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El papa Francisco manda un mensaje de voz por primera vez desde que entró en el hospital hace tres semanas

El Pontífice, con tono frágil y fatigado, ha enviado un breve audio a los fieles reunidos en San Pedro para el rosario. Sus condiciones se mantienen estables y no habrá más partes médicos hasta el sábado

Una persona reza ante la estatua de Juan Pablo II situada frente al hospital Gemelli de Roma, Foto: GIUSEPPE LAMI (EFE) | Vídeo: EPV
Íñigo Domínguez

El papa Francisco, que lleva ya tres semanas ingresado en el hospital Gemelli de Roma con una neumonía que no termina de curarse, ha hecho oír su voz por primera vez en un breve mensaje de audio enviado a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro para rezar el rosario, como cada noche a las 21.00. Ha hablado en español, pero su voz era frágil y fatigada, y ha dado la dimensión del padecimiento de su enfermedad: “Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud desde la plaza, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias”.

Pese a la aprensión que causaba el mensaje, lo cierto es que el comunicado de la tarde de este jueves, difundido a las 19.43, contenía dosis de optimismo. El Papa sigue recuperándose de su neumonía bilateral, sus condiciones continúan siendo estables y, sobre todo, hay una novedad que es una muestra de confianza de los médicos en la recuperación del Pontífice. Anuncian por primera vez que, “dada la estabilidad del cuadro clínico, el próximo boletín médico se difundirá el sábado”. Es decir, este viernes no habrá parte, salvo imprevistos, porque se estima que no habrá novedades reseñables, un pronóstico nunca avanzado hasta ahora.

Desde el pasado 14 de febrero, cuando fue ingresado, el Vaticano siempre ha emitido un parte médico hacia las siete de la tarde, más una breve comunicación por la mañana, en una política de deseo de transparencia impuesta por el Papa. Pero después de tres semanas de información continua y atención mediática a los mínimos detalles, se ha valorado que, por el momento, ya no es necesario mantener este ritmo.

La última crisis respiratoria, de las cuatro que ha sufrido el Pontífice, fue el lunes y ya han pasado tres días sin nuevas recaídas. En el parte de este jueves no hay mención a una situación compleja, como en días anteriores, pero el pronóstico sigue siendo reservado.

Con todo, la enumeración de indicios que apunta el parte de este jueves es positiva: “Las condiciones clínicas del Santo Padre se han mantenido estables respecto a los días anteriores. Tampoco hoy ha presentado episodios de insuficiencia respiratoria. El Santo Padre ha continuado con resultados beneficiosos la fisioterapia respiratoria y motora. Los parámetros hemodinámicos y los análisis de sangre se han mantenido estables. No ha presentado fiebre”.

El comunicado también detalla que el Pontífice “se ha dedicado a algunas actividades de trabajo durante la mañana y la tarde, alternando el descanso y la oración”. Esta mañana, el Vaticano había señalado que el Papa había pasado una noche “tranquila”, asistido con ventilación mecánica no invasiva, como estaba previsto. Al despertarse, pasó a la oxigenación de alto flujo con cánulas nasales.

Por el momento, fuentes vaticanas se han mostrado muy prudentes estos días por una situación aún compleja en la que el Papa, han reiterado, no está fuera de peligro y podría sufrir nuevas crisis respiratorias. El Pontífice ha padecido cuatro episodios críticos que han ido complicando su recuperación. Fue ingresado el 14 de febrero con una bronquitis que arrastraba desde hacía al menos 10 días; el 18 se le detectó una neumonía bilateral, una enfermedad más grave, y aunque parecía superarla, el día 22 atravesó la peor crisis. Fue una crisis asmática prolongada, con síntomas de anemia que obligaron a una transfusión y con una insuficiencia renal inicial leve.

El Papa salió de la “fase crítica” el jueves pasado y cuando parecía recuperado, tuvo un violento broncoespasmo al día siguiente, el pasado viernes. Se consideró un episodio aislado, pero hizo temer nuevas complicaciones porque aspiró vómito y corría el riesgo de desarrollar una nueva infección. Pasadas 48 horas, el domingo, los médicos consideraron que ya no había peligro. Sin embargo, este lunes sufrió “dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, causados por una importante acumulación de moco endobronquial y consiguiente broncoespasmo”. Se dieron por superadas al final del día.

Por ahora, nadie hace previsiones sobre los tiempos de recuperación de Bergoglio y se asume, si todo va bien, una larga estancia en el Gemelli. Como mínimo, varias semanas. El escenario es el que resumieron los médicos en su única rueda de prensa, el pasado 21 de febrero: la vida del Papa “no corre peligro, pero no está fuera de peligro” y “basta poco para desequilibrarlo”. Desde entonces, los facultativos no han vuelto a comparecer ante los medios. El Vaticano no ha aclarado todavía cuándo habrá un nuevo encuentro con los periodistas.

Esta situación de fragilidad del Papa, no obstante, se ha combinado siempre con mensajes de cierta tranquilidad del Vaticano. Ha explicado que Bergoglio se ha mantenido sin fiebre, siempre ha estado consciente, nunca ha sido intubado, come normalmente y su corazón “es fuerte”. A veces se levanta y pasa ratos sentado. Desde que fue ingresado también ha mantenido un mínimo ritmo de trabajo y la Santa Sede ha anunciado nombramientos y otras decisiones que requieren la firma del Papa. También este jueves, por ejemplo, se ha anunciado el nuevo obispo de Albacete, Ángel Román Idígoras. Es decir, Bergoglio está lanzando el mensaje de que sigue al mando y continúa gobernando la Iglesia desde el hospital.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
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