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Malasmadres lanza la primera encuesta que medirá el coste de la conciliación

El club pretende poner de relieve el trabajo invisible y la sobrecarga que padecen las madres, una realidad laboral, emocional y social que se ha agudizado con la pandemia

Una madre trabaja mientras cuida de su bebé
Una madre trabaja mientras cuida de su bebéJ_art (Getty Images)
Carolina García

La pandemia ha acentuado los problemas de conciliación a los que se enfrentan las familias, poniendo de manifiesto la dificultad de muchos hogares para compaginar trabajo o teletrabajo con confinamiento o infección. En el Club de Malasmadres, una comunidad que aglutina a más de un millón de seguidoras, son más específicas, y aseguran que son las madres las que más sufren, sobre todo, en tres aéreas: en lo laboral, en lo personal y emocional y en el ámbito social. Para dar voz a todas estas mujeres, la asociación Yo no renuncio ha lanzado la primera encuesta, denominada El coste de la conciliación, con la “que buscamos reconocer el trabajo invisible y gratuito de los cuidados, que recaen mayoritariamente en ellas”.

“Hablar de quién lleva a cabo las tareas domésticas y familiares y a cambio de qué lo hace, debe ser igual de importante que hablar de la igualdad de género en las empresas”“, según explica el club. “¿Qué pasaría si nadie limpiara los baños, preparara la comida, llevara a los niños al cole, se preocupara de sus vacunas, médicos, deberes…? ¿Qué pasaría si nadie hiciera la compra, organizara el menú o lavara la ropa?”, se preguntan desde la organización.

El fin último es “luchar para que se reconozca social y económicamente la maternidad”. Bajo la premisa de que conciliar no es gratis, Malasmadres lanza este lunes, a las 21.00 horas, una encuesta que calcula el coste de todos los trabajos necesarios para la supervivencia diaria de una familia. Analizará, en definitiva, “cómo viven esta situación las mujeres, principales responsables de estas tareas, y cuantificará el tiempo que dedicamos a este trabajo no pagado”, asegura Laura Baena, presidenta de la Asociación Yo No Renuncio. La finalidad es publicar los resultados el próximo 23 de marzo, Día Nacional de la Conciliación de la vida personal, familiar y laboral.

Malasmadres explica que el coste de la carencia de medidas de conciliación que soportan las mujeres españolas se evidencia en tres aspectos concretos, que definen como:

Cargar a las madres con la mayor parte de tareas domésticas tiene consecuencias. “La falta de corresponsabilidad supone un alto coste para las mujeres. Por un lado, laboral y económico, porque el trabajo no pagado que asumimos de los cuidados nos empuja en muchísimas ocasiones a frenar o parar nuestra trayectoria profesional y, por tanto, nuestro salario”, prosigue Baena. Además del coste emocional y personal, porque las horas que dedicamos al trabajo reproductivo y al empleo no nos dejan tiempo para desarrollarnos y realizarnos como personas”: “La pandemia ha sido la máxima expresión de falta de conciliación vivida. Mujeres renunciando y mujeres costeando, con nuestros sueldos y nuestra salud mental, la falta de corresponsabilidad y de medidas efectivas. Hay que visibilizar los cuidados y el trabajo invisible que hacemos, para ponerlo en valor social y económicamente”.

La corresponsabilidad, lejos de ser una realidad en España

La corresponsabilidad comienza en el hogar y en la educación, un pilar fundamental, “porque ser ejemplo es la pieza clave para romper la inercia de una desigualdad sistémica que convierte a la mujer en cuidadora eterna, únicamente por el hecho de ser mujer. Cuando llega la maternidad asumimos las obligaciones del hogar como propias, sin compartir de manera suficiente este trabajo (sobre todo, la carga mental). Romper con ello es fundamental para crear nuevos modelos de familia”. Pero esto no podemos hacerlo exclusivamente en el hogar, “sino que es un asunto social y público”, prosigue Baena, “y la corresponsabilidad es social, también de las empresas, y tiene que tener el enfoque transversal de las políticas públicas”.

