Microsoft suspende una serie de servicios a Israel utilizados para la vigilancia masiva de civiles palestinos
El Ministerio de Defensa almacenaba en la plataforma Azure y en la nube de la tecnológica datos sobre llamadas obtenidas en Gaza y Cisjordania, según una investigación de ‘The Guardian’


El gigante tecnológico Microsoft anunció este jueves que ha dejado de prestar ciertos de servicios de almacenamiento en la nube y de inteligencia artificial (IA) a la unidad de élite 8200, dedicada al espionaje y dependiente del Ministerio de Defensa de Israel (IMOD). Ese programa permitía la vigilancia masiva de civiles palestinos usando las herramientas de la tecnológica, lo que, según la compañía, infringía las reglas de Microsoft.
La firma tomó la decisión tras una revisión “urgente” de las denuncias publicadas en agosto por el diario británico The Guardian. Esa exclusiva periodística, en la que también participaron otros dos medios israelíes −una revista y una cabecera en hebreo−, desveló el uso de la plataforma Azure para almacenar datos de llamadas telefónicas obtenidos de civiles palestinos en Gaza y Cisjordania.
El anuncio de la suspensión −que se produce tras semanas de presiones de inversores, trabajadores y usuarios y pocos días después de que buena parte de la comunidad internacional confirmara su cambio de actitud hacia Israel en la Asamblea General de las Naciones Unidos− corrió a cargo de Brad Smith, presidente del gigante tecnológico. Es la primera decisión de ese calado tomada por una gran compañía estadounidense, cuyo Gobierno sigue firme en su apoyo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Smith señaló en un comunicado en el que agradece el trabajo de los reporteros de The Guardian que, “como cualquier empresa”, Microsoft puede decidir “qué productos y servicios ofrece a sus clientes”. Como consecuencia de esa discrecionalidad, el texto añade que la empresa que dirige “no proporciona tecnología para facilitar la vigilancia masiva de civiles”.
El proyecto de espionaje empezó, según publicó el diario británico, tras una reunión en 2021 entre el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, y el entonces comandante de la unidad, Yossi Sariel. Con las herramientas de capacidad de almacenamiento y la potencia informática casi ilimitadas que ofrecía Azure, la Unidad 8200 había construido un sistema indiscriminado de recopilación de información que permitía a sus agentes de inteligencia recoger, reproducir y analizar el contenido de las llamadas desde el móvil de cientos de miles de personas.
Solo en Cisjordania, objetivo inicial del programa, viven aproximadamente tres millones de palestinos bajo ocupación militar israelí. Fuentes de inteligencia vincularon esa recopilación de datos con la ofensiva en Gaza, donde Azure contribuyó a fijar los objetivos de decenas de bombardeos letales.
“Un millón de llamadas por hora”
The Guardian contó también que el proyecto era tan ambicioso que, según fuentes de la Unidad 8200, en la agencia se ufanaban internamente de su capacidad de fiscalizar “un millón de llamadas por hora”. La investigación situaba el almacenamiento gigantesco de datos, hasta la mareante cifra de 8.000 terabytes, en un centro de Microsoft en los Países Bajos.
En su comunicado, Smith dejó claro este jueves que, como había hecho saber previamente a sus empleados, el anuncio sobre Azure no afectará al “importante trabajo que Microsoft continúa haciendo para proteger la ciberseguridad de Israel y otros países en el Oriente Próximo, incluidos los [firmantes de] Acuerdos de Abraham”. Ese pacto, sellado por Donald Trump durante su primera Administración, se diseñó para alentar un deshielo en la región.
“Hemos revisado las acusaciones de The Guardian basándonos en dos principios, ambos referidos a la protección de la privacidad por parte de Microsoft, un derecho fundamental desde hace tiempo", añade el comunicado. “Como empleados, todos compartimos el interés en la protección de la privacidad, dado el valor comercial que genera al garantizar que nuestros clientes puedan confiar plenamente en nuestros servicios”. El texto también advierte que la investigación de Microsoft continúa. “Los principios y la ética nos guían”, concluye Smith. “Eso no es negociable”.
La publicación de la investigación de The Guardian provocó protestas en la sede estadounidense de Microsoft y en uno de sus centros europeos de datos. También, la oposición de un grupo de trabajadores, No Azure for Apartheid, que exige a la compañía que ponga fin a todos los vínculos con el Ejército israelí.
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