Embarazo psicológico: ¿qué es y por qué se produce?

El embarazo psicológico o pseudociesis es un trastorno psicológico que se puede producir en mujeres de cualquier edad y circunstancia, incluso en aquellas a quienes se les ha extirpado el útero. Está provocado por un intenso deseo de ser madre, que no se concreta o debido a otras causas, como “la necesidad de llamar la atención del entorno, lo que puede ocultar una depresión, por lo que el ginecólogo, tras comprobar la ausencia de embarazo, debe derivar a la paciente a un psicólogo”, explica Montserrat Díaz, doctora en Psicología y Neuropsicóloga.

Los síntomas reales de la gestación se manifiestan en la mujer con embarazo psicológico, a pesar de no albergar ningún bebé en su útero, como “hinchazón, náuseas, vómitos y aumento de tamaño del abdomen o de peso. Los desencadenantes del embarazo psicológico pueden ser diversos, como un intenso deseo de ser madre en mujeres con problemas de fertilidad, varios abortos, pérdida de hijos o en caso de mujeres premenopaúsicas que necesitan seguir sintiéndose jóvenes y productivas”, añade Díaz.

Otros factores que pueden hacer aflorar el embarazo psicológico son “el miedo intenso a quedar embarazada, como en el caso de jóvenes que inician su vida sexual, sobre todo si provienen de entornos muy conservadores, pero también cuando hay problemas de pareja y se plantea tener un hijo como una solución mágica o por la necesidad de conseguir atención por parte de la pareja para evitar una ruptura”, comenta Montserrat Díaz.

Señales que indican que una mujer tiene un embarazo psicológico

El síntoma más característico de un embarazo psicológico es la amenorrea o desaparición de la menstruación, pero también va a acompañado de otros indicios, como los que señala Alba Pérez, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga, entre ellos:

• Insomnio u otras alteraciones del sueño.
• Incremento de apetito y peso.
• Aumento del abdomen, que no es debido a un mayor consumo de alimentos.
• Náuseas y antojos.
• Oscurecimiento de la piel.
• Aumento del tamaño de las mamas y sus areolas, que también se oscurecen
• Ablandamiento del cuello del útero.
• El ombligo no tiene la inversión característica del embarazo real.
• Aumento de la curvatura en la zona lumbar de la columna vertebral.

Tratar el embarazo psicológico

El tratamiento del embarazo psicológico se orienta principalmente a regular las hormonas. Sin embargo, es importante “no perder de vista que se trata de un trastorno psicológico de origen ansioso y que la mujer cree que está embarazada, por lo que hay que tratar la causa del estrés que la ha llevado a esa situación y ayudarla a superar esa pérdida o duelo por no llegar a tener ese bebé que esperaba. Se trata de situaciones tan estresantes para la mujer que la hacen vulnerable y no podemos culparla; pensar que está estropeada y cargarla con ese peso”, aclara la psicóloga Alba Pérez.

Cuatro curiosidades sobre el embarazo psicológico

1. Los hombres pueden tener un tipo embarazo psicológico denominado Síndrome de Couvade. Se trata de un trastorno psicológico que provoca síntomas similares a los de la gestación de su pareja o incluso de algunos que ella no tiene. Los signos más habituales en el hombre con este síndrome son: náuseas y vómitos, cambios de humor, antojos, aumento o pérdida de peso, cansancio, problemas digestivos, dolores abdominales similares a las contracciones que sufre una embarazada, calambres en las piernas, dolor dental, pérdida de deseo sexual o trastornos del sueño. No obstante, no supone ningún peligro para la salud y se relaciona con un exceso de empatía hacia el embarazo de la mujer. Es muy poco frecuente y la diferencia es que el hombre es consciente en todo momento de que no está embarazado.
2. Una mujer con embarazo psicológico podrían llegar a dar un falso positivo en una prueba de preñez, por los cambios hormonales que se producen.
3. El embarazo psicológico fue descrito y registrado por primera vez gracias a Hipócrates en el año 300 AC.
4. Los síntomas del embarazo psicológico son reales, no se trata de delirios. Se manifiestan en el cuerpo debido a los cambios hormonales detonados por la ansiedad y estrés de la mujer con respecto a la gestación.

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