“¿Me dais la paga?”: la importancia de que niños y adolescentes aprendan sobre el dinero
Dar una asignación económica es una herramienta valiosa para que los menores entiendan lo que es ahorrar e invertir, algo clave para que puedan tener control sobre sus finanzas cuando lleguen a la vida adulta
El primer contacto de un niño con el dinero suele ser cuando recibe su primera paga. Y pueden ser los padres quienes se la den por colaborar en casa o recibirla de algún otro miembro de la familia, como los abuelos. Y la primera vez que la reciben depende de su madurez. De ese dinero que recibe, los padres esperan de su hijo que haga un buen uso y que lo ahorre. Pero ¿qué es ahorrar?, es probable que se pregunten los niños. “Les regalamos una hucha, pero no les explicamos para qué sirve”, expone Amalia Guerrero, economista y autora del libro En casa las cuentas claras (Plataforma Actual).
La educación financiera es algo que se aprende en el hogar, pero las encuestas y los expertos coinciden en que es el tema del que menos se habla en casa. Los adultos no suelen comentar con sus hijos qué sueldo entra en casa, cuánto se paga de impuestos ni cuánto cuesta la luz. “El dinero solo se convierte en un tema de conversación en las familias cuando hay dificultades económicas”, explica el experto en finanzas y escritor alemán Bodo Schäfer a EL PAÍS, autor del bestseller juvenil Un perro llamado Dinero (Temas de hoy). Pero este no es el matiz con el que se debe mirar la economía en casa: “Es importante confiar en los hijos. Permitirles ser testigos de las cifras y hacerles partícipes en las discusiones ayuda a integrar la conciencia financiera en su vida cotidiana, convirtiéndola en parte normal de su rutina”.
Según un estudio de 2022 elaborado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) sobre la Educación financiera en España, un 45% de los encuestados afirma no hablar nunca con los menores de 15 años de los ingresos que entran en el hogar. Y la paga, uno de “los instrumentos más valiosos de educación financiera de niños y jóvenes”, como afirma el informe, solo la dan el 14% de las familias con niños en Educación Primaria.
Un instrumento educativo
La paga es un tema de debate entre las familias, pero el problema radica en cómo usar y enseñar a gestionar ese dinero a los menores. Guerrero, que también ganó el Premio a la Divulgación de la Educación Financiera en 2020, que otorga la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), es partidaria de dársela a los menores y de enseñarles hábitos financieros saludables desde pequeños: “Si quiero enseñar a un niño a gestionar dinero, tiene que tener dinero. Y esta propina tiene que ser una herramienta educativa, pero no por hacer las tareas de la casa, sino por cumplir con sus obligaciones, como estudiar”.
Esa asignación económica debe ir acompañada de una educación sobre el ahorro. Tanto Guerrero como Schäfer creen que debe ser una labor que se aprenda en el hogar. “Dando ejemplo y enseñándoles a no vivir por encima de sus posibilidades”, incide la economista y autora. Ambos trabajan en enseñar a las familias a emplear algunas técnicas. “Como crear un ahorro para un viaje e ir llenando un bote transparente con una aportación por parte de toda la familia para que vean cómo se acumula el dinero”, añade esta experta. “Otra opción es crear un álbum de los deseos y pegar imágenes de lo que quieren conseguir”, aporta Schäfer.
Para Guerrero, los pequeños se tienen que convertir en investigadores sobre un producto que quieran, comparando precios y características. En definitiva, que aprendan jugando. “Al cabo de una semana ya no lo quieren y quieren otra cosa. Les enseñamos a posponer la gratificación porque vivimos en una sociedad microondas: queremos algo y lo queremos ya”, añade.
A los niños y los adolescentes les encanta el dinero. Eso es algo en lo que coinciden los expertos consultados, aunque no siempre es posible hablar bien de ello porque los padres tampoco saben cómo hacerlo. “Para la mayoría de los adultos, el dinero suele considerarse un mal necesario, pero es importante que las personas se den cuenta de que el dinero proporciona seguridad, lujo y libertad. El dinero no garantiza la felicidad, ese no es su propósito. El dinero debe hacernos sentir libres y seguros, no necesariamente felices”, afirma Schäfer.
Herramientas para educar
Para conseguir esa libertad y seguridad, el primer paso es que los adultos adquieran los conocimientos necesarios sobre educación financiera. “Y luego, dar ejemplo: ahorrar antes de comprar algo, preparar con tiempo las vacaciones y mirar qué presupuesto tiene la familia, hacer una lista de la compra y llevar el gasto, pero, sobre todo, hablar de dinero en casa”, explica Guerrero. Un trabajo diario que las familias afrontan solas, sin ayuda del sistema educativo; “Como creo que debería ser”, sostiene Javier Martínez Argudo, profesor de Economía en el IES Belén, en Málaga y creador de la página web Econosublime y del canal de YouTube con el mismo nombre, en el que cuenta con más de 106.000 suscriptores. Con ambos espacios, Martínez intenta proporcionar todos los materiales necesarios para impartir las asignaturas de la rama de Economía en Secundaria y Bachillerato o, incluso, en niveles iniciales universitarios: “A mi parecer, se debería impartir educación financiera una cantidad de años suficientes y no tres semanas de un curso, como sucede con los alumnos que eligen la rama de Sociales en 4º de la ESO”.
En sus clases, Martínez enseña a sus alumnos cómo calcular el presupuesto de un hogar de cuatro miembros o les aconseja sobre inversiones, siempre bajo la supervisión de sus padres y en productos que sean seguros: “Estudian la Bolsa de Estados Unidos, hacen cálculos en clase y les ayuda a comprender el dinero y cómo usarlo. Los estudiantes entienden el hecho de ahorrar para comprar algo que les guste mucho, la PlayStation, por ejemplo, pero no entienden la parte de invertir, porque nunca se lo han explicado”. También les ayuda a asimilar conceptos como la renta fija y la variable y a comprender con ejemplos que ahorrar e invertir un 10% todos los meses de su paga es una apuesta segura: “Que uno no se hace rico en uno ni en dos años, pero que si vas invirtiendo con el paso de los años se va multiplicando”.
Para Martínez, enseñar educación financiera a los menores es fácil si se parte como si se tratara de un juego: “Ayudarles a ahorrar es clave para que puedan tener un control sobre sus finanzas cuando lleguen a la vida adulta”. De esta forma, podrán alcanzar una estabilidad financiera que les permita conseguir los objetivos que se propongan. Guerrero añade que si se quiere cambiar un país hay que empezar por los niños: “Enseñarles a construir un ahorro y saber invertir”.
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