Trump dio a Maduro un ultimátum por teléfono para que dejase el poder
La Casa Blanca confirma que tras hundir la primera narcolancha en aguas del Caribe perpetró un segundo ataque que mató a dos supervivientes

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha reunido este lunes con su equipo de seguridad nacional para tratar sobre los próximos pasos en relación con Venezuela, según ha confirmado la Casa Blanca sin dar más detalles sobre lo abordado. Mientras, la tensión se encuentra en máximos desde hace días ante la posibilidad de que el republicano opte por dar órdenes para atacar objetivos dentro del país sudamericano.
La Casa Blanca también ha confirmado que el 2 de septiembre, cuando las fuerzas estadounidenses hundieron la primera narcolancha en aguas del Caribe en su campaña contra la droga, perpetraron un segundo ataque que mató a los dos supervivientes detectados tras el primer golpe. La portavoz Karoline Leavitt ha atribuido la orden al almirante Frank Bradley, al frente del comando de las Fuerzas Especiales.
La reunión ha tenido lugar 24 horas después de que Trump confirmara haber mantenido una conversación telefónica con el presidente venezolano, Nicolás Maduro. En esa llamada del 21 de noviembre, según una exclusiva de la agencia Reuters, el presidente estadounidense exigió al líder chavista que dejara el poder antes del pasado viernes, 28 de noviembre, a cambio de garantizarle su seguridad durante su traslado a un tercer país. Según apuntan las fuentes citadas por Reuters, esa oferta ya no está en pie.

La expiración del plazo sin que Maduro hubiera dejado el poder precipitó la declaración de Trump en la que anunció el sábado el cierre del espacio aéreo venezolano, según la agencia.
Maduro pidió entre sus condiciones amnistía para él y para su familia, el fin de las sanciones internacionales que le castigan a él y a un centenar de dirigentes venezolanos, y la retirada de los cargos que encara ante el Tribunal Penal Internacional. También proponía la formación de un Gobierno interino encabezado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez hasta la celebración de elecciones.
De confirmarse las informaciones de la agencia, las opciones para Maduro se complican considerablemente. El Gobierno chavista busca una segunda conversación telefónica, según Reuters.
En la reunión de esta tarde participó el secretario de Defensa, Pete Hegseth. También estuvieron presentes, entre otros, el secretario de Estado, Marco Rubio; el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine, y la jefa de Gabinete de Trump, Susie Wiles, así como el número dos de Wiles y principal asesor de política interna del presidente, Stephen Miller. El comienzo de la reunión en el Despacho Oval —no en la Sala de Crisis, como ocurriría en caso de algún tipo de operación en marcha— se había fijado para las 17.00 horas en Washington (23.00 hora peninsular española). La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, había indicado que, además de Venezuela, se iba a abordar otra serie de temas.
Aunque ha admitido haber hablado con Maduro, Trump no ha dado indicios acerca de si aquella llamada arrojó algún tipo de fruto. “No diría que fue ni bien ni mal; fue una llamada telefónica”, declaraba a los periodistas que le acompañaban a bordo del avión Air Force One a su regreso a Washington el domingo por la noche, tras haber pasado los festejos por el día de Acción de Gracias en su residencia privada en Mar-a-Lago, Florida.

