El FBI busca a 40 sospechosos por el asalto al Capitolio
La agencia emite una ficha para pedir información para identificar a los seguidores de Trump que participaron en las protestas violentas de Washington
El FBI ha salido a la búsqueda de 40 seguidores de Donald Trump que participaron en el asalto al Capitolio del pasado miércoles. La agencia de investigaciones ha emitido una ficha con los rostros de los involucrados y ha pedido ayuda a la población para que haga llegar cualquier información que pueda ser útil para su detención. El objetivo principal de las autoridades es identificar a quienes estuvieron implicados en la fabricación de las bombas de tubo que se hallaron en Washington en las horas posteriores a los disturbios y ofrecen una recompensa de hasta 50.000 dólares a quien aporte información que lleve a su captura.
Las imágenes del FBI muestran a varios implicados que irrumpieron en el Congreso, tomaron varios objetos de las oficinas y causaron destrozos en el inmueble. Gorras con las consignas más célebres del presidente estadounidense, manifestantes que portaban vestimenta y equipo militar, y personas que presumían de haberse hecho con trofeos como material de oficina de Nancy Pelosi, la líder demócrata en la Cámara baja, son parte de la fotogalería que se ha difundido desde el jueves en redes sociales por las autoridades.
Otros participantes en las protestas que fueron captados llevaban banderas confederadas (considerada como un símbolo racista por las minorías), escudos antidisturbios y porras. Algunas fotografías se han hecho virales en las redes sociales y han llegado a los informativos y a las portadas de todo el mundo, como la que muestra a una persona con casco que cuelga sobre uno de los frisos del edificio, aferrándose para no caer.
En la órbita de las autoridades están algunos de los grupos más polémicos del trumpismo. El nombre de los Proud Boys, una banda de la derecha alternativa, ha aparecido constantemente en los medios de comunicación tras las protestas del miércoles, señalada como una de las organizaciones que pueden estar detrás del asalto. Enrique Tarrio, el fundador, fue arrestado en la víspera de las protestas por vandalizar un monumento del movimiento Black Lives Matter.
Kevin Greeson, uno de los manifestantes que murió por complicaciones médicas tras participar en los disturbios, también difundió en las últimas semanas varios mensajes de los Proud Boys en Parler, la red social predilecta entre los grupos de extrema derecha. El terreno virtual es un reflejo de las consignas que abanderaba la turba que apoyaba a Trump: desde las teorías de conspiración sobre la pandemia hasta mensajes xenófobos y racistas.
Tras la suspensión permanente de la cuenta de Trump en Twitter, en Parler se hizo tendencia la etiqueta twexit, que llamaba a abandonar la red social “hegemónica” y que ha endurecido su postura frente a los mensajes del presidente. Los delirios de QAnon, un grupo que asegura que el establishment de Washington se rige por una élite pedófila, también suelen tener amplia difusión en foros y aplicaciones con políticas de uso deliberadamente más laxas que las de las redes tradicionales.
“Se pide a cualquiera que tenga información sobre estos sujetos o cualquiera que haya atestiguado cualquier acción violenta e ilegal en el Capitolio o en los alrededores que contacte al FBI”, se lee en el boletín que ha emitido la corporación. También han pedido vídeos, fotos y cualquier otro material que permita encontrar a los manifestantes. Fiscales federales anunciaron el jueves que había presentado cargos contra 55 personas implicadas en la trifulca, por delitos como portación ilegal de armas, posesión de explosivos, lesiones y asalto. Uno de los acusados, por ejemplo, tenía 11 bombas molotov.
El FBI hizo hincapié en la captura de un individuo que allanó la oficina de Pelosi y que ganó atención mediática por su peculiar atuendo: un caso de piel con cuernos. “Este arresto demuestra a todos los involucrados en la irrupción al Capitolio del 6 de enero que el FBI va a encontrarlos y los hará responsables de sus crímenes, sin importar donde se encuentren”, ha señalado la agencia por Twitter. Tras los hechos que conmocionaron a Estados Unidos y que han puesto en la mira el papel disruptor de las redes sociales, el mensaje que quiere mandar el FBI es que la persecución en el terreno físico y virtual apenas ha comenzado.
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