Super Brain Yoga, una técnica fácil que relaja a los niños y mejora su concentración

Existen muchísimas técnicas de relajación que pueden llevar hacia un estado más armonioso, de paz y bienestar con uno mismo y el entorno. De hecho, un ejercicio automático tan simple como es el acto de respirar puede conducir a estados mucho más profundos de relax y, al mismo tiempo, a lugares inhóspitos del cerebro; una experiencia que puede ser muy sanadora, satisfactoria y reconfortante. Una de estas prácticas es el Super Brain Yoga (SBY). “Combina técnicas orientales basadas en la acupuntura, pues se realiza una acupresión en un punto de cada lóbulo de la oreja, que potencian la parte física, espiritual y mental de la persona”, explica la profesora de yoga y coach holística Gemma Salas. Tal y como cuenta la experta, los lóbulos de las orejas son un punto muy sensible, con muchas terminaciones nerviosas y, al presionarlas, “aumenta tanto el enfoque como el poder de concentración”.

“Este ejercicio es como hacer asanas mentales y es una técnica holística, somática —es decir, corporal— que se utiliza para mejorar la función cerebral. Además, propicia un buen estado de ánimo y promueve la salud en general”, explica Jack Canfield, uno de los líderes de desarrollo personal más influyentes del mundo, orador y conferenciante. “Es especialmente útil como método para mejorar la función cognitiva y el rendimiento de los niños en edad escolar. Les hace mucho más conscientes de sus emociones y de la toma de control sobre ellas”, prosigue el experto. También es un método útil para fortalecer el rendimiento cognitivo en general. “El Super Brain Yoga ha ayudado a personas con trastornos del neurodesarrollo, como trastornos del aprendizaje o por déficit de atención, con hiperactividad y autismo. Además, ya se promueve en varios colegios como un posible método complementario para ayudar a mejorar el rendimiento académico”, asegura Canfield.

Un estudio publicado por la Revista Nacional de Fisiología Farmacia y Farmacología sobre el Super Brain Yoga describe esta práctica como un antiguo ejercicio oriental que aumenta el bienestar físico y mental en general. Esta investigación llegó a demostrar, mediante la participación en el ensayo de dos grupos —uno con practicantes de SBY y otro en el que los sujetos eran ajenos a esta técnica—, que los que sí la practicaron tuvieron un impacto positivo. Este se vio reflejado tanto en el control de la atención como en diferentes componentes de la memoria de estudio, trabajo y de la cognición. “Es un ejercicio muy simple que puede ayudar a las personas a sentirse más despiertas, más inteligentes, más integradas psicológicamente, más tranquilas, más creativas y con más energía”, incide Canfield.

“Los niños son mucho más sensibles y receptivos a este tipo de prácticas, por lo que les resulta muy útil desde muy pequeños. Incluso se puede practicar con bebés de un año”, retoma Salas. Según esta profesora, se trata de un ejercicio que acompaña a la mente hacia la serenidad y la relajación: “Así, apaciguamos la mente, estimulamos el cerebro, el core —centro o núcleo— y el centro abdominal”.

Otra investigación publicada en el Journal of Emerging Technologies and Innovative Research en 2019 demostró que esta técnica mejora la salud mental de los jóvenes. Realizada por el doctor en Psicología de la Adolescencia Sandeep K. Pandey, profesor universitario en la India, el informe concluyó, tras las pruebas en las que participaron 40 jóvenes, que se dio una considerable mejoría del rendimiento académico en comparación con su año académico anterior. Además, los resultados mostraron una disminución en los niveles de estrés, de pensamientos disuasorios, distractores y una mayor concentración en general.

¿Cómo hacer la técnica de SBY?

Tal y como explica Canfield en una serie gratuita de ejercicios básicos para introducirse en esta técnica, lo ideal es hacer este ejercicio según nos despertamos por la mañana, al salir el sol. Por su parte, Michelle, la profesora del canal holístico Hatha Yoga, indica que los ejercicios a seguir son los siguientes:

1. Ponerse de pie.
2. Cruzar el brazo izquierdo y coger el lóbulo de la oreja derecha con el pulgar y el índice, mientras el dedo pulgar mira hacia el frente.
3. Hacer lo mismo con el brazo derecho, llevándolo hacia la oreja izquierda y presionar con los dedos índice y pulgar el lóbulo.
4. Inhalar profundamente y agacharse lentamente hasta quedarse sentado.
5. Permanecer en esta posición entre dos y tres segundos.
6. Exhalar suavemente mientras uno se levanta otra vez.
7. Se puede repetir este ejercicio las veces que se quiera, pero lo ideal es hacerlo hasta unas 15 veces a lo largo del día.

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