Amnistía Internacional acusa a Hamás de “crímenes de guerra y contra la humanidad” en el ataque a Israel del 7 de octubre de 2023

Amnistía Internacional (AI) ha divulgado este jueves un informe en el que acusa a Hamás y otros grupos armados palestinos de haber cometido “crímenes de guerra y de lesa humanidad” durante los ataques del 7 de octubre de 2023 y al retener luego en Gaza a 251 rehenes, de los que los últimos 20 aún con vida fueron devueltos a Israel el pasado 13 de octubre. En un comunicado difundido conjuntamente con el informe, la organización recuerda también que Israel, por su parte, ha cometido y “sigue cometiendo genocidio con total impunidad en Gaza”, a pesar del alto el fuego que este miércoles cumplió dos meses. La ONG insta por ello a que la justicia internacional garantice que los responsables de todos esos graves crímenes, sea Israel o bien los grupos armados palestinos, rindan cuentas por ellos.

A pesar de mencionar también ese genocidio durante la ofensiva con la que Israel respondió a los ataques del 7 de octubre de 2023, el documento de 173 páginas Targeting Civilians, murder, hostage-taking and other violations by palestinian armed groups in Israel and Gaza (Civiles en el blanco, asesinatos, toma de rehenes y otros abusos cometidos por grupos armados palestinos en Israel y Gaza) se centra en la actuación de las facciones armadas palestinas aquel día.

Para ello, AI ha entrevistado a 70 personas, entre ellas 17 supervivientes de los ataques, familiares de víctimas, peritos médicos, sanitarios y profesionales del derecho, periodistas y “responsables de las investigaciones”. El equipo de investigación de la ONG ha visitado también algunos de los lugares donde se produjeron los hechos y examinado más de 350 vídeos y fotografías de lo sucedido en esa jornada.

El análisis de ese material ha llevado a la organización a acusar a Hamás y a otros grupos armados palestinos de los crímenes “de lesa humanidad”, “asesinato”, “exterminio”, “encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional”, “desaparición forzada”, “tortura”, “violación […] o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable” y “otros actos inhumanos”.

La ONG comienza recordando cómo desde la madrugada del 7 de octubre de 2023, hasta 3.000 militantes de Hamás, otras facciones palestinas como Yihad Islámica e incluso civiles palestinos, penetraron en el sur de Israel tras romper la valla fronteriza de Gaza en lo que describe como “un ataque coordinado, dirigido principalmente contra espacios civiles”. Alude a las localidades, los kibutz y el festival de música Nova, que se convirtieron en los escenarios principales de una masacre que terminó con la muerte de 1.200 personas, la gran mayoría israelíes judíos, pero también trabajadores y estudiantes extranjeros y beduinos con ciudadanía israelí.

Más de 800 de esas víctimas, incluidos 36 niños, eran civiles, recalca el informe, que subraya “que el ataque se dirigió efectivamente” contra esa categoría de población. En el texto se determina, por ejemplo, que responsables del brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzedín al Qasam, ordenaron a sus militantes llevar a cabo ataques específicamente contra población civil, una circunstancia en la que Amnistía apuntala su consideración de que esos ataques constituyeron “crímenes de lesa humanidad”.

El informe desmiente luego a grandes rasgos el argumento de Hamás de que sus fuerzas “no participaron en los asesinatos selectivos, secuestros o malos tratos a civiles durante los ataques del 7 de octubre de 2023; que muchos civiles murieron por fuego israelí y que no tenía intención de tomar civiles como rehenes”, detalla el texto.

Por el contrario, “basándose en numerosos vídeos, testimonios y otras pruebas”, Amnistía “ha llegado a la conclusión de que, si bien es cierto que algunas personas civiles murieron a manos de las fuerzas israelíes, la gran mayoría de las víctimas mortales fueron asesinadas por combatientes palestinos”. La ONG denuncia a su vez que todos los rehenes “detenidos ilegalmente” en Gaza “fueron sometidos a abusos psicológicos”.

Casi todos esos 251 rehenes —en su mayoría civiles, incluidos niños y personas mayores— tomados ese día fueron capturados vivos, pero alrededor de 36 estaban ya muertos cuando fueron trasladados a la Franja palestina. Los últimos liberados permanecieron retenidos dos años, mientras que algunos, asegura la ONG, “estuvieron encadenados en túneles subterráneos durante todo su cautiverio o parte de él y soportaron condiciones extremas de violencia, privación y abusos psicológicos, incluidas amenazas de ejecución”. Algunos de esos cautivos, continúa el informe, “sufrieron violencia sexual, incluidas agresión sexual, amenaza de matrimonio forzado y desnudez forzada. Al menos seis rehenes murieron a manos de sus captores”.

Rendir cuentas

Amnistía da por seguros la comisión de actos de violencia sexual el 7 de octubre de 2023, pero se muestra cautelosa sobre su alcance. Ese aspecto ha sido objeto de especial controversia. Israel sostiene que ese crimen se cometió de forma masiva ese día, aunque no ha aportado pruebas concluyentes, mientras que Hamás lo niega de plano.

Entre los relatos que incluye el informe, figura el de un israelí que confirmó bajo anonimato a la organización haber sido violado por militantes palestinos en el festival Nova y que recibió asistencia médica por ello, según AI. Ese testimonio directo y otros indicios indirectos —por ejemplo, relatos de personas que dijeron haber visto cadáveres semidesnudos o con sangre en la zona genital— llevan a Amnistía a creer que “agresores palestinos cometieron, tanto en Israel como en Gaza, agresiones sexuales y otras formas de violencia sexual contra personas que se encontraban bajo su control”.

La ONG precisa que, “sin embargo, salvo en un caso [el del hombre citado que denunció la violación]”, no pudo entrevistar a “personas que denunciaran haber sobrevivido o presenciado actos de violencia sexual durante los ataques en Israel o mientras estaban secuestradas”. Por lo tanto, asegura no haber podido “llegar a conclusiones sobre el alcance o la magnitud de la violencia”.

Ese y otros crímenes que Amnistía atribuye a los grupos armados palestinos son “atroces”, zanja en el comunicado que acompaña al informe la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. Y no tienen “justificación”, reitera el informe, a pesar de que el “contexto” en el que se produjeron fue “la prolongada ocupación israelí del territorio palestino ocupado [Gaza] y las violaciones generalizadas de los derechos humanos perpetradas por las fuerzas israelíes contra los palestinos”. Entre ellas, el texto cita “la imposición de un sistema de apartheid a los palestinos y el bloqueo ilegal de Gaza desde 2007″.

“El alarmante historial de violaciones de derechos cometidas por Israel contra la población palestina, incluidos los decenios de ocupación ilegal, el apartheid y el persistente genocidio de Gaza, no puede justificar en absoluto esos crímenes. Ni tampoco exime a los grupos armados palestinos de sus obligaciones según el derecho internacional”, sostiene la secretaria general de la organización en el comunicado.

El informe de Amnistía concluye reclamando una rendición de cuentas real y que las investigaciones del Tribunal Penal Internacional sobre los crímenes de Israel y de los grupos armados palestinos puedan llevarse a cabo sin impedimentos.

“En tales investigaciones deben abordarse el genocidio y el crimen de lesa humanidad de apartheid de Israel, así como los crímenes cometidos por los grupos armados palestinos antes de los ataques del 7 de octubre de 2023, en el curso de ellos y desde entonces, a fin de garantizar que todas las personas —en especial las más responsables, en caso de que estén vivas todavía— comparezcan ante la justicia”, reclama el comunicado de la organización.