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La terapia con perros, una gran ayuda para adolescentes con trastornos de la alimentación

Los beneficios para la salud mental al trabajar con canes van desde la reducción de la ansiedad hasta el aumento de la confianza y la mejora de la percepción del cuerpo

Terapia perros TCA
Dos jóvenes en una sesión de terapia con perros en el Hospital Niños Jesús de Madrid.Hospital Niño Jesús

La ciencia avala la opinión popular de que convivir o interactuar con un animal mejora nuestra calidad de vida, tanto física como mental. Y así lo demuestra también un programa pionero, iniciado en 2018 y elaborado con jóvenes con Trastornos de Conducta Alimenticia (TCA) y perros, que se ha llevado a cabo en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y la empresa Purina. En él, han participado 32 adolescentes entre 14 y 17 años con estos trastornos y, según los resultados, estos chicos y chicas han mejorado su salud de manera notable, según explican los propulsores. Este tipo de programas son importantes porque, según datos epidemiológicos, los TCA en España afectan al 5% de la población entre 12 y 25 años. Los responsables del proyecto explican las claves de esta iniciativa y dan a conocer los resultados obtenidos.

Los especialistas relatan que las jóvenes han mejorado porque se ha logrado “una reducción de los niveles de ansiedad y un aumento de su confianza hacia los demás, así como una disminución de miedos con respecto a las sensaciones sobre su propio cuerpo”, sostiene Beatriz Martínez, psiquiatra infantil y de la adolescencia, coordinadora del Hospital de Día Adolescentes en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.

Este resultado favorable se debe a que “el perro es un animal que, de forma habitual, convive con gente y se podría decir que se genera una relación de carácter simbiótico entre el animal y la persona”, añade la experta. “De esta manera, hemos aprovechado estas capacidades de socialización del can y su actitud de apoyo incondicional para realizar esta intervención. Así, el animal se convierte en un facilitador de la terapia con su presencia porque permite trabajar mejor a los profesionales y su relación con las pacientes”, afirma Martínez.

Según los expertos, el programa se desarrolló en sesiones de 50 minutos que incluían una bienvenida destinada a entrar en contacto con el perro, una parte principal donde los participantes aprendían nociones básicas sobre el adiestramiento canino, seguida de otra de desarrollo en la que intentaban adiestrar a los canes y, finalmente, una parte de cierre para despedirse de los animales. Durante la parte principal de la sesión, los pacientes ejecutaban diferentes actividades y ejercicios con el perro para trabajar progresivamente distintos objetivos que mejoran su salud tanto mental como física, a través de la vinculación con el animal.

Otra clave del éxito de la terapia asistida con animales es la actitud del perro, ya que “no juzga a la persona y su comportamiento es espontáneo y natural”. “Cuando las personas participan de estas sesiones, más que ir a terapia, van a estar con personas y animales que les entienden y pasan de ser cuidados a ser cuidadores, donde a través de diferentes actividades, entre otros objetivos, se trabaja reforzando su autoestima”, comenta Israel González, director de la Oficina de Intervenciones Asistidas con Animales de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Programa que se desarrolla con jóvenes con algún Trastorno de Conducta Alimenticia.
Programa que se desarrolla con jóvenes con algún Trastorno de Conducta Alimenticia.Hospital Niño Jesús

Doctor perro y sus habilidades terapéuticas

¿Qué tienen los perros que consiguen llegar con tanta facilidad a los pacientes? La presencia y participación de los canes en las terapias con adolescentes que tienen TCA les puede ayudar porque son una fuente importante de apoyo social en momentos de dificultad. Esta es una característica universal y observable en cualquier escenario donde se establece un vínculo entre una persona y un perro, según explican los expertos.

“En el entorno clínico, el can de acompañamiento actúa como un catalizador en las relaciones entre el joven y sus compañeros, así como con sus terapeutas, que pueden partir de las interacciones que el adolescente establece con el animal, como modelo para hablar de las propias emociones y de las relaciones con los demás, desde el no juicio”, destaca Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas.

Otro aspecto fundamental con respecto al éxito del programa de terapia con animales en los hospitales es que los perros tienen una “gran capacidad de crear vínculos con las personas”. Sonia Sáez, veterinaria de la empresa Purina, participante en este programa, explica el porqué. “Motivan, dan soporte emocional y son capaces de generar una empatía muy superior a la mayoría de las personas, por lo que llegan donde nosotros no alcanzamos”, destaca.

Además de con perros, otros animales con los que se realizan terapias con buenos resultados son los caballos o los gatos, “pero el adiestramiento, por ejemplo, de los felinos, es menos viable porque son muy independientes y como se trata de conseguir que en estos programas también disfruten los animales, en la mayoría de estas actividades de terapia se trabaja con perros, que son más sociables y adaptables”, asegura Sáez.

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