Un día antes, el presidente había hecho saltar todas las alarmas al anunciar a las líneas aéreas internacionales que debían considerar el espacio aéreo venezolano “cerrado por completo”, en lo que parecía un aviso de que algún tipo de acción estadounidense era inminente. Pero en sus declaraciones del domingo a la prensa, pareció tratar de calmar las aguas y aconsejó que no hay que “darle más importancia” ni “leer demasiado entre líneas”.
El contacto directo entre los dos presidentes había abierto la esperanza de una solución diplomática al conflicto entre ambos gobiernos. Washington acusa a Maduro de “narcoterrorismo” y de liderar el cartel de los Soles, un modo de referirse a los grupos e individuos corruptos dentro del Gobierno y las fuerzas armadas de Venezuela vinculados con el narcotráfico. La semana pasada, el Departamento de Estado incluyó al cartel de los Soles en su lista de organizaciones terroristas extranjeras. Estados Unidos también considera al dirigente chavista un presidente ilegítimo, por las irregularidades en las elecciones de 2024.
La lucha contra el narcotráfico es el argumento que Washington alega para justificar el gigantesco despliegue militar que mantiene en el Caribe desde agosto. Desde el 2 de septiembre, las fuerzas estadounidenses han realizado al menos 21 ataques contra supuestas narcolanchas en aguas internacionales en ese mar y en el Pacífico oriental, que han matado al menos a 83 personas en lo que ha pasado a denominarse Operación Lanza del Sur. La inclusión del cartel de los Soles en la lista de organizaciones terroristas proporciona a Washington, en opinión de esta Administración, herramientas para lanzar una nueva fase en la operación que incluya objetivos en territorio venezolano.
Entre los asistentes a la reunión de este lunes estaba Marco Rubio, un conocido halcón contra el régimen chavista. Es uno de los grandes artífices de la política de mano muy dura hacia Caracas, incluido el despliegue militar.
Hegseth, por su parte, se encuentra en medio de una fuerte polémica después de que el periódico The Washington Post publicara una información que, de confirmarse, podría convertir al jefe del Pentágono en culpable de crímenes de guerra, según han apuntado varios legisladores. Según este medio, el 2 de septiembre, en el primer ataque contra una supuesta narcolancha, en la que viajaban a bordo 11 personas, dos de ellas sobrevivieron y pudieron ser vistas aferrándose a los restos de la embarcación. El secretario de Defensa —o de Guerra, como prefiere denominarse— había dado de palabra una orden: “matadlos a todos”, lo que llevó a ordenar un segundo ataque que remató a los tripulantes.

En su rueda de prensa semanal este lunes, Leavitt ha confirmado que, efectivamente, se produjo ese segundo ataque. Según ha explicado, la decisión partió del jefe del comando de Operaciones Especiales, el almirante Frank Bradley, por motivos de “defensa propia”, en “aguas internacionales” y “de acuerdo con las leyes sobre conflicto armado”. El almirante “actuó dentro de sus competencias” para dar esa orden, ha subrayado la portavoz, que ha exonerado a Hegseth de cualquier responsabilidad.
Leavitt no ha dado argumentos para justificar que el segundo ataque se ajustara a las leyes sobre conflicto armado. El manual del Pentágono sobre la Ley de Guerra de 2023 precisamente pone como ejemplo una orden de atacar a náufragos tras una acción en el mar como caso en que se debe rechazar la orden de un superior.
En su artículo, el Post indica que Bradley “contó a la gente en una teleconferencia que los supervivientes seguían siendo objetivos legítimos porque en teoría podían llamar a otros traficantes para que los rescataran, a ellos y a su cargamento, de acuerdo con dos fuentes. El almirante ordenó el segundo ataque para cumplir la directiva de Hegseth de matarlos a todos”.
El domingo por la noche, el secretario de Defensa publicó una imagen presuntamente jocosa sobre la campaña de ataques en su cuenta en redes sociales. Se trata de una parodia de una colección de literatura infantil, en la que aparece el título “Franklin pone en el punto de mira a narcoterroristas” y en la que el personaje de una tortuga abre fuego contra supuestas narcolanchas.
Trump también ha rechazado las acusaciones contra su jefe del Pentágono, aunque de manera más ambigua. “No sé nada de esto”, declaró a bordo del Air Force One. El presidente también declaró: “Echaremos un vistazo a eso. [...]. No, yo no hubiera querido eso. No un segundo ataque. El primer ataque fue muy letal, fue bueno. Y si hubieran quedado dos personas…”. Tras dejar esa suposición en el aire, volvió a insistir: “Pete dijo que eso no pasó”. Preguntado de nuevo, volvió a remitirse a lo que el secretario de Defensa le había contado: “No sé. Vamos a aclararlo. Pero Pete dijo que él no ordenó la muerte de esos dos hombres”.
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