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Adriana Fernández, nutricionista: “Los padres deben tener cuidado con la importancia que dan a la imagen física”

A través de una comunidad ‘online’ que promueve hábitos saludables llamada El Taller, la también dietista pretende incorporar de un modo consciente y amable una alimentación sana en los niños

Nutrición infantil
Una familia disfruta de la cena.Klaus Vedfelt (Getty Images)

Cómo y qué comer son dos cosas que tienen en cuenta muchos padres para que sus hijos tengan una alimentación sana y equilibrada. Es más, el 65% de las personas en España aseguran preocuparse de forma habitual por llevar una vida saludable, según datos recogidos de un estudio (WIN World Survey, 2019) llevado a cabo por el Instituto DYM con el WIN International. Adriana Fernández Vidal es una dietista y nutricionista de Ourense (Galicia), especializada en reeducación alimentaria, es decir, en conseguir un cambio de hábitos para lograr una relación beneficiosa con la comida. Su proyecto, El Taller, es una comunidad online que promueve hábitos saludables a través de un servicio psicológico tanto pediátrico como para adultos, incluyendo mujer y etapa perinatal. También se centran en nutrición con diferentes especialidades: infantil, clínica y familiar. Fernández, al igual que un gran número de nutricionistas en la Red, apuesta por un trato virtual con las familias, lo que consigue mediante videollamadas y mensajería instantánea. Su consulta no es física, sino que está en Instagram.

Pregunta. ¿Cómo logra una conexión amable con sus usuarios?

Respuesta. Como profesionales trabajamos con videollamadas de manera individualizada y desde la cercanía, logrando un tándem perfecto. Buscamos el apoyo y el acompañamiento para mejorar lo que cada persona, sea cual sea su perfil, necesite. Es muy importante crear un ambiente de confianza, empatía y respeto.

P. Con las recomendaciones de alimentación saludable que difunde en sus redes sociales, especialmente en Instagram, ¿en qué ayuda a niños y familias para llevar una correcta alimentación?

R. A la gente le gusta cocinar de un modo fácil. Por lo tanto, lo que hacemos es dar ideas, trucos y consejos para que vean que no supone un gran trabajo cuidarse y que no hay que renunciar al placer. Con las familias procuramos hacer partícipes a los niños en la planificación y elaboración del menú. Ellos son parte imprescindible para que ciertos hábitos saludables se instauren y resulten atractivos.

P. La Organización Mundial de la Salud define un estilo de vida saludable como aquellos hábitos que dan pie a “un estado de completo bienestar físico, mental y social”. ¿Qué es una alimentación saludable? ¿Existe algún truco para lograr comer sano y encontrarse bien con uno mismo?

R. La alimentación saludable se logra de una manera consciente y amable. Debemos entender que cada individuo tiene unas necesidades concretas por sus costumbres y gustos. Cuando uno se cuida para sentirse bien y es feliz, lo incorpora como rutina y consigue una mejora en los hábitos de un modo natural. Con flexibilidad, la persona puede llevar una vida sana en la que puntualmente consuma algún alimento que no sea el más nutritivo, pero que busca satisfacer el hambre de placer. Para mí, el truco sería analizar el foco desde el cual estoy poniendo el objetivo de cuidarme: si es desde la obligación, me llevará a hacer cosas de modo más rígido y restrictivo y el recorrido será corto. Si, por otro lado, doy pequeños pasos, irán sumando y de manera tranquila y disfrutándose tornará en algo productivo con un resultado sostenido en el tiempo. Es un mensaje importante para los niños en cualquier ámbito de sus vidas.

P. Tiene muchos seguidores —casi 23.000— en Instagram, también jóvenes. Ante los problemas de alimentación en infancia y adolescencia, ¿qué pueden hacer los padres?

R. Los perfiles de gente más joven en redes sociales ayudan a un contacto más directo con la comida. La propia sociedad ayuda a dar valor a los alimentos, sobre todo por los niños. Y todo esto se consigue a través de ideas, platos apetecibles y con elaboraciones sencillas y rápidas. Con los patrones y conductas alimentarias perjudiciales los padres debemos tener cuidado con los mensajes, el ejemplo y la importancia que se le da a la imagen física. Se sigue vendiendo un cuerpo perfecto y esto tiene un impacto muy fuerte en los adolescentes, que ya de por sí pasan una edad complicada. Además, hay que estar muy pendientes de la parte emocional de nuestros hijos.

P. ¿Qué mensaje se pueden mandar a niños y adolescentes a la hora de alimentarse adecuadamente y sin caer en excesos?

R. Les diría a los niños y jóvenes que pueden encontrar una rutina alimentaria saludable y que les permita a la vez disfrutar. Están en una edad donde lo que hagan hoy repercutirá en su futuro, en su edad adulta. Pueden consumir una hamburguesa, pero elegir un sitio donde los ingredientes sean más saludables. Incluso pueden tomar más bebidas naturales y menos refrescos. El trabajo en este punto debería enfocarse no solo al niño o adolescente, también a la familia, porque es clave en los cimientos de la base de sus hábitos.

P. Siguen existiendo datos alarmantes de obesidad —un 10% de niños y jóvenes en España la padecen, según un reciente estudio— y estos se han agravado durante la pandemia. ¿Qué podría mejorar esta situación?

R. Para atajarlo convendría dar más protagonismo a campañas que promuevan mejores hábitos de alimentación, de actividad física… Tampoco deberían encontrarse tan disponibles y a tan bajo precio productos poco saludables, ni anunciarse productos para niños que carecen de nutrientes. La escuela debería apostar mucho por asignaturas que fomenten los hábitos de vida saludable y desde casa, promover la actividad física y rebajar el tiempo de uso de pantallas. Y, por supuesto, apuesto por la figura del dietista-nutricionista en la sanidad pública en toda España.

P. ¿Considera que la disponibilidad y el trabajo son factores relevantes a la hora de alimentarse de un modo saludable?

R. Son dos motivos importantes que condicionan a muchas personas. Somos una sociedad que siempre va con prisa y somos ejemplo para nuestros hijos, la generación del futuro. Si ya tenemos poco tiempo para disfrutar en familia, menos para la cocina. Podemos creer que comer fácil y rápido implica elegir opciones poco saludables. No obstante, se puede comer mejor sin necesidad de perder mucho tiempo cuando se conocen herramientas y recursos para ello. En el trabajo, la persona puede llevarse la comida o elegir in situ basándose en la oferta, bien sea en el comedor o en un restaurante. Siempre es posible mejorar.

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