Trump: “Rusia se está comportando muy bien. Avanzamos en un acuerdo de paz”
El presidente de EE UU asegura, en una reunión junto a Starmer, que intentará en las negociaciones de paz que Kiev recupere la mayor cantidad posible de territorio ocupado

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El primer ministro británico, Keir Starmer, llegó a su reunión de este jueves con Donald Trump en la Casa Blanca con una misión por encima de todas las demás: tratar de arrancar a su interlocutor la concesión de unas garantías de seguridad creíbles para Ucrania una vez se acuerde un alto el fuego en las negociaciones que Washington ha lanzado con Moscú sobre el fin de la guerra, y asegurarse de que el acuerdo de paz al que se llegue no beneficia al agresor. El presidente estadounidense se mostró optimista con las negociaciones con el Kremlin: “Rusia se está comportando muy bien. Avanzamos en un acuerdo de paz”. En las declaraciones al comienzo de la reunión en el Despacho Oval, sostuvo que el acuerdo económico que firmará con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, este viernes en Washington “es la garantía de seguridad” para el país invadido. “Somos una garantía de seguridad porque estaremos allí, trabajando en el país. Va a ser muy bueno económicamente para ellos”, declaró Trump.
El acuerdo económico prevé que Ucrania ceda a Estados Unidos la mitad de sus ingresos de explotación de sus recursos minerales, incluidos el gas y el petróleo, como pago por la ayuda militar recibida durante los tres años de guerra. Washington alega que contar con ese pacto le da un incentivo para defender al país invadido, pues protege también su inversión económica. Pero el texto del documento no incluye garantías de seguridad.
En su primera visita a la Casa Blanca de Trump, Starmer desembarcó con los mecanismos de seducción al republicano —anglófilo de por sí— a toda máquina. Le agradecía su liderazgo para buscar la paz, la posibilidad de un acuerdo “como nadie ha logrado”. E iniciaba la reunión en el Despacho Oval con una jugada maestra: entregaba al presidente una carta personal del rey Carlos III de Inglaterra en la que le invitaba a Londres para una visita de Estado. Algo sin precedentes: el mandatario estadounidense ya disfrutó de ese agasajo durante su primer mandato, y ningún otro líder mundial ha recibido una segunda invitación. “Es algo histórico”, destacó el republicano, visiblemente complacido y tras haber aceptado de inmediato.
Ese as en la manga bien puede haber valido al primer ministro británico un triunfo que llevarse a casa, y que le interesaba tanto como las negociaciones sobre Ucrania: la posibilidad de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que le exima de aranceles. “Creo que podemos tener algo acordado muy pronto, un buen acuerdo en el que los aranceles no serían necesarios”, subrayó Trump. “Vamos a lograr grandes acuerdos comerciales con el Reino Unido”. Por su parte, Starmer apuntaba que ambos países van a comenzar “un nuevo acuerdo económico que tendrá en su núcleo la tecnología avanzada”.
Pero la guerra dominó las más de dos horas de conversaciones entre los dos líderes. En sus declaraciones al comienzo de la reunión en el Despacho Oval, Trump también subrayó que para que haya una fuerza de paz primero tiene que haber un alto el fuego y “aún no lo tenemos”. El republicano, que repitió sus quejas habituales acerca de que Estados Unidos contribuye de manera desproporcionada a la OTAN, volvió a mostrarse elogioso, como suele, con Rusia, el país agresor en la guerra. “Rusia se está comportando muy bien” en las negociaciones recién iniciadas para un alto el fuego en Ucrania, “avanzamos en un acuerdo de paz”.
A su vez, Starmer le recordó en la rueda de prensa posterior que un acuerdo de paz en Ucrania “no puede ser uno que recompense al agresor”, o “que aliente a otros países hostiles como Irán”.
