Golpes en la cabeza en niños: ¿cuándo son graves y peligrosos?
Los expertos señalan que, a pesar de que los padres pueden hacer una primera valoración del traumatismo, lo indicado es acudir a Urgencias para descartar complicaciones
Los niños se caen y se dan golpes en la cabeza. Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) —o sea, los golpes en la cabeza— pueden producirse por muchos motivos. “Una contusión leve o caída desde una pequeña altura; abrasiones producidas por roce con arena, piedras o rocas;s o por un corte con material metálico o muy contaminado, por el cual habrá que revisar el calendario de vacunación del niño”, según explica Patricia Sierra Gutiérrez, pediatra en el Hospital HLA El Ángel (Málaga).
Sierra añade que para aquellos que pueden provocar hematomas “tan solo se recomiendan antiinflamatorios locales (hielo en los primeros minutos o pomadas antiinflamatorias) o generales, como es el ibuprofeno”. “Si el golpe ha sido más importante, habrá que vigilar la posibilidad de pérdida de conocimiento —pudiendo ser normal en los primeros minutos—, vómitos incoercibles, somnolencia excesiva…”, específica. Los segundos, las abrasiones, precisan de aplicación de desinfectantes locales (clorhexidina, povidona yodada): “Si se trata de heridas más profundas, deben valorarse por personal médico en las primeras horas por si precisan sutura. No es conveniente demorar la sutura más de seis a 12 horas en función de la herida, la zona y el material con el que se ha producido el corte”. Para los terceros, revisar el calendario vacunal por si hubiera que poner “la vacuna del tétanos”.
Juan José Ventura Juara, pediatra en el Centro Pediátrico San Francisco (Zaragoza), asegura que los golpes en la cabeza son un motivo frecuente de consulta en los servicios de urgencia de los hospitales. Asimismo, aclara que la valoración se lleva a cabo siguiendo una escala de medida frente a la gravedad del TCE, esto es, la escala Glasgow —escala de aplicación neurológica que permite medir el nivel de conciencia de una persona— y donde la mayoría son leves (escala Glasgow 14 o 15). “El trabajo del pediatra es identificar aquellos casos que puedan ser potencialmente graves, independientemente del mecanismo de acción del traumatismo. No siempre van de la mano los golpes en la cabeza más aparatosos, con la gravedad que puedan provocar”, añade el médico.
Los padres pueden realizar una primera valoración
“Ante cualquier TCE que preocupe a los padres por producirse una contusión importante, debe valorarse en los servicios de urgencia. No obstante, los progenitores pueden realizar una primera valoración, buscando síntomas que indiquen que el golpe puede tener repercusión a nivel cerebral”, subraya Ventura. El pediatra refiere que la familia ha de acudir al centro hospitalario para la valoración en profundidad si tras un golpe en la cabeza del niño presenta alguno de los siguientes síntomas:
- Le notan confuso o adormilado.
- Perciben que le cuesta responder a estímulos que deberían hacerle protestar al menos (un pellizco, por ejemplo).
- Hay cefalea, visión borrosa o mareos que no remiten.
- Se evidencia fractura en el cráneo.
El pediatra incide en que es necesario realizar una buena exploración física: “Hay que buscar discordancias en la exploración neurológica, valorar según grupos de edad, mecanismo del traumatismo, tiempo de evolución de los síntomas y si las lesiones que se objetivan por parte del profesional son concordantes con el dispositivo de acción del traumatismo”.
Sergio Fernández Ureña, pediatra del servicio de Urgencias de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario Materno-Infantil de Canarias, explica que, ante un traumatismo, resaltan determinados datos que indican un mayor riesgo y hacen aconsejable su valoración urgente: “En mecanismos de alta energía (accidentes de tráfico, traumatismos a alta velocidad...), existencia de alteraciones neurológicas (disminución o ausencia de movimientos de algún miembro, trastornos del habla...) o en niños muy pequeños, ya que el riesgo es mayor cuanto más pequeño es el niño”.
El experto sostiene que, en casos de duda por un comportamiento anormal en el niño, también resulta aconsejable acudir para una valoración. Para el diagnóstico, este pediatra, subraya que se procederá a“una historia clínica completa, además de la exploración exhaustiva e incluso, en caso de sospecha frente a la existencia de lesiones intracraneales, la realización de una tomografía axial computarizada o TAC craneal, ya que las radiografías de cráneo no están indicadas salvo en casos muy concretos”.
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