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Patricia Gutiérrez, psicóloga clínica: “Los valores son la base del bienestar, la seguridad interna y la estabilidad emocional de los hijos”

La docente universitaria y creadora del proyecto Familiando publica ‘Descubre (tus) valores. Guía práctica para educar y proteger’, un libro ilustrado que ayuda a padres y educadores a practicar una crianza basada en la empatía, la generosidad o la construcción identitaria

Patricia Gutiérrez Psicología Infantil
Patricia Gutiérrez Albaladejo es la creadora de Familiando, cuyo objetivo es la construcción de sistemas de valores como la empatía, la educación o la generosidad.

Gracias a sus más de 25 años trabajando en intervención social y sanitaria, y acompañando emocionalmente tanto a familias como a menores, la barcelonesa Patricia Gutiérrez Albaladejo (Granollers, 43 años) sabe lo importante que resultan los valores como principal fuente de protección de los individuos. Un conocimiento que llevó a esta psicóloga clínica a crear, hace dos años, un ambicioso proyecto denominado Familiando, cuyo objetivo es, precisamente, la identificación y construcción de sistemas de valores como la empatía, la educación o la generosidad.

Pero ese proyecto requiere de herramientas para su puesta en marcha. Por eso la también docente de la Universidad Autónoma de Madrid y fundadora del Centro TAP. Tratamiento Avanzado Psicológico ha dedicado dos años a escribir Descubre (tus) valores. Guía práctica para educar y proteger (Octaedro, 2023). Se trata de un libro ilustrado práctico que, en palabras de su autora, es “un alegato a la prevención, a la promoción del bienestar, a la construcción identitaria y al desarrollo de la seguridad interna de grandes y pequeños”.

PREGUNTA. ¿Qué son los valores?

RESPUESTA. Los valores son los principios o cualidades que nos caracterizan y definen como personas y, por tanto, enmarcan tanto nuestras acciones presentes como las futuras. Son la guía y el medio para lograr todo aquello que nos proponemos. Provienen de la deliberación, de la meditación y de la escucha, del diálogo interno que vamos adquiriendo a lo largo de nuestro desarrollo y del propio proceso de madurez que, como personas, experimentamos en diferentes etapas y ciclos vitales. Los valores organizan nuestro mundo de una forma segura y estable, ejercen una función fundamental en la estabilización de nuestro mundo, en la construcción de nuestros roles y hasta en la evaluación que hacemos de nosotros mismos (autoestima).

P. ¿Por qué es importante educar en valores?

R. Como madres y padres siempre nos planteamos cómo proteger, cómo acompañar a nuestros hijos e hijas en su crecimiento, cómo facilitarles recursos para que puedan afrontar las demandas con las que se encontrarán… Los valores son el gran recurso, la piedra angular sobre la protección de nuestros hijos. Es la base para que generen bienestar, seguridad interna y estabilidad emocional. Forman parte indisoluble del sistema de creencias, de la manera en que determinarán los comportamientos y la toma de decisiones de nuestros hijos en su día a día. Estarán presentes en todas sus etapas vitales y procesos madurativos, les ayudarán, a su vez, a expresar intereses, deseos y necesidades, siendo el motor en el desarrollo y la gestión de sus emociones. Teniendo un peso tan importante sobre el bienestar y la salud mental de los menores, educar en la identificación, elección y construcción del sistema de valores que les definirán como personas es crucial para garantizar su cuidado y protección.

P. ¿Cómo se educa en valores?

R. Educar con la mirada puesta en los valores es relativamente sencillo. Quizá lo más importante es conocer los valores que nos definen a nosotros como figuras de referencia afectiva. Todas las personas, todos los padres y madres, tenemos valores, aunque no los tengamos identificados y hayamos hecho una elección consciente sobre ellos. Lo primero es identificar nuestro sistema de valores individual para poder luego generar una elección consciente del sistema de valores familiar; no se nos puede olvidar que somos el modelo activo de nuestros hijos e hijas. De ese modo, podremos acompañar a nuestros hijos en su desarrollo de una manera sencilla.

P. ¿Son todos los valores igual de importantes a la hora de educar?

R. Todos los valores son igual de relevantes. Cada uno de ellos nos ayudan a definirnos como personas. Esta es una de sus claves, puesto que tenemos la oportunidad de elegir cómo queremos ser, y sabiendo que todos son proteccionistas, es importante ejercer esta elección con consciencia para poder darle un soporte de protección y predictibilidad a nuestros hijos. Niños y adultos necesitamos predictibilidad en nuestros contextos de desarrollo; y son los valores los que nos proporcionan esta capacidad para predecir.

P. ¿Se adquieren o se nace con ellos?

R. Los valores son inherentes a la condición humana, puesto que desde que nacemos estamos inmersos dentro de una sociedad específica. A su vez, las sociedades están bajo el influjo directo de una cultura que, aunque en ocasiones las familias no la hagamos explícitas, siempre está arraigada en nosotras y, por tanto, ejercemos una transmisión de valores generación tras generación. En las distintas culturas compartimos códigos, símbolos, normas, tradiciones, expresiones artísticas, creencias, valores…. La forma en la que expresamos, desarrollamos y enseñamos a nuestros hijos determinará su cultura individual y colectiva. Las familias estamos inmersas en una cultura y esta dibujará el sistema de valores individual y compartido de nuestros hijos. Por otro lado, sabemos que los valores están en construcción continua, así que los podremos modificar y modelar, pertenezcamos a la cultura que pertenezcamos.

P. ¿Es posible elegir los valores en los que educar a los hijos?

R. Por supuesto que tenemos la capacidad de hacer una primera elección de los valores que nos definirán como familia. De hecho, forma parte de nuestra responsabilidad. Les tenemos que aportar seguridad, estabilidad, límites y protección para que crezcan sanos, estables y seguros, así que nos toca hacer una primera definición del que será su sistema de mayor protección. A medida que los menores crecen y tienen la capacidad madurativa para participar en su definición personal, es importante invitarles a que participen activamente de la elección de su propio sistema de valores individual. Pero también del sistema de valores intrafamiliar para facilitarles su participación activa, que redundará en su autocuidado, en su autoestima, en su seguridad interna y en el sentido de pertenencia, vinculándose con el resto de los miembros de la familia.

Algunas claves prácticas para la crianza en valores

  • Analizar de dónde provienen nuestros valores y verificar si nos representan en el momento actual.
  • Revisar si los valores que están en nuestros sistemas nos satisfacen.
  • Realizar una elección consciente del sistema de valores individual y hacer una propuesta abierta al resto de los miembros de la familia sobre los valores que nos representan.
  • Entrenar los valores con acciones concretas donde se verifique la elección de los valores como familia.
  • Revisar el sistema de valores elegido para poder ajustarlos a las necesidades reales. No consiste en trabajar con ideales, sino con realidades.
  • Adherirse a ellos porque ya forman parte del sistema de protección. Cada cierto tiempo (unos meses) comprobar que siguen ejerciendo una protección sobre la familia. Si no es así, es posible rehacer la elección. El sistema de valores está vivo, siempre ajustado a las necesidades.

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