Trump y Biden buscan amarrar sus nominaciones en el Supermartes menos disputado de la historia
El candidato republicano y el demócrata llegan a la principal cita de las primarias con una ventaja inusualmente aplastante
En la sociedad religiosa y agraria de Estados Unidos del siglo XIX, el domingo era día de misa y descanso y el miércoles, de mercado. Muchos necesitaban una jornada de viaje en sus carruajes para desplazarse a votar, lo que excluía también el lunes y el jueves. Entre las opciones disponibles, el martes se convirtió finalmente en el día electoral por antonomasia. Más allá del día de las presidenciales y legislativas (el primer martes después del primer lunes de noviembre, para evitar elecciones el día 1, fiesta de guardar), hay otro martes que se ha ido abriendo paso en las últimas décadas como fecha electoral clave. Se trata del Supermartes, el día en que más Estados votan en las primarias presidenciales. Esa fecha ha sido testigo de batallas decisivas por la nominación. Este año no será así. Tanto Donald Trump, en el Partido Republicano, como Joe Biden, en el Demócrata, cuentan con arrasar en el Supermartes menos disputado de la historia.
Biden compite casi en solitario, como suele ocurrir con los presidentes en el cargo. Lo peculiar de las primarias de este año es lo cantado que está también el resultado del partido de la oposición, donde Trump ha ejercido un dominio incontestable, pese a su pinchazo en la capital de este domingo. La nominación de ambos parece inevitable y las encuestas apuntan a que así lo certificarán las votaciones de este martes en 15 Estados.
Ninguno de los dos puede asegurarse matemáticamente la nominación, ni siquiera conquistando todos los delegados en juego para las convenciones del verano. Para superar el umbral de la mitad más uno de los delegados, tendrán que esperar al menos hasta otros martes: el 12 de marzo (en el caso de Trump) y el 19 del mismo mes (para Biden). Pero si se cumplen las previsiones, el resultado será ya incontestable.
Ha habido años electorales en que se llegó al Supermartes con las espadas en alto en ambos partidos. Esta vez, en ninguno. Entre los precedentes recientes, Biden logró en 2020 la victoria en 10 Estados y se adjudicó 726 delegados, pero Bernie Sanders ganó en otros cuatro, entre ellos California, y se adjudicó en total 505 delegados. Ese día encarriló la nominación el actual presidente, pero fue una jornada de alta tensión, con triunfos ajustados.
Resultados ajustados en anteriores ocasiones
En 2016, hubo emoción por partida doble. En el Partido Demócrata, Hillary Clinton ganó siete Estados (486 delegados) por cuatro Sanders (321 delegados). Y en el Republicano, Trump ganó en siete de los 11 Estados, pero Ted Cruz venció en otros tres y Marco Rubio, en uno. Trump, de hecho, solo logró 256 de los 600 delegados en liza. Tan ajustada estaba la cosa que a la cita de dos semanas después, en que votaban cinco Estados, se la llamó el Supermartes II, que se saldó con triunfos algo más claros —aunque no aplastantes— de Clinton y Trump.
Aún más emocionante fue el Supermartes demócrata de 2008, una batalla a cara de perro entre Barack Obama y Hillary Clinton que se saldó casi con tablas. Obama ganó en 13 Estados, y Clinton, en 10, pero el número de delegados estuvo aún más parejo: 847 a 834. Además, aquel año votaron más Estados que nunca, por lo que se le llamó el Gigamartes o el Tsunami Martes, entre otros apelativos. En el lado republicano, con 21 Estados en juego, John McCain se llevó nueve; Mitt Romney se impuso en siete, y Mike Huckabee, en cinco.
El Supermartes también se ha presentado más disputado que el actual, al menos en uno de los dos partidos, en todas las carreras presidenciales desde que triunfó el concepto en la década de los ochenta del pasado siglo. El único precedente comparable al actual es el de 1996, cuando el entonces presidente, Bill Clinton, no tuvo rival en el Partido Demócrata, y el favorito republicano, Bob Dole, ganó en todos los Estados. Sin embargo, en aquella ocasión solo se votó en siete territorios, lo que rebaja el mérito, y había algo más de incertidumbre, pues el principal rival de Dole, Pat Buchanan, llegaba con victorias previas en New Hampshire y Luisiana.
Este año, además, las normas de reparto de los delegados republicanos favorecen a Trump. En varios Estados, el ganador se lleva todos los delegados si supera el 50% de los votos (algo que probablemente ocurrirá en todas partes, al haber solo dos candidatos). Entre los lugares en que el ganador se lo lleva todo está California, donde más delegados se adjudican (169). En Texas (161) el sistema también es mayoritario, aunque en parte estatal y en parte por distritos. Trump tiene amplia ventaja en ambos.
En la Convención Nacional Republicana del 15 al 19 de julio en Milwaukee (Wisconsin) hay un total de 2.429 delegados. Para asegurarse la nominación, Trump necesita 1.215. Tiene unos 270 y el martes hay en juego 874, así que como mínimo tendrá que esperar a los 161 delegados en liza del 12 de marzo.
Por parte del Partido Demócrata, Biden debe conseguir 1.968 delegados comprometidos del total de 3.934 de la convención para asegurarse la nominación en agosto en Chicago (Illinois). Tiene 206 de los 208 que se han adjudicado y este martes se asignan 1.420. Como el calendario demócrata va algo retrasado frente al republicano, no podrá superar el umbral requerido hasta el 19 de marzo, aunque siga ganando en todos los Estados.
Los votantes de ambos partidos tienen cita este martes en Alabama, Arkansas, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia. Además de esos 14 Estados, en el caso republicano hay caucus en Alaska y, en el demócrata, se desvelan los resultados de Iowa (que ha estado votando exclusivamente por correo desde el 12 de enero). También se celebran primarias en el territorio de Samoa Americana.
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