?

Y tú, ¿con qué categoría te identificas?

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