Trudeau afirma que Trump busca debilitar a Canadá para después plantear su anexión a Estados Unidos

Justin Trudeau ha afirmado este martes que la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump tiene un propósito geopolítico definido. El primer ministro canadiense está convencido de que el presidente de Estados Unidos pretende provocar un colapso del país vecino “para que sea más fácil anexionarlo”. El mandatario republicano lleva semanas agitando el espantajo de la incorporación y antes de asumir el cargo, a principios de enero, llegó a sugerir que podría recurrir a la “fuerza económica” para eliminar la frontera. “Sería mucho mejor para la seguridad nacional”, dijo. Trudeau, que ha calificado de “muy estúpida” la imposición de tasas del 25% a las exportaciones de Canadá, ha asegurado en una conferencia de prensa que los argumentos de Trump son “falsos”. “La excusa del fentanilo es ficticia”, ha subrayado.

El primer ministro canadiense ha confirmado que Canadá aplicará las mismas cargas arancelarias a productos estadounidenses, aunque ha destacado que “no hay ganadores en una guerra comercial”. El nuevo escenario propiciado por Trump tendrá un impacto muy grave en ambos lados de la frontera, según Trudeau, con repercusiones directas en la inflación, la supervivencia de empresas y el mercado laboral. “Se vienen tiempos difíciles para Canadá”, ha apuntado el político liberal, haciendo un llamamiento a la solidaridad y a la unidad del país, y prometiendo desplegar toda la ayuda necesaria. También ha señalado que los representantes canadienses llevarán la decisión de Trump ante la Organización Mundial de Comercio, al igual que al tribunal encargado de dirimir disputas comerciales dentro del T-MEC.

El Gobierno canadiense cuenta ya con un plan de respuesta ante las tarifas decretadas por Washington. Habrá una una primera imposición por valor de 30.000 millones de dólares a productos estadounidenses, seguida de una segunda ola arancelaria de 125.000 millones tres semanas después. Este lunes comenzaron a ser retiradas las bebidas alcohólicas estadounidenses de las tiendas de varias provincias. Mientras tanto, los llamamientos a boicotear productos del país vecino se multiplican.

Al mismo tiempo, algunos líderes provinciales ya han anunciado que pondrán en marcha paquetes de ayuda para empresas y empleados. El primer ministro de Ontario, el conservador Doug Ford, ha manifestado este lunes que las compañías estadounidenses ya no podrán participar en licitaciones públicas de su provincia. También ha indicado que contempla suspender el envío de electricidad a Estados Unidos. El presidente Trump no ha tardado en responder. Desde Truth Social, su red social, el mandatario ha afirmado que impondrá más aranceles a Canadá a raíz de la respuesta arancelaria de Ottawa. En el mensaje, Trump ha vuelto a referirse a Trudeau como “gobernador”.

El choque entre ambos gobernantes se agudizó en noviembre tras el triunfo electoral del republicano. Trudeau ha insistido en su comparecencia en que las razones evocadas por Trump para imponer aranceles “simplemente no se sostienen”, ya que el presidente de Estados Unidos sostiene que Canadá no ha hecho esfuerzos suficientes para mejorar la seguridad y reducir el tráfico de fentanilo en la frontera. El Ejecutivo canadiense no ha dejado de señalar que está llevando a cabo esfuerzos para aumentar la seguridad fronteriza e intensificar la lucha contra el tráfico del opioide. Un millonario plan de vigilancia puesto en marcha en la línea divisoria y el nombramiento de un zar dedicado a la batalla contra el tráfico de esa sustancia por parte de Canadá no han logrado que Trump se dé por satisfecho.

El republicano también impuso aranceles del 10% al gas y petróleo canadienses, y otra decisión que afecta al país es la orden ejecutiva firmada por Trump para gravar a su vez las importaciones de acero y aluminio a partir del 12 de marzo. El lunes, el ministro de Inmigración y Ciudadanía, Marc Miller, manifestó que las negociaciones con Washington continuarán, independientemente de lo que suceda, debido a los distintos temas sobre la mesa. En opinión de Miller, el ambiente de inestabilidad seguirá a lo largo de los años del Gobierno de Trump.

Mientras tanto, los aranceles recíprocos permanecerán en vigor “hasta que la acción comercial de Estados Unidos sea revocado”, dejó claro el primer ministro a través de un comunicado difundido el lunes por la noche. Horas antes, la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, había adelantado la decisión, destacando los efectos potencialmente catastróficos de la imposición. “Sabemos que se trata de una amenaza existencial para nosotros y que miles de puestos de trabajo canadienses están en juego”, subrayó, aunque precisó que los canales de comunicación con la nueva Administración estadounidense continúan activos.