Las jornadas de puertas abiertas en los colegios sirven para algo más que para ver sus instalaciones
Para los progenitores estas visitas son un modo de conocer dónde, con quién y para qué dejan a su hijo o hija en una escuela, mientras para los docentes puede ser un acto de autoafirmación en su práctica
Coincidiendo con la nueva estación, las escuelas españolas también se ponen en modo primavera y ofrecen su mejor cara, abriendo sus puertas de par en par, con el objetivo de acoger y recibir a familias, alumnos y alumnas e, incluso, a vecinos del barrio interesados por conocer más sobre ellas. Una iniciativa con la que acercar la labor que llevan a cabo tanto los equipos directivos de los centros educativos como sus docentes, personal administrativo, monitores... y solventar todas aquellas dudas o consultas de quienes les visitan. Los colegios buscan ampliar su comunidad, presentando sus propuestas educativas a padres y madres de niños y niñas que no están escolarizados allí, y que se encuentran explorando proyectos educativos en los que educar a sus hijos durante su etapa formativa.
Juan de Dios Fernández Gálvez, orientador escolar y profesor asociado de la Universidad de Granada (UGR), explica que los centros educativos son parte de la sociedad y trabajan para ella; por tanto, las jornadas de puertas abiertas son un acto democrático, de transparencia y de participación. “La asistencia a este tipo de celebraciones por parte de padres y madres, además de ser un derecho, es una necesidad: han de conocer dónde, con quién y para qué dejan a su hijo o hija durante varios años en la escuela. Es necesario conocer para elegir con responsabilidad”, afirma. En el caso del alumnado, cuenta, se trata de un proceso de aproximación, de preparación para el cambio, parte del proceso de tránsito y acogida. “Y para los docentes es un acto de autoafirmación en su práctica, de darse a conocer y, en algunas ocasiones, parte del proceso de captación para la matriculación”.
“Generalmente, las jornadas de puertas abiertas son organizadas por los equipos directivos, con mayor o menor participación del profesorado y, rara vez, con participación del AMPA”, prosigue el profesor asociado de la UGR. El propósito de los organizadores suele ser dar a conocer el centro, o en periodo de matriculación o al comienzo de curso para acogida del nuevo alumnado y sus familias. Con esta actividad, “las familias esperan sentir seguridad, cercanía, conocer el modo de trabajo y de convivencia del centro. Al finalizar la jornada han de quedar claras las vías de comunicación entre los diferentes miembros de la comunidad educativa. Las familias han de salir con menos ansiedad ante el cambio en la vida de sus hijos, sintiéndose parte de la misma”, afirma Fernández Gálvez.
En el desarrollo de este tipo de actos, ¿qué valor tienen los equipos directivos en su celebración y qué deben transmitir a las familias? Para el maestro Juan Bueno Jiménez, también asesor de formación del CEP Marbella-Coín y vicepresidente de la Sociedad Pedagógica Tartessos, el día de puertas abiertas debería construir una historia con un final feliz: “La mejor educación posible para sus hijos”.
En relación con la participación de las familias en este tipo de jornadas, la respuesta suele ser variada. “Depende mucho de la cultura de participación del centro y de los padres y madres; de si son actos aislados, están sistematizados cada año o son parte de una intervención más compleja. Son más eficaces, aceptadas y participadas si forman parte de un Programa de Tránsito y Acogida o de un trabajo sistemático de colaboración, incluso a nivel curricular (proyectos, grupos interactivos, actividades extraescolares…)”, añade Fernández.
Para Bueno Jiménez, la presencia de las familias en este tipo de eventos se sitúa entre la curiosidad por el centro y la revelación de sus preocupaciones y prejuicios. “Se trata de un aprendizaje completo, un reto colosal, en el que confluyen el interés por un buen centro educativo para la familia, en el marco de sus posibilidades, recursos y circunstancias, y las impresiones que se llevan con la visita”, sostiene este orientador escolar. “Algo que obliga, sin lugar a duda”, prosigue, “a poner en tela de juicio algunas ideas previas a la jornada”.
Desde su experiencia en este tipo de actuaciones, Ana Hernández Revuelta, jefa de estudios del IES Julio Verne en Leganés (Comunidad de Madrid), considera que el día de puertas abiertas en el centro es un momento perfecto para establecer el primer contacto entre los profesores, las familias y el alumnado: “Y debe diseñarse de forma cuidadosa para que las familias y alumnado se sientan cómodos y bienvenidos y, sobre todo, que experimenten que forman parte del centro desde el instante en que entran”. Por eso cree que es importante que puedan preguntar lo que quieran con total confianza: “Nosotros tendremos en nuestras manos la responsabilidad de la educación de sus hijos e hijas y es esencial sentar las bases de una confianza mutua”.
La celebración de estas jornadas en el Julio Verne se desarrolla en dos partes. “Una primera parte, en la que tanto familias como futuros alumnos tienen un encuentro con el equipo directivo del centro y con los responsables de todos los proyectos que se desarrollan en él, para hablar sobre cómo trabajamos en nuestro instituto”, cuenta Hernández. Posteriormente, continúa esta jefa de estudios, varios profesores hacen una serie de actividades con los alumnos que han sido diseñadas previamente por diferentes departamentos: “Finalmente, las familias pasan a conocer las instalaciones del centro, las aulas y hablan con el equipo directivo, entre otros”.
En el desarrollo de esta fiesta de puertas abiertas por parte de los colegios es conveniente, según Bueno Jiménez, ser honestos y muy transparentes, pero sin infravalorar algunos hitos, algunas metas conseguidas por pequeñas que sean: “Es una fiesta que hay que celebrar en comunidad. Ya habrá ocasiones para ejercitar el espíritu crítico como elemento imprescindible para fortalecer la institución”. “En una jornada de este tipo no es de recibo mostrar demasiadas aristas, solo las imprescindibles para no conducir a interpretaciones erróneas del proyecto educativo del centro”, añade.
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