Arrestado unas horas el candidato prorruso de Rumania Georgescu bajo sospecha de integrar una organización fascista y antisemita

La agitación política vuelve a Rumania cuando faltan más de dos meses para las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta anuló el Tribunal Constitucional al alegar injerencia de Rusia, solo dos días antes de la segunda vuelta que estaba convocada para el pasado 8 de diciembre. La policía asaltó en la mañana de este miércoles en plena calle el coche donde se hallaba el candidato extremista y prorruso, Calin Georgescu, que ganó la primera ronda de los comicios. Georgescu venció en esos comicios presentándose como independiente, sin vinculación directa con ningún partido. Pero este miércoles ha sido arrestado y conducido a un interrogatorio ante la Fiscalía General, adscrita al Alto Tribunal de Casación y Justicia de Bucarest, acusado de formar parte de una organización fascista y antisemita. Unas horas después, ha sido puesto en libertad.

La detención ocurrió después de que los agentes acometieran a primera hora del día hasta 47 registros en domicilios relacionados con el mercenario Horatiu Potra, máximo responsable de la seguridad del ultra. La Fiscalía General anunció en un comunicado emitido por la tarde que ha emprendido un proceso penal contra Georgescu por varios cargos, el primero de los cuales es “incitación a acciones contra el orden constitucional, en forma de tentativa”. El escrito señala que Georgescu está siendo investigado, además, por información falsa, hacer declaraciones falsas de manera continua. El candidato prorruso continuaba sometido al interrogatorio al inicio de esta tarde.

El candidato ultra está acusado también de “iniciar o constituir una organización fascista, racista o xenófoba”, “con carácter antisemita”. También se le investiga por “promover públicamente el culto a personas culpables de haber cometido crímenes de genocidio contra la humanidad y crímenes de guerra, así como el acto de promocionar públicamente ideas, conceptos o doctrinas fascistas”. Los investigadores hacen referencia al enaltecimiento del mariscal Ion Antonescu, que gobernó el país entre 1940 y 1944 y fue condenado definitivamente —dictamen mantenido por la Corte Suprema en 2008— por criminal de guerra. Georgescu aseguró en una entrevista que el dictador, fiel aliado de Adolf Hitler, es un “héroe a quien el pueblo rumano debe respetar profundamente”.

Georgescu también está acusado de declaración falsa sobre la financiación de la campaña electoral. El candidato, que fue aupado por la plataforma china TikTok, declaró que había gastado cero euros en redes sociales. Un análisis publicado por el portal G4media.ro apuntó que su popularidad aumentó gracias al enorme número de etiquetas en la red social con su nombre que aparecían en publicaciones sobre la primera vuelta electoral.

A media tarde, Georgescu abandonó la Fiscalía General entre vítores de sus partidarios, abrazó a su esposa mientras cientos de personas coreaban su nombre y cargó contra las autoridades y la Unión Europea: “Recuerdo la mentalidad y el sistema comunista de los años cincuenta. Nosotros somos el poder. No nos arrodillaremos ante nadie. Era de esperar. Toda la humanidad sabe lo que está sucediendo ahora en Rumania. Es la desesperación aquí combinada con la de Bruselas”. Los fiscales pusieron a Georgescu bajo control judicial y no se le permitirá crear cuentas en las redes sociales, salir de Rumania ni portar armas.

Antes de ser detenido y tras conocer los registros que se estaban efectuando, Georgescu denunció presuntos abusos del “sistema” y convocó a una nueva manifestación. “¡El sistema comunista-bolchevique continúa con sus odiosos abusos! Hoy, a las seis de la mañana, volvieron a entrar en decenas de casas familiares de distintas localidades, despertando a los niños. Buscan inventar pruebas para justificar el robo de las elecciones y hacer cualquier cosa para bloquear mi nueva candidatura presidencial. Llevan tres meses buscando sin éxito”, aseveró antes de instar a los ciudadanos a protestar el sábado frente al edificio del Gobierno, que está dirigido por una coalición proeuropea formada por socialdemócratas, liberales y la minoría húngara. Por su parte, el magnate Elon Musk reaccionó en X después de que Georgescu fuera detenido: “Acaban de arrestar a la persona que obtuvo más votos en las elecciones presidenciales rumanas. Esto es un desastre”.

Antes de eso, el pasado jueves, el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, había arremetido contra la autoridades por lo ocurrido con Georgescu. “No tenemos valores comunes si cancelas las elecciones porque no te gusta el resultado”, criticó.

Tras conocerse la noticia de su arresto, el equipo de comunicación de Georgescu señaló en el perfil de Facebook del ultranacionalista: “¿Dónde está la democracia, dónde están los socios que deben defender la democracia?”, recalcó el mensaje.

El primer ministro, el socialdemócrata, Marcel Ciolacu, respondió al canal Digi24 que, “teniendo en cuenta el tenso contexto electoral, los órganos judiciales tienen el deber de presentar al público pruebas extremadamente sólidas de la investigación en la que, entre decenas de personas, también está involucrado un potencial candidato a las elecciones de mayo”.

Durante los registros en el entorno del jefe de seguridad de Georgescu, los fiscales encontraron munición de asalto y 900.000 euros escondidos en una caja fuerte. Aseguran haber recopilado información y documentado múltiples vínculos entre ese entorno de Georgescu y Rusia. Según los investigadores, el mercenario Horațiu Potra tiene relaciones directas con círculos de influencia rusa y con la organización paramilitar Wagner, como reflejan algunas imágenes que ya circulan por los medios. También arrestaron al guardaespaldas de Georgescu, Marin Burcea, un excombatiente de la Legión Extranjera apodado El Francotirador. La pareja de este último se fotografió con soldados chechenos y, en su empresa se encontró un cuadro de un comandante checheno.

El líder de la formación ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), George Simion, y otros dirigentes ultras se desplazaron ante la sede del órgano judicial para expresar su apoyo a Georgescu. “Impedir al señor Georgescu presentar su candidatura no es normal. Es un abuso del estado totalitario (…) venimos a supervisar y observar que no se viole ninguna ley y que no se detenga y luego se arreste a ningún hombre inocente”, afirmó el extremista. También se concitaron simpatizantes con la bandera de Rumania pidiendo la libertad de “Nuestro Padre”, en alusión a Georgescu y gritando “Última solución, otra revolución”.

Por su parte, el rector de la Escuela Nacional de Estudios Políticos y Administrativos, Remus Pricopie, esgrimió en un canal de televisión que “el Estado rumano funciona”. Y añadió que si no se hubieran cancelado las elecciones de noviembre, Rumania corría el riesgo de tener a “un criminal, asociado a la mafia tipo KGB” al frente del país. El prestigioso intelectual incidió en que se debe dejar a las instituciones que hagan su trabajo.