En opinión de Trump, una vez que se haya cerrado un acuerdo, el presidente ruso, Vladímir Putin, no tendrá incentivos para volver a invadir territorio ucranio. El republicano aprovechó su reunión para añadir matices a los resultados que prevé de las negociaciones con Moscú. Descartó, como ha hecho en varias ocasiones, que Kiev pueda entrar en la OTAN. Pero también sostuvo que intentará que Ucrania recupere la mayor proporción posible de territorio ocupado, actualmente un 20% del total. Hace dos semanas, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró en Bruselas que era “poco realista” pensar que el país invadido pudiera recuperar todo el territorio ocupado desde 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea y comenzaron los combates en la región de Donbás.
Por su parte, Starmer comenzó sus declaraciones asegurando: “Queremos colaborar con usted para asegurarnos de que el acuerdo de paz es duradero, que logramos un acuerdo histórico como nadie ha logrado. Y queremos colaborar con usted para asegurarnos de que ocurre”.
La firma del acuerdo de minerales con Ucrania llega una semana después de que Trump y Zelenski intercambiaran palabras desdeñosas, e incluso insultos, por su desacuerdo en torno a ese pacto. El republicano llegó a calificar al ucranio, falsamente, de “dictador sin elecciones” y le responsabilizó del estallido de la guerra. Zelenski, por su parte, le acusó de vivir en “una burbuja de desinformación” de propaganda rusa. Aquel calentón parece haber quedado olvidado. Preguntado por un periodista si seguía creyendo que el ucranio es un dictador, Trump replicó este jueves: “¿Dije eso?”
Después de que el Washington de Trump haya abandonado la doctrina estadounidense desde la invasión rusa en febrero de 2022, de apoyo incondicional a Ucrania “durante el tiempo que haga falta”, el republicano insiste una y otra vez en que asistir al país invadido o aportar medios para garantizar el cumplimiento del hipotético alto el fuego no es problema de EE UU, sino de Europa.
Las garantías de seguridad se han convertido en uno de los principales escollos entre Washington y Europa en sus posiciones sobre la guerra. Varios países europeos, entre ellos Francia y el Reino Unido, han expresado su disposición a aportar soldados para una fuerza de paz limitada que se encargaría de vigilar el cumplimiento del hipotético alto el fuego. Pero por sí solas esas tropas no tendrían un efecto disuasorio suficiente para evitar que Moscú vuelva a atacar en el futuro. Europa, y Kiev, reclaman que Estados Unidos sea lo que Starmer ha descrito como una “red de seguridad” y garantice que prestará un apoyo entre bambalinas —vigilancia mediante sistemas de radares, aviones de combate— que acudiría en socorro en caso de peligro ruso, algo que Trump se resiste a conceder. El presidente francés Emmanuel Macron, que precedió a Starmer el lunes con una misión similar, se marchó con las manos vacías en este área.
Puente entre Europa y Washington
Starmer, que ha parecido conectar con Trump en sus contactos previos, trata de presentarse como un puente entre Europa y Washington, el “policía bueno”, para intentar arrancar más flexibilidad al líder republicano. Antes de comenzar su viaje anunció un aumento de la inversión del Reino Unido en defensa, que en 2027 llegará al 2,5% del PIB frente al 2,3% actual. Para 2035 la proporción de gasto se prevé que alcance el 3%. Algo de lo que la Casa Blanca, que insiste en la necesidad de que los socios de la OTAN aumenten su gasto militar, ha tomado buena nota: “Nos complace mucho ese anuncio”, ha apuntado este jueves un alto cargo estadounidense que habló bajo la condición del anonimato.
“Las conversaciones sobre la modalidad de las garantías de seguridad se están desarrollando”, apuntó el alto cargo estadounidense, que descartó que Washington vaya a aportar tropas sobre el terreno. “Cualquier fuerza que haya será menos un elemento disuasorio que una fuerza de paz... el tipo de fuerza dependerá mucho del acuerdo político que se logre para terminar la guerra, y creo que la negociación es parte de lo que hablarán los líderes en su reunión”, agregó.
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