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Cocinar, el truco para que tus hijos repasen matemáticas este verano

La propuesta es motivar a los niños a usar metodologías activas con las que descubran que esta asignatura es una materia entretenida e interesante. Una clave: la cocina es una buena herramienta

Niños verano
Un niño sujeta seis galletas.Sharon M

Las matemáticas no son para el verano… seguramente dirán eso muchos alumnos que ya disfrutan de sus merecidas vacaciones. Pero, ¿es eso cierto? Sabemos que en la actualidad y desde hace ya bastante tiempo no gozan de buena fama y tienen una imagen comprometida entre los alumnos, explica Alba Rodríguez Agüero, directora de Innovación Educativa de PossibleLab: “La entienden como una asignatura difícil y sin aplicaciones reales debido a la mayoría de los contenidos que se les muestran en las aulas. Es por eso por lo que muchos de ellos acuden a estas clases con una idea preconcebida que no les ayuda a afrontar la asignatura de forma adecuada, creando muchas veces dificultades, las cuales convivirán con ellos a lo largo de toda su etapa educativa, generando un gran desinterés y no mostrando ningún tipo de esfuerzo en tratar de comprenderlas”.

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La utilidad de las matemáticas

Pero hay una realidad que es indiscutible. “Las matemáticas son útiles y mucho. Se encuentran a nuestro alrededor, en cualquier tipo de actividad que realicemos. Por tanto, la clave está en dar sentido a las matemáticas”, añade Rodríguez. “Es importante”, prosigue la experta, “transformar el concepto que nuestros estudiantes y la sociedad en general tienen sobre las matemáticas como una ciencia y un aprendizaje abstracto, identificado exclusivamente con cálculos y operaciones. Las matemáticas deben convertirse como algo atractivo, que permite comprender el entorno y que proporciona recursos importantes para la solución de situaciones problemáticas diversas”.

La propuesta entonces para conseguir motivar a los niños y adolescentes es que utilicen metodologías activas con las que descubran que las Matemáticas son una materia entretenida, interesante y que tiene una aplicación indispensable en la vida diaria, más concretamente en su propia rutina y que puedan comprender la utilidad que tienen y para qué les pueden servir en su día a día.

La cocina

¿Qué tienen que ver las matemáticas con la cocina? En principio la pregunta parece algo complicada, y más para alumnos de estos cursos. Por lo que puede que obtengamos una respuesta lapidaria: NADA.

“Pero si nos paramos a pensar en cocina, en cómo elaborar un plato, lo primero que se nos viene a la cabeza es el término receta”, explica Rodríguez. “La receta es un conjunto de instrucciones o reglas bien definidas, ordenadas y finitas que permite realizar una actividad mediante pasos sucesivos que facilite el proceso a aquella persona que desea elaborarlo. Es decir, que lo conduce a un estado final, una solución, un algoritmo. De tal forma podemos afirmar que, con solo una breve introducción, ya hemos encontrado la primera relación preestablecida entre ambas materias”, sostiene.

“Sin embargo”, continúa, “esto queda muy lejos aún de la práctica, que es lo que queremos demostrar a los alumnos. Si les hacemos recapacitar tranquilamente, verán que podemos encontrar muchos aspectos que las relacionan. Por ejemplo, para cocinar hace falta medir magnitudes como la masa, la capacidad, la temperatura y el tiempo. Además, es necesario utilizar números de todo tipo, naturales, decimales y fracciones”. Incluso es necesario, según mantiene, muchas veces, utilizar proporciones para nuestras recetas, ya que dependemos del número de comensales que vayan a asistir. “La cocina es una ciencia casi exacta en muchas ocasiones, sobre todo cuando nos metemos en la cocina dulce, en la que tenemos que ir con precisión y utilizamos fórmulas en nuestras recetas, según señalan varios reposteros con altas cualificaciones.

“Hace un tiempo leí una frase, ideal para demostrar la necesidad de una actividad como esta para los alumnos. Esta frase fue escrita por un profesor de Secundaria que imparte esta asignatura: “Para enseñar fracciones hay que cortar pasteles y manzanas. De lo contrario, los estudiantes suman numerador con numerador y denominador con denominador y no entienden nada”, añade la experta.

Otro gran referente de la cocina que utiliza las matemáticas como herramienta fundamental en la elaboración de sus recetas es Martín Berasategui. Hace unos años, se estrenó el documental La cocina de los números, en el que mostraba la importancia de esta competencia para su actividad diaria, la cocina. Gracias a la exactitud, la conversión de unidades, el cálculo básico y los algoritmos de funcionamiento de muchos de sus electrodomésticos consiguió, junto con su creatividad y dotes culinarias, llegar a ser uno de los chefs más reconocidos a nivel mundial.

Proponemos entonces aprovechar el verano para verlo con ojos matemáticos. “Preparad recetas con vuestros hijos o sobrinos con sus platos favoritos y descubrid cómo cada paso a paso de esa receta es una operación matemática con una aplicación real”, incide la experta. “Buscad una receta que les guste y proponedles cocinarla para un número diferente de comensales para los que está escrita. De esta forma trabajaréis la proporcionalidad. A través de cálculos básicos conseguirán conocer las nuevas cantidades de ingredientes”, prosigue.

Pero podemos ir un paso más allá, “transformad las cantidades de los ingredientes a diferentes tipos de unidades. De esta forma, estarán obligados a realizar conversiones de unidades de media. Y si contáis con gran variedad de estados en los ingredientes, las unidades de medidas serán diferentes. ¡Todo un reto!”, concluye Rodríguez.

¿Os animáis? Sumar, restar, multiplicar... ¡Cocinar! Os dejamos una receta que os puede ayudar a comenzar este gran reto matemático-culinario.

GALLETAS CON PEPITAS DE CHOCOLATE (6 UNIDADES)

INGREDIENTES: 1 huevo; 125 g de mantequilla; 1 taza de azúcar; 1½ tazas de harina (se prepara usando 1¼ de cucharadita de levadura y 5 gramos de sal por cada taza de harina regular o 5 gramos de sal) y 50 gramos de pepitas de chocolate.

 

PREPARACIÓN:

1. Precalentar el horno a 180°C.

2. Bate el huevo y el azúcar juntos hasta lograr una consistencia espumosa y espesa.

3. Derrite la mantequilla y añade a la mezcla de huevo.

4. Agrega la harina, sal y pepitas de chocolate. Mezcla bien.

5. Coloca la masa a cucharadas (una cucharada colmada por galleta) sobre una rendija para hornear forrada con papel de horno.

6. Hornea durante 10 minutos. Deja que las galletas se enfríen en la rendija.


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