El estudio ‘Somos Equipo’ de 2017 detectó claramente que la corresponsabilidad está lejos de ser una realidad en España, y que las mujeres son las principales responsables de las tareas doméstico-familiares, con más intensidad desde que se convierten en madres. “La entrega incondicional al cuidado de su familia hace que la mujer asuma las obligaciones del hogar como propias y olvide que se trata de un trabajo, en la mayoría de las cosas un segundo trabajo, con una carga mental importante y un coste invisible”, añade Baena. Como decía la filósofa Silvia Federici: “Lo que llaman amor, nosotras lo llamamos trabajo no pagado”, sostienen desde la organización.

A la ausencia endémica de medidas de conciliación en España, se ha unido estos dos últimos años una pandemia que “si ha dejado claro algo, es que la conciliación no existe”, incide Laura Baena. “Se ha puesto de manifiesto, más que nunca, la falta de estructuras de apoyo a las familias y la carencia de medidas efectivas de conciliación, convirtiéndose en un sálvese quien pueda. En un país donde la conciliación no existe, donde conciliar tiene nombre de abuelos y abuelas y colegios, el coste es elevado. Conciliamos como podemos y a costa del esfuerzo personal, laboral y emocional de las familias”, añade la portavoz.

“Se trata de cambiar el modelo social de maternidad, de reconocer social y económicamente el trabajo reproductivo, de poner los cuidados en el centro”, incide Baena. “Esto no se soluciona con una medida de aprobación de permisos por cuidado, se soluciona con un Pacto de Estado por la conciliación, que cambie el modelo y que impacte en todas las áreas. Es fundamental que cuando se activan mecanismos de apoyo a las familias, se haga con perspectiva de género y enfoque de la conciliación, para que no sigamos atrapadas en medidas de conciliación que solo cogemos las mujeres. Y este cambio normativo, acompañado de campañas de concienciación para que los hombres y las empresas se comprometan”, concluye la fundadora de Malasmadres.

¿Hemos aprendido algo con la pandemia?

“Hemos aprendido, por si ya no lo sabíamos, que las mujeres soportamos los cuidados, por arriba y por abajo, en esta generación sándwich en la que nos hemos convertido. Y hemos aprendido que los pilares que nos acompañan para poder tener un empleo son las abuelas y las escuelas”, subraya Baena. Según esta mujer y madre, nos olvidamos de la conciliación personal, del autocuidado y del alto coste que hemos pagado las mujeres estos dos años, renunciando y “malconciliando”: “Si en esta situación vivida abandonamos a las familias, estamos dando la espalda a la vida y al futuro que no tenemos sin niños y niñas”.

“Se puso en marcha un plan que tenía buenas intenciones, pero que no ha funcionado. Un Plan Me Cuida que ha fallado porque no incluía la obligatoriedad y porque no asumía económicamente la renuncia de las mujeres para poder cuidar. No ha habido protección y los niños y las niñas no se cuidan solos. Ahora toca alzar la voz y poner datos a esta realidad que vivimos en silencio las madres, invisibles”, termina Baena.

Principales datos recogidos en los estudios de la Asociación Yo No Renuncio:

  • Una de cada 3 madres (37%) ha sufrido algún tipo de discriminación laboral derivada de su maternidad. Las Invisibles.  
  • Seis de cada 10 mujeres renuncian a su trayectoria profesional al convertirse en madres (reduciendo su jornada, cogiendo excedencias o abandonando el mercado laboral). Somos Equipo.
  • El 68% de las mujeres españolas hubiera tenido más hijos e hijas si contaran con medidas de conciliación que no penalizaran su salario. Las Invisibles.
  • Independientemente de quién aporta más ingresos al hogar, es la mujer la principal responsable de las tareas doméstico-familiares. El 45% de las mujeres son las responsables principales de las tareas domésticas y de cuidado, frente al 9% de sus parejas, aunque aporten los mismos ingresos al hogar. Somos Equipo.
  • El 22% de las mujeres que han tenido que cuidar a un hijo o hija durante la cuarentena preventiva, lo ha hecho renunciando a todo o parte de su trabajo (cogiendo vacaciones, reduciendo la jornada o excedencia). Yo No Renuncio. 